LIBROS
Ken Follett: "La gente que entrega el Nobel tiene su propia concepción de la literatura. La mía está pensada para disfrutar"
El galés, uno de los grandes autores de bestsellers del mundo, ha presentado a la prensa en Madrid su última obra, 'El círculo de los días', ambientada en la construcción del monumento prehistórico de Stonehenge

Ken Follet, en la exposición inmersiva con la que se presenta su nueva novela, 'El círculo de los días', en Madrid. / Matias Chiofalo - EP

Cuando uno ha vendido 198 millones de libros en todo el mundo, el lanzamiento de un nuevo título no es una cosa cualquiera. Están las habituales rondas de promoción, con sus entrevistas, viajes con el autor, ruedas de prensa y presentaciones aquí y allá. Pero en los tiempos que corren hay que hacer más cosas, y si a eso se añade que eres Ken Follett, un autor particularmente dispuesto a expandir sus registros, todo puede desembocar en una (pequeña) exposición inmersiva como la que acoge estos días el Cupra City Garage de la calle Serrano para presentar El círculo de los días (Plaza y Janés), una nueva novela en la que explora la construcción de la formación megalítica de Stonehenge. Desde hoy y a lo largo de todo el fin de semana, quien quiera podrá acercarse allí para ver pequeñas maquetas que reproducen este monumento prehistórico, disfrutar de un video inmersivo que traslada al espectador a ese rincón de la campiña inglesa, aromas incluidos, e incluso asistir a talleres de talla de sílex para conocer mejor cómo se apañaban en el día a día de la Edad de Piedra. La literatura bestselleriana al encuentro de la experiencia.
Este jueves, el autor británico recibía a los periodistas rodeado de ese miniparque temático que el grupo editorial Penguin Random House le ha dedicado para desvelar alguna de las claves de esta novela en la que, como es habitual en el autor, se vuelve a contar la historia de personas corrientes que hicieron cosas imposibles. En este caso, en lugar de edificar una catedral como en su popular Los pilares de la tierra, de lo que se trata es de construir un monumento formado por pesadísimas piedras, una tarea realmente épica en una sociedad en la que no existían cosas tan básicas como la rueda para permitir esos desplazamientos ni la escritura para organizar a quienes debían transportarlas. Muchos son los misterios que rodean, todavía hoy, a ese célebre círculo formado por monolitos, y fue precisamente eso lo que llevó al autor a escribir esta novela. "Ves ese monumento fantástico y todo el mundo piensa: '¿quién lo construyó? ¿cómo lo construyeron? ¿Por qué?' Mientras leía sobre él, me di cuenta de que ahí había una historia fantástica", contaba Follett a la prensa.
El círculo de los días tiene dos personajes principales. Seth es un minero ("un ingeniero", lo llamará en la presentación el autor) que extrae sílex en la zona del sur de Inglaterra donde transcurre la trama. "Él es quien tendrá que resolver los problemas prácticos de transportar las enormes piedras hasta el lugar del monumento", explicaba el escritor. El otro es Joia, una carismática sacerdotisa con gran capacidad de liderazgo. "Para arrastrar las piedras se necesitaban al menos doscientas personas y debía existir alguien capaz de liderarlas, de convencer a la gente para dejar sus trabajos y sus hogares y emprender una peregrinación hasta el valle donde se construía Stonehenge. Joia es ese personaje con gran poder de persuasión". En torno a ellos hay más, como el padre de Seth o la mujer a la que ama el protagonista, Neen, hermana de Joia. Tampoco faltarán los siempre necesarios personajes malvados, los que el autor suele decir que son los que más le divierte escribir.
¿Un gigantesco calendario?
Contaba Follett durante su presentación madrileña que Stonhenge fue una construcción con dos propósitos claros y un tercero que es una hipótesis. "Era claramente un monumento religioso: su orientación solar lo confirma. Pero donde se reunía mucha gente surgían, también, mercados. El sílex no se puede comer, y los mineros que lo extraían debían cambiarlo por comida o por ropa, así que existía un sistema de intercambio. Por eso es probable que Stonehenge fuera también un gran mercado. El tercer propósito, más debatido, es que pudo haber funcionado como un calendario. Sabían cuándo era el solsticio, pero no tenían escritura ni papel. Una teoría sostiene que el propio círculo de piedras servía para marcar los días o los meses", explicaba el autor en clara referencia al título del libro.
Como toda novela histórica, El círculo de los días ha requerido un importante proceso de documentación. De hecho, el propio origen del libro está en una lectura de Follett sobre la historia del monumento megalítico. En este caso, sin embargo, faltaban esas fuentes primarias a las que se puede acudir en el caso de otras épocas: como en el Neolítico no existía todavía la escritura, no tenemos testimonios directos de cómo era la vida entonces, sino tan solo las interpretaciones que con posterioridad han ido haciendo los historiadores. Por eso admite el británico que, si normalmente en sus novelas "información e imaginación están al 50-50, en este caso podríamos hablar de un 20% de información y un 80% de imaginación". Puestos a buscar posibles imprecisiones, ¿podía darse realmente que una mujer ejerciera como líder del grupo en una sociedad tan primitiva? "Sabemos que en Stonehenge, como en otras sociedades, era muy importante estudiar el firmamento, y el firmamento lo estudiaban los sacerdotes. Siempre creemos que en la historia todo lo han hecho los hombres, pero las mujeres también hicieron muchas cosas. Así que, ¿por qué no podía ser una sacerdotisa quien lo hiciera en este caso?".
Sobre si de una novela en la que hay guerra, limpieza étnica o misoginia se podría extraer algún vínculo o alguna moraleja relacionada con la situación actual del mundo, y en particular de Gaza, ha respondido el autor que él no se siente "más listo que mis lectores, que son muy listos, y por eso no me gusta darles lecciones". Pero ha defendido que todas sus obras hablan de temas universales que han preocupado a la gente a lo largo de la historia. Cuestiones como la violencia, el crimen o la guerra, el sustento de los hijos a través del dinero y el trabajo, el amor y el sexo. "Esas son las cosas sobre las que escribo", asegura. Por ahora, Follett no cree que esta novela pueda convertirse en una saga como la que inició Los pilares de la tierra, ni tampoco sabe si llegará a convertirse en película, serie o incluso musical, como otros títulos suyos. "No hay quien entienda a Hollywood. Tengo un agente allí al que a veces le digo: 'creo que esta historia sería una serie estupenda en Netflix'. Nos llega una opción de compra, nos dicen que la van a hacer, pero de repente cambia el ejecutivo al frente del estudio y ya no la quieren. No es fácil navegar ese mundo". Pero sí, ha admitido que "sería estupendo ver El círculo de los días convertido en película o serie".
La casualidad ha querido que la presentación de Ken Follett en Madrid coincidiese el mismo día, apenas un rato antes, que la entrega del premio Nobel de Literatura. ¿Se ve un posible candidato?, le han preguntado. "¡Oh, no, no!", ha respondido enérgicamente el escritor galés. "La gente que entrega el Nobel tiene su propia concepción de la literatura, que no coincide mucho con la mía. La mía está pensada para disfrutar. Eso es todo lo que me preocupa", ha dicho sin abandonar en ningún momento la media sonrisa y una cierta ironía. Para él, en la Academia Sueca tienen un concepto más intelectual de la literatura, aunque hace unos años, dice, se lo dieran a Bob Dylan. "Las letras de Dylan son poesía, pero muchas veces no tienen sentido. Y lo último que yo querría es escribir algo que no tenga sentido".
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