CHOQUE INSTITUCIONAL

Ayuso extrema la presión sobre Sánchez ante una tensa Conferencia de Presidentes

A apenas horas del encuentro en Barcelona la dirigente madrileña rechaza el pacto por la vivienda ofrecido por el presidente del Gobierno y amenaza con dejar la reunión si no se habla en castellano

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante una visita este jueves a un laboratorio en la localidad madrileña de Alcobendas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante una visita este jueves a un laboratorio en la localidad madrileña de Alcobendas. / DAVID FERNÁNDEZ- EFE

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Madrid

De las leyes educativas, a la quita de deuda autonómica, de la utilización "inhumana" de los inmigrantes al "caos ferroviario", de la falta de médicos a la persecución de los jueces "que intentan a su vez perseguir la corrupción"... "Toda esa mafia será denunciada mañana", se explayaba este jueves la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso en el Pleno de la Asamblea de Madrid cuando el portavoz parlamentario del PP, Carlos Díaz-Pache, le servía en bandeja la pregunta sobre las expectativas que tenía su gobierno en relación con la Conferencia de Presidentes que se celebra este viernes en Barcelona. La presidenta madrileña acude con las pinturas de guerra después de más de una semana en que las comunidades gobernadas por el PP, con Madrid en vanguardia, amagaran incluso con un plante.

El diapasón no ha dejado de subir desde que Moncloa señaló para este 6 de junio la cita en Barcelona. Si ya el mismo día en que se supo, el portavoz del ejecutivo madrileño, Miguel Ángel García, acusaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de "deslealtad institucional" por haberlo anunciado antes a los medios que a las propias comunidades autónomas, ayer, a horas de que tuviera lugar el encuentro, Ayuso seguía tirando de la cuerda hablando de las "golfadas" de Sánchez y manifestando su resistencia al uso del catalán o el euskera en el encuentro.

"Lo que están pretendiendo es una absoluta golfada y todo lo que me tengan que decir en español en los pasillos, que me lo digan dentro en el mismo idioma o me saldré", afirmaba en la cámara regional tras conocerse que en la Conferencia se habilitarían dispositivos para la traducción simultánea si alguno de los presidentes de comunidades autónomas con lenguas cooficiales querían realizar en ellas su intervención. "Por el camino pensaré qué hacer con esos pinganillos, pero ya les digo que no me los pienso poner", añadía. "En lugar de defender el español en todos los rincones, utilizan el catalán para hacer provincianismo", remataba.

El asunto viene a suponer una vuelta de tuerca más sobre un tornillo para nada nuevo. Un día antes su número dos en el PP madrileño, Alfonso Serrano, a quien Alberto Núñez Feijóo ha encomendado la organización del próximo congreso nacional del partido, insistía en el relato que se trata de imponer desde Sol en relación con la Conferencia de Presidentes: que es un intento de Sánchez de conseguir una foto de normalidad mientras continúa rehén de sus aliados parlamentarios, particularmente de las formaciones independentistas. "Si Pedro Sánchez pretende utilizar a los presidentes de las comunidades autónomas para poco menos que bailen una sardana en homenaje a Illa estoy convencido de que ahí no nos van a encontrar", se despachaba Serrano en un desayuno informativo.

Apenas unas horas, antes, en la noche del martes, en una entrevista en Telemadrid, Ayuso había advertido de que no iba a permitir en la reunión "ni media concesión" al independentismo.

El último rechazo ha llegado en la misma tarde del jueves, cuando se ha conocido la carta que la presidenta madrileña ha enviado a Pedro Sánchez para avanzarle que no se adherirá al pacto de vivienda que el presidente del Gobierno propondrá en el foro. Ayuso considera que es "una injerencia inaceptable", que vulnera la "distribución competencial" consagrada por la Constitución, que no tiene "respaldo presupuestario" y que resulta "improvisado". La líder madrileña reprocha al presidente que utilice la financiación como "herramienta de imposición política y chantaje".

Se despide, eso sí, con "un fuerte abrazo". Un abrazo que difícilmente tendrá plasmación visual en Barcelona.