RITUALES DE AMOR

San Antonio, dame un match: así es el 'Tinder castizo' con el que pedir el amor en Madrid

La idea es sencilla, pero poderosa; cuantos más alfileres se claven en el dedo, más posibilidades hay de encontrar pareja, tal y como asegura la tradición

San Antonio de la Florida

San Antonio de la Florida / wikipedia

Madrid

Cada 13 de junio, Madrid se convierte en el epicentro del amor, el folclore y las promesas susurradas al cielo. No es San Valentín, pero podría competir. Es San Antonio de Padua, más conocido como "de la Florida", patrón de los objetos perdidos, de las causas urgentes... y, claro, de los corazones solitarios. Un clásico castizo que llega como antesala del incio del verano y que trae consigo una de las tradiciones más antiguas y simbólicas de la capital.

En pleno barrio de La Bombilla se encuentra la pradera de San Antonio, la primera de las ocho principales verbenas que se citan en Madrid y que da lugar a una de las fiestas más queridas (y castizas). Barquillos, rosquillas del santo, mantones, claveles y chulapos se mezclan con el olor a fritanga y los pasos de chotis en un ambiente que resiste al paso del tiempo.

Y es que el origen de esta festividad se remonta al siglo XIII, aunque en la capital empezó a ser más populares a partir del siglo XVIII, cuando Carlos III impulsó la construcción de la ermita del santo en la ribera del Manzanares. Desde entonces, cada 13 de junio, la romería a la pradera se convirtió en una cita obligada para los madrileños, que acudian entre el ocio y la devoción.

A lo largo de los años, la fiesta ha evolucionado, pero conserva sus sabores clásicos: rosquillas (tontas, listas y de Santa Clara), limonada, bocatas y churros, al igual que en San Isidro, regados con vermú de grifo o cañas bien tiradas. Todo al ritmo de organillos, pasodobles y chotis, porque en San Antonio se va a pedir, pero también a disfrutar.

Alfileres, fe y un "Tinder místico"

Pero más allá del color y la tradición, hay un ritual que se repite año tras año y que atrae especialmente a los solteros. Se trata del ritual de los alfileres del amor. La escena es digna de película: frente a la iglesia del santo, una fila de personas espera su turno para meter el dedo en un cuenco lleno de agua bendita y alfileres.

La idea es sencilla, pero poderosa; cuantos más alfileres se claven en el dedo, más posibilidades hay de encontrar pareja, tal y como asegura la tradición. Lo que empezó como un gesto simbólico se ha convertido en una especie de "Tinder místico" de un solo día. Porque pedir pareja a San Antonio está tan normalizado en Madrid como comerse una rosquilla tonta en junio.

Salud, dinero y trabajo

Eso sí, el santo no solo recibe peticiones románticas. Muchos madrileños aprovechan la fecha para pedir también salud, trabajo, estabilidad económica o, simplemente, un poco de suerte en lo que venga. Porque si vas a hablar con un santo, mejor aprovechar el viaje.

Y aunque todo esto suene entre mágico y folclórico, la realidad es que esta tradición sigue viva, cruzando generaciones con la misma ilusión. Hay quien asegura que funciona, mientras que otros, más escépticos, repiten el ritual por si acaso, con algo de recelo.