CURIOSIDADES

No se trata de un oso: este el verdadero animal que se apoya en el madroño en el escudo de Madrid

La primera representación conocida del escudo y símbolo oficial de la capital data del siglo XIII

El escudo oficial de Madrid no responde exactamente a su popular nombre: 'El Oso y el Madroño'.

El escudo oficial de Madrid no responde exactamente a su popular nombre: 'El Oso y el Madroño'. / FLAGS ONLINE IT

Madrid

El escudo de Madrid esconde un secreto global a simple vista. Aunque el legado simbólico histórico de la ciudad ha quedado ligado a un oso y un madroño, solo el árbol refleja la realidad.

Un error flagrante en el que el animal que acompaña en posición rampante no es un oso. Así lo demuestra, paradójicamente, la historia y la alegoría detrás del propio escudo, siendo la cultura medieval y su ciencia del blasón protagonistas en la elección del animal, identificado desde el siglo XIII como insignia del corazón peninsular.

El origen y la explicación detrás del escudo de Madrid

Primero fue heráldica, luego fue diseño gráfico y acabó llegando a ser escultura. El crecimiento en significancia del escudo de la ciudad de Madrid muestra un proceso de transformación y evolución que comenzó en 1212. Fue en la Batalla de las Navas de Tolosa, donde las tropas de Madrid mostraban a lo que parecía un oso erguido como bandera. Fue 10 años más tarde, en 1222, cuando el Concejo de Madrid (Gobierno Civil) y el Cabildo de los Clérigos de la Villa llegaron a un acuerdo después de disputarse los terrenos de la capital.

Para resolver el conflicto, se repartieron los derechos plasmándolo en el escudo. Por un lado, la fauna con el animal en cuestión, por parte del Concejo, y por otro el madroño, que se añadió para hacer alusión a los recursos vegetales. Los años pasaron y fue en 1967 cuando se normalizó de forma oficial para ser usada por el Ayuntamiento para las representaciones de carácter institucional. En esa misma fecha, llegó la escultura, instalada en la Puerta del Sol, por el escultor Antonio Navarro Santafé. Ya era más que en una imagen corporativa, se había convertido en un patrimonio social de los valores, cultura e identidad de Madrid, sirviendo como referencia nacional e internacional.

¿Por qué una osa y no un oso?

Pero el animal no es un oso, sino una osa. Muchos se preguntan cuál es la verdadera diferencia, si realmente existe, pero la respuesta es más que clara. La osa era emblema de fertilidad y vínculo con la tierra, para ensalzar la fuerza como entorno natural de Madrid. El oso, en cambio, representa otro mensaje, basado en lo salvaje y lo terrestre, pero sin guardar conexión con ese vínculo protector que promueve la osa, como eje de esa esencia radial en su papel de representación nacional como capital.