FERIA DE SAN ISIDRO

Otro grandioso toro de Victoriano del Río: 'Alabardero' traía la lotería de la puerta grande

Emilio de Justo sortea el lote de mayores oportunidades y corta una oreja y Rufo pierde las orejas con el gran sexto

El diestro peruano Andrés Roca Rey (d) brinda su segundo toro a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

El diestro peruano Andrés Roca Rey (d) brinda su segundo toro a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. / EFE

Se ponderaban los riesgos en el ambiente de Las Ventas este viernes de San Isidro. Se palpaba esa pulsión desmesurada, ese resorte emocional que abrazaba a la tarde sin forzar excesivamente el sentido de su proporción.

Viernes de gin. O viernes de fiesta, dicen algunos de manera despectiva. Pero era viernes de Andrés Roca Rey y sobre su figura se volcaba una vez más ese radicalismo tan indecente de una parte del tendido de Madrid, una cuestión de bulbos cerebrales 'a grito pelao', 'reventadores' de faenas que disfrazan su ignorancia con ideales revolucionarios. O no tanto. Pero no es exigencia, es intransigencia.

Ropca REy en un momento de su actuación hoy en Las Ventas

Ropca REy en un momento de su actuación hoy en Las Ventas / EFE

Y ese pozo de tinieblas que se presuponía Las Ventas, llenísima desde hacía meses para esta corrida, cartel y fecha y convertida en un agujero de oscuridad, aparecía la ganadería de Victoriano del Río, que tenía todas las papeletas precisamente para romper en el son que lo hizo tras los dos extraordinarios toros lidiados ya esta feria: Misterio (Alejandro Talavante) y Frenoso (Fernando Adrián). 

Pero este viernes saltaron otros tres de toros de categoría: el lote de Emilio de Justo y el último ejemplar de Tomás Rufo

Precisamente, el sexto, embestía con todo: Alabardero, número 85, qué categoría de toro de Victoriano del Río. Traía la lotería de la puerta grande. Otro más en este San Isidro. Y ya van tres toros. O cuatro. Qué ganadería tan importante en la cabaña brava actual. Tremendamente codicioso, bravo y de gran duración en la muleta del torero toledano. Tomás Rufo perdió las orejas con la espada.

Roca Rey.

Emilio de Justo en plena faena. / PLAZA 1

La faena comenzó con tres series siempre a más sobre la mano diestra que sirvieron para ir afianzando la obra sobre la base del temple, la ligazón y ese aire de hieratica interpretación que imprime Rufo cuando se encuentra a gusto. Pero donde la faena ganó enteros fue al natural en dos tandas de muletezos trenzados por abajo que derramaron profundidad. Revestida la faena de un gusto natural. Pero pinchó en la suerte suprema de manera reiterada y perdió todo lo ganado. 

El ganadero había preparado a conciencia su regreso a San Isidro. Pero no le cayó el lote de premio gordo a Andrés Roca Rey. Ninguno de los dos sirvió para redondear pero el toro embozado, el quinto, el único que se indispuso aunque acabara tragando a la fuerza. Su primero fue un marmolillo y nada pudo hacer. 

Victoria Federica de Marichalar y Borbón, un rostro habitual en Las Ventas.

Victoria Federica de Marichalar y Borbón, un rostro habitual en Las Ventas. / EFE

El primero no fue malo, aunque Emilio de Justo no acabó de cuajarlo por el pitón derecho, el pitón de mayor son. También pinchó. El cuarto fue otro gran toro de la ganadería madrileño: bravo, codicioso y entregado. Un final de faena de categoría, con el público en pie acabo de cuajar el premio para Emilio de Justo. Aunque embestía con tremenda categoría. 

El diestro Emilio de Justo, besa la oreja que mereció una de sus faenas de hoy.

El diestro Emilio de Justo, besa la oreja que mereció una de sus faenas de hoy. / EFE

Tomás Rufo acabó dando la vuelta al ruedo el sexto entre lágrimas de hombre. Un gesto que le hará crecer como torero.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y su esposa, Teresa Urquijo, hoy en Las Ventas.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y su esposa, Teresa Urquijo, hoy en Las Ventas. / EFE