ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

La contaminación del aire en Madrid se reduce pero supera los nuevos límites establecidos por la UE para 2030

Ecologistas en Acción advierte que la crisis climática se consolida como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire

Vista de la boina de contaminación en Madrid.

Vista de la boina de contaminación en Madrid. / EFE / MARISCAL

María G. San Narciso

María G. San Narciso

Madrid

Los siete millones de habitantes de la Comunidad de Madrid respiraron aire contaminado durante 2024. Así lo señala un reciente informe de Ecologistas en Acción, que concluye que la calidad del aire en la región superó los nuevos límites legales establecidos por la Unión Europea para el año 2030.

Para elaborar este diagnóstico, la organización analizó datos procedentes de 58 estaciones de medición de las redes de vigilancia atmosférica de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital y la red de Aena. Los resultados muestran que, a lo largo de 2024, los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂), ozono troposférico y partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) superaron los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en todo el territorio regional.

Aunque las concentraciones no alcanzaron los niveles previos a la pandemia de covid-19, y fueron inferiores a los de 2023, siguen siendo altos. El informe se basa en los valores límite fijados por la nueva Directiva europea 2024/2881, del 23 de octubre de 2024, que deberán cumplirse antes de 2030. Con estos nuevos umbrales como referencia, el aire contaminado impactó en 2024 a la totalidad de la población madrileña.

"Esto demuestra la magnitud del reto que deben asumir las administraciones públicas en los próximos años para alinearse con la nueva legislación", advierte el informe.

Aunque se tomen en cuenta únicamente los límites legales aún vigentes —ya considerados obsoletos—, se estima que 5,5 millones de personas respiraron aire contaminado en la región, con la única excepción de la zona Urbana Sur. Y si se aplican los estándares más estrictos de la OMS, así como los objetivos marcados por la UE, toda la población y el territorio de la Comunidad de Madrid resultaron igualmente afectados.

Un año húmedo y caluroso

El año 2024 fue especialmente húmedo y el tercero más cálido en España desde que existen registros (1961). La estabilidad atmosférica durante el invierno favoreció episodios de contaminación por partículas, algunas provenientes del norte de África. Durante el verano, las altas temperaturas —especialmente durante las olas de calor de julio y agosto— contribuyeron al incremento del ozono troposférico.

Según el informe, la crisis climática se está consolidando como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire.

Las partículas PM10 y PM2,5, junto con el dióxido de nitrógeno, siguieron afectando a toda la población de la región. La situación más grave se detectó en la zona Urbana Noroeste. Además, las aglomeraciones urbanas de Madrid, el Corredor del Henares, Urbana Sur y Urbana Noroeste incumplieron los nuevos límites legales anuales de NO₂.

En contraste, la mayor mejoría se registró en la Sierra Norte, donde se alcanzó una reducción cercana al 50 % respecto a los niveles habituales de la última década.

Un problema sanitario de primer orden

Ecologistas en Acción insiste en que la contaminación del aire debe abordarse como una cuestión de salud pública. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2022 murieron hasta 30.000 personas en España por esta causa, de las cuales 5.400 residían en la Comunidad de Madrid.

A ello se suman los costes económicos. El Banco Mundial estima que la contaminación atmosférica genera en España unas pérdidas sanitarias y laborales de 50.000 millones de dólares al año, equivalentes al 3,5 % del PIB.

La organización denuncia que la Comunidad de Madrid incumple su obligación legal de aprobar planes de lucha contra la contaminación por ozono, por lo que ha presentado una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia autonómico.

Además, recuerda que ya han pasado más de dos años desde que venció el plazo para que los municipios de más de 50.000 habitantes implementaran zonas de bajas emisiones, una medida clave tanto para mejorar la calidad del aire como para combatir el cambio climático. Las zonas que se han implantado hasta ahora, denuncia, son poco eficaces por su escasa extensión o por la laxitud en su control. Ni el Ayuntamiento de Madrid ni la Comunidad han actualizado sus protocolos ante episodios de mala calidad del aire.