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CAMBIO DE HORA

La Sociedad Española del Sueño recomienda "adelantarse" al cambio de hora: "Hay que ir adaptándose paulatinamente"

La sociedad científica traslada una serie de recomendaciones para que el horario de invierno no trastoque nuestro descanso

María José Martínez, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES).

María José Martínez, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES). / CEDIDA

Madrid

Esta próxima noche del sábado 25 de octubre al domingo 26, el cambio al conocido como horario de invierno será una realidad en España. A las 03:00 horas de la madrugada, los relojes deberán ser atrasados a las 02:00. Llega el horario de invierno, temido por muchos por sus anocheceres tempranos y que tiene como objetivo, no exento de debate, aprovechar al máximo las horas de luz natural y reducir el consumo de energía.

Más allá de la polémica por su presunto beneficio económico, los expertos también advierten sobre los efectos del cambio de hora en la salud mental de la ciudadanía. La alteración del ritmo circadiano puede provocar irritabilidad, fatiga y estrés, así como problemas de concentración y cambios en el estado de ánimo. Las personas de la tercera edad y los niños son los sectores de la población más vulnerables a estas consecuencias adversas de la modificación del horario. Dentro de ellas, la alteración del sueño y el descanso son algunos de los temas que más preocupan a la ciudadanía en esta semana de transición.

La sociedad científica rechaza los cambios de hora

La Sociedad Española del Sueño, máximo exponente para el desarrollo de la investigación e impulso de la Medicina del Sueño en España, rechaza de pleno los cambios de hora en nuestro país, abogando por mantener de forma permanente el horario de invierno. Según esta sociedad científica, adaptarse a la zona horaria de Europa Occidental promovería un ritmo biológico más estable que el del verano, factor crucial para mejorar el rendimiento intelectual y disminuir la aparición de enfermedades cardiovasculares, obesidad, insomnio o depresión. Sostiene, además, que este horario de invierno es el que mejor contribuye a la sincronización de la salida del sol con el inicio de la jornada laboral y escolar, propiciando una mayor exposición a la luz durante la jornada.

No obstante, pese a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a poner en los últimos días el tema de debate encima de la mesa, por el momento los cambios de hora seguirán siendo una realidad en España. Al menos, el que concierne a este mismo fin de semana.

"El cambio de otoño es el menos perjudicial"

María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño, ha trasladado, en conversación con El Periódico de España, una serie de recomendaciones para tratar de paliar los efectos adversos del cambio que se avecina. No obstante, también señala que este cambio es "el menos perjudicial" de los dos que vivimos a lo largo del año.

"Nuestro sistema circadiano, nuestro reloj biológico, tiene una duración aproximadamente de veinticuatro horas, pero realmente es superior. Más bien es de veinticuatro y media, o veinticinco, dependiendo de la persona. Por eso nos cuesta menos dormir una hora más que forzarnos a irnos a dormir una hora antes, como pasa en primavera. Ese último cambio suele tener consecuencias mayores a nivel cardiovascular o de sueño", explica Martínez.

En cualquier caso, lo más importante para 'sobrevivir' al cambio de hora es "adelantarse" al cambio, adaptarnos paulatinamente. "Cada día, en este caso de otoño, retrasar nuestros horarios de comidas, ejercicio, sueño y demás un cuarto de hora durante tres o cuatro días, para conseguir estar sincronizados el día del cambio", señala la científica, que añade que se puede tratar de "aprovecharlo" para terminar de cortar la rutina veraniega que venimos arrastrando en el comienzo de curso. "En este caso, recomiendo mantener los horarios, y no pensar que tenemos una hora más o que podemos acostarnos una hora más tarde, con el fin de reducir ese déficit de sueño que arrastramos desde verano", recomienda.