UNIVERSIDAD

El rector de la Universidad Rey Juan Carlos pide a Ayuso una mejor financiación en su toma de posesión

La presidenta madrileña afirma que la futura ley universitaria garantizará unos campus "donde los alumnos no sean obligados a hacer huelgas"

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el nuevo rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Abraham Duarte.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el nuevo rector de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Abraham Duarte. / A. Pérez Meca / Europa Press

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Móstoles (Madrid)

Va acabando el curso académico y, a la vez, comienza una nueva andadura en la Universidad Rey Juan Carlos. Hoy, en presencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha tomado posesión en un acto solemne el nuevo rector de la universidad pública más joven de la región, Abraham Duarte. Lo ha hecho en pleno debate sobre la polémica futura Ley de Enseñanzas Superiores, Universidades y Ciencia de la comunidad, la Lesuc. Y el asunto, incluida la cuestión de la financiación, ha surgido, con toda la cortesía y formalidad propia de la circunstancia.

"Manifiesto mi compromiso para trabajar decididamente por la mejora de la financiación de la universidad", ha señalado Durate en su discurso antes de dirigirse directamente a Ayuso. "Confío en realidad, presidenta, en tu apoyo para dotar a la Universidad Rey Juan Carlos de los medios necesarios para seguir prestando un servicio público de calidad". Cortés pero claro.

La presidenta madrileña, por su parte, en su intervención posterior también se ha referido a la financiación universitaria. Con el modelo previsto, ha asegurado, "nunca se va a ir a menos, nunca ninguna universidad va a recibir menos". La futura Lesuc, ha afirmado, prevé una financiación plurianual con tres partes, que es lo que inquieta a los rectores y la comunidad universitaria: una financiación básica "para el normal funcionamiento de los campus", una segunda parte para "necesidades singulares" y una tercera vinculada a la consecución de objetivos, entre los que Ayuso ha citado "potenciar la formación dual" o establecer "pruebas de admisión más exigente". La nueva ley también contemplará herramientas de autofinanciación de las universidades.

No ha sido el único aspecto controvertido de la Lesuc por el que ha pasado la presidenta madrileña. La semana pasada se conoció un borrador de la futura norma en cuyo régimen sancionador se observan multas de 100.000 euros por permitir escraches o manifestaciones no autorizadas o de hasta 15.000 euros por la colocación de pancartas sin permiso. Ayuso no ha aludido expresamente a las sanciones. Pero sí ha insistido en que la futura Lesuc defenderá "la libertad de expresión" y "la libertad de cátedra".

Es obligación del gobierno regional, entiende, "evitar que la polarización y la politización lo coma todo" y garantizar "que todo el mundo pueda ir a la universidad pública a impartir una conferencia y no sentirse extraño ni perseguido ni acosado por ello". Una universidad ha incidido, "donde los alumnos no sean obligados a hacer huelgas, donde cada uno lo hace libremente porque así lo considera".

"Yo soy yo y mis algoritmos"

Ayuso se ha referido, además, a la creación de un distrito único de prácticas. Y ha vuelto a señalar la ambición de convertir Madrid en "capital mundial de los estudios superiores en español". Igualmente, ha apelado a los desafíos que la inteligencia artificial supone para el futuro de la universidad, unos desafíos para los que Duarte, ha dicho, "tiene un perfil idóneo". El nuevo rector de la Universidad Rey Juan Carlos es catedrático de Computación e Inteligencia Artificial.

"Yo soy yo y mis algoritmos", ha señalado el nuevo máximo responsable de la que es la segunda universidad madrileña por número de alumnos, con cerca de 45.000 estudiantes, parafraseando a Ortega y Gasset. Duarte ha incluido en sus palabras de hecho, una encendida defensa de las Humanidades. "En un mundo cada vez más parametrizado, las ciencias sociales y las humanidades adquieren centralidad", ha subrayado. "Necesitamos más que nunca comprender e interpretar esta oleada de informaciones y entender sus implicaciones más profundas. Por ello, la filosofía, la historia, el arte, la literatura, la ciencia política, el derecho, la comunicación o la sociología son nuestros aliados para ser más humanos, en un mundo cada vez más automatizado. Ahora más que nunca hay que hablar de valores. Porque un mundo tecnológico sin valores es la dictadura perfecta", ha recalcado.

Con esa vocación humanista, asume el rectorado durante los próximos seis años. Un cargo que ha prometido y que afronta, dice, con compromiso. No solo por mejorar la financiación y sostenibilidad de la universidad, sino también de lograr una universidad "centrada en las personas", ambiciosa para impulsar "la excelencia académica e investigadora", volcada en la transformación digital con compromiso ambiental, internacional y "responsable" en cuanto a su gobernanza, "abierta, participativa y transparente".