TURISMO SÉNIOR
Comienza la batalla de los jubilados madrileños por conseguir un viaje del Imserso: "Si quieres un hotel de lujo, lo tienes que pagar"
Carmen, Miguel, Esther, Víctor y Paloma han sido algunos de los primeros en acercarse a una agencia de viajes en Madrid y reservar su destino preferido

Varias personas hacen cola en una agencia de viajes para reservar sus viajes del Imserso. / DAVID RAW

Tenerife, Cádiz y ahora Ibiza. Carmen (74) y Miguel (77) acaban de reservar, por tercer año consecutivo, su viaje del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Esta vez han tenido suerte, pudiendo escoger la isla que querían desde un principio. Otros años no tuvieron tanta suerte. “Si quisiéramos hacer un viaje de interior lo haríamos por nuestra cuenta. Estamos bien de salud y nos gusta viajar con nuestro coche”, señala ella. Al haber reservado su viaje en marzo, no han tenido que pagar el suplemento de 100 euros que estipula la nueva normativa por hacerlo en temporada alta. Sin embargo, no sabían nada acerca de esto antes de entrar por la puerta. “Habíamos leído todo por encima, pero no teníamos ni idea. Si nos lo hubieran cargado no sé qué habríamos hecho. Valorarlo, porque las calidades no suelen ser muy buenas”, añade él.
A pesar de que ambos utilizan internet en su día a día, prefieren realizar la gestión en una agencia de viajes: “Preferimos un trato más personal. Además, queremos que nos informen de todo, que es parte de su trabajo como agencia”. Si bien a ellos no les afectan las novedades de los bonos económicos, podrían llevarse a su mascota con ellos con el nuevo reglamento, pero no quieren: “No queremos viajar con ella porque es un hándicap, nos ata. Si queremos entrar, por ejemplo, a una catedral, no podemos hacerlo por ir con ella. Así que preferimos dejarla con una amiga nuestra que siempre se ocupa de ella”. Desencantados con las calidades del servicio, aseguran que su experiencia en los hoteles siempre ha sido “horrible”.

Víctor y Esther quieren viajar a Lanzarote este año con el Imserso. / DAVID RAW
A primera hora en la agencia
“La comida y el hotel en Tenerife eran horribles, un fracaso absoluto. Además, los hoteles en los que nos alojamos estaban en las afueras de la ciudad. Nos sentíamos un poco tirados. El hotel puede ser bueno, pero si la calidad de la comida era nefasta… Por eso a Cádiz nos llevamos nuestro coche, para salir a comer fuera”, suman. En su opinión, este tipo de viajes deberían ser algo más caros y mejorar así su calidad, “sobre todo en las comidas”. No coincidieron con Paloma (72), quien se encuentra detrás de ellos en la fila, pero casi. Ella también viajó a Tenerife Norte junto a su marido, pero en 2017. Y la experiencia tampoco fue satisfactoria. “El alojamiento era horroroso y la comida de mala calidad”, dice. La experiencia mejoró en su segundo destino, Alicante, donde fueron dos años después.
“Si repetimos es para cambiar de opinión, a ver si escogiendo otro destino mejora nuestra experiencia. Y también porque son viajes muy asequibles”, añade. El matrimonio no pertenece al grupo preferente, que puede reservar su viaje desde hoy, por lo que tendrá que volver este jueves a cerrar el trámite. “Yo con el ordenador me bloqueo, tengo ya una edad y no me manejo bien. Me resulta más fácil hacerlo en la agencia, así que a primera hora estaré aquí”, señala Paloma. Ella tampoco sabía nada de los suplementos adicionales, aunque en su caso, no se verá afectada: “Queremos ir a Melilla, que no lo conocemos y tenemos mucha curiosidad, pero solo hay un hotel, así que será complicado conseguirlo”. Entre sus segundas opciones se encuentra Extremadura, uno de los destinos de interior que el Imserso trata de impulsar este año.

Varias personas reservan sus viajes del Imserso en una agencia de viajes. / DAVID RAW
En casa de Esther (69) y Víctor (70) se vivió un auténtico caos el año pasado. Cuando iban a reservar su viaje, la página colapsó y casi se quedan sin vacaciones. “Conseguimos Lanzarote por los pelos. Había mucha gente conectada a las 09:00 de la mañana en la web y se caía constantemente. A las 09:05 ya no quedaba nada”, recuerdan. Este año les gustaría repetir en Canarias, aunque no tienen una isla de preferencia: “El año pasado lo hicimos desde casa, ya que era la primera vez. Fue un poco por probar, ya que no sabíamos que existía la posibilidad de hacerlo en una agencia”.
En contra de las mascotas
Aún en la fila, escuchan hablar a la pareja que se encuentra delante de ellos sobre los recargos extra de 100 euros. “Estaríamos dispuestos a pagarlos”, apunta Esther, asegurando que en su caso todo han sido buenas experiencias. “La relación calidad precio es asequible. Son viajes pensados para gente que no tiene ingresos muy altos. Si quieres irte a un hotel de lujo lo tienes que pagar. No puedes estirar el pie más de lo que te da la manta… Hay que ser consciente de lo que ofrecen y de lo que estás pagando”, suma su marido. El año pasado pagaron algo más de 400 euros por una estancia de 10 días en Lanzarote, con vuelos, comidas y actividades incluidas.

Carmen y Miguel esperan su turno para reservar su viaje del Imserso. / DAVID RAW
“Siempre hay alguien que se queja de la comida, que dice que los platos no están buenos, etcétera. Pero estamos pagando eso precisamente. Los hoteles, que suelen ser de tres estrellas, estaban muy limpios y cubrían todas las necesidades. De reservarlo por nuestra compra nos hubiera costado el triple”, sostiene. Ellos no quieren lujo, dicen. Sólo orden y una comida “decente”: “Nadie come todos los días en casa langosta o caviar. Todos nos hacemos un plato de lentejas y eso, precisamente, es lo que te vas a encontrar en este tipo de hoteles”. Si bien no tienen mascotas, tampoco se sienten cómodos viajando con las de otros: “No tenemos nada en contra, pero hay ciertas cosas que deberían estar prohibidas”.
En apenas unos minutos, la fila a las puertas del establecimiento no ha hecho nada más que aumentar. Decenas de jubilados esperan con ansia su turno para reservar los viajes del Imserso para esta nueva temporada que, con motivo de su 40 aniversario, incluye estas novedades. Esta temporada se ofrecen 879.213 plazas para mayores de 55 años, de las cuales 440.384 son para destinos de costa peninsular (50,1%), 228.142 para costas insulares (25,9%) y 210.787 enfocadas al turismo cultural y de escapada (23.9%). El instituto reservó 7.447 plazas fijas a 50 euros para quienes cuentan con las rentas más bajas. Es decir, aquellos que reciben una prestación igual o inferior a las pensiones no contributivas de jubilación e incapacidad. Sin importar el destino, será el Imserso quien asuma el coste del viaje