MÚSICA

Donde reina el amor está La Bien Querida: "Tocar en el Movistar Arena no me quita el sueño, me preocupa no tener trabajo"

La cantautora se ha convertido en una de las voces más reconocibles de la música española gracias a un cancionero sencillo, pero implacable: está presentando 'LBQ', su octavo elepé

El último álbum de La Bien Querida se llama 'LBQ'.

El último álbum de La Bien Querida se llama 'LBQ'. / ARCHIVO

Pedro del Corral

Pedro del Corral

Madrid

Suena el piano. Hay algo en estos acordes que, de inmediato, como una revelación, llevan a La Bien Querida. Despiertan recuerdos con una facilidad pasmosa, quizá por su empeño en inmortalizar el mundo. El suyo, el nuestro. Porque, al final, como suele cantar, no hay nada más desgarrador que reconocerse en los demás. Una melancolía que ha inundado su música desde su debut en 2009 con Romancero, el inicio de una batalla por el amor de la que hoy se inviste centinela. Pocas como ella han retratado el corazón con semejante crudeza y, claro, llegados a este punto, en una sociedad anestesiada, sus canciones resultan un chute de endorfinas. “Sentirte querido da fuerza y seguridad. Te inspira, te anima a seguir adelante”, dice. Está presentando LBQ, su último álbum, el octavo, la enésima estocada para recordarnos quiénes somos. Sigue apostado por el arte que pica, que grita, que cura. Como la vida. Tras un verano salpicado de festivales, recalará en La Riviera, en Madrid, su refugio, donde no para de tocar.

P. ¿El indie ha muerto?

R. El mainstream lo absorbió cuando se dio cuenta de que los festivales funcionaban y daban dinero. Se lo han quedado grandes empresarios y fondos de inversión. En este disco recupero el sonido de mis primeros discos, poniendo el foco en las cosas sencillas, lo imperfecto.

P. Su música es costumbrista.

R. Sí, me inspiro en la vida. Sinceramente, este es el álbum en que el público va a poder conocerme mejor. Siempre me he centrado en el amor propio y, ahora, por primera vez, hablo del amor propio.

P. ¿Qué ha aprendido del amor a lo largo de sus canciones?

R. Tampoco nada especial. Lo que todos, supongo. Al final, es una sucesión de experiencias buenas y malas. El amor es lo más importante, mueve el mundo.

La Bien Querida, durante un concierto en Barcelona.

La Bien Querida, durante un concierto en Barcelona. / ÁLVARO MONGE

P. ¿Cómo ha sido hablar de cosas bonitas, mundanas, del día a día, sin sonar ñoña?

R. Me sale natural. No me gusta teorizar las letras, buscándoles una explicación. Hay canciones que no sé por qué las he hecho. Como decía Miquel Barceló, con el tiempo se van descubriendo por sí solas.

P. Muchas han sonado en series como Paquita Salas, Élite y La casa de las flores, entre otras. ¿Por qué encajan tan bien en la ficción?

R. Mi forma de componer es sencilla, como sucedía con las canciones populares. Tengo una dicción muy marcada, lo que encaja bastante bien en la televisión. Por lo que se entiende bien el mensaje que quiero lanzar. Huyo de las letras ambiguas, me gusta que tengan un discurso marcado.

P. ¿Es de las que se sienta a diario a escribir?

R. Soy metódica, me pongo hasta que salen las cosas. Es cierto que, alguna vez, muy pocas, grabas en el móvil una melodía que sale del tirón.

P. ¿Se puede componer un himno en 20 minutos?

R. Si estás inspirado y en el sitio adecuado, por qué no. A mí, por ejemplo, no me ha pasado ir por la calle y venirme una idea clarísima. Hay temas que salen en una semana y otros, los menos, en una mañana. Pero, en cualquier caso, hay que trabajar esa inspiración.

P. Vivimos una época en la que, si no pasas por el Movistar Arena, no eres nadie. ¿Te inquieta?

R. En este momento de capitalismo bestial, es una fórmula más para que ciertos grupos suban su caché. A mí me preocupa es no tener curro, como la mayoría de las personas. Al ser humano le gusta estar ocupado, sentir que vale. Tocar o no ahí no me quita el sueño.

P. LBQ lo ha publicado bajo su propio sello, Roma Records. ¿Por qué ahora?

R. Quería saber en qué consiste mi trabajo en todas sus esferas, cómo funciona todo, desde la promoción hasta la edición. Esto te hace valorar lo que otros han hecho por ti durante tanto tiempo.

P. ¿Ha tenido libertad para hacer lo que quisiera?

R. Sí. Como nunca he estado en una multinacional, he hecho lo que he deseado siempre. La prioridad de cualquier artista debería ser gustarse a sí mismo, moverse por sus instintos. Si luego llegas a la gente, genial. Pero debes serte fiel ante todo.

P. ¿Se ha arrepentido de alguna decisión tomada?

R. De muchas. He pasado por etapas que me podría haber saltado perfectamente. He hecho cosas absurdas que debí haberme ahorrado.

La Bien Querida, en el FIB.

La Bien Querida, en el FIB. / DOMENECH CASTELLÓ

P. ¿Le alarma el paso del tiempo?

R. Qué va. Más que las arrugas, me preocupa perder la ilusión. Hacerse mayor es lo normal. Lo que pasa es que vivimos en una sociedad que oculta el envejecimiento, sobre todo en las mujeres.

P. En este elepé ha dedicado una canción a su hija, Estrella. ¿Qué legado le gustaría dejarle?

R. Uno de los motivos por los que decidí montar mi sello es para dejarle las canciones a ella. Cuando eres padre, el miedo se multiplica y te angustia que pueda pasarle cualquier cosa. Incluso a ti y que, por tanto, pueda quedarse sola. Acaba de cumplir 13 años y está en el tránsito a la adolescencia. Quería hacerle una canción a la mujer adulta que será y que sepa lo mucho que la quiero.

P. ¿Le ha gustado?

R. Mucho, pero no sé si habrá descubierto el significado profundo que hay detrás de ella. Quizá, en el futuro se dé cuenta. Es una canción para que se acuerde de mí.

P. Debutó en 2009, luchando por hacerse un hueco y mantenerse. ¿Cómo se ha hecho fuerte?

R. No vendiéndome. Es verdad que he trabajado con marcas, pero he defendido mi espíritu alternativo a capa y espada.

P. ¿Sigue encontrándose prejuicios?

R. Hemos avanzado muchísimos, las cosas han cambiado en los últimos 15 años. Lo he notado. Cuando nació mi hija, por ejemplo, le puse mi apellido primero. En la época de mi madre no se podía. Son pequeños pasitos. Ahora, además, hay más bandas de chicas. Y en los conciertos es habitual ver técnicas de sonido y escenario. Aunque falta bastante por hacer, hemos avanzado.

P. ¿Cuánto cuesta rodearse de gente buena en esta industria?

R. Nunca he estado en la vorágine de jefazos, lo que me ha permitido mantener mi espíritu. Siempre me he rodeado de gente como yo, alternativa y respetuosa.

P. ¿Qué ve Ana de La Bien Querida?

R. Que con un par de ovarios ha sabido mantenerse. Hay tantos artistas, tantas propuestas, que no es fácil seguir adelante, gustando. Es un esfuerzo constante.