MÚSICA

Arranca la primera Bienal de Flamenco de Madrid: "Hay que trascender el arte jondo, dejar un poso de pensamiento para el futuro"

Ángel Rojas dirige una convocatoria que a lo largo de las próximas dos semanas ofrecerá desde estrenos absolutos hasta los trabajos más recientes tanto de consagrados como emergentes. Israel Fernández, Carmen Linares, Paula Comitre o La Tremendita son algunos de los artistas que participan

El Farru (en el centro) trae su espectáculo 'Kintsugi' a la primera Bienal de Flamenco de Madrid.

El Farru (en el centro) trae su espectáculo 'Kintsugi' a la primera Bienal de Flamenco de Madrid. / Cedida

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Madrid

Ángel Rojas (Madrid, 1974) tarda en contestar el teléfono, que se ha descargado mientras ultima el arranque de la Bienal de Flamenco de Madrid. Será la primera edición de este nuevo festival puesto en marcha por el Ayuntamiento de la capital y que encabeza quien fuese el director del anterior festival de flamenco de la ciudad. En su voz se mezclan la ilusión, los nervios y esa presión que sólo conocen quienes tienen consciencia de la trascendencia de levantar de la nada una programación con intención de transcender. "Mañana llegan los artistas a las tres de la tarde", dice con una mezcla de expectación y vértigo. "Hemos hecho un trabajo troceado, pero lo que llega mañana es a ver qué pasa".

Rojas, bailaor retirado, coreógrafo y ahora artífice de esta nueva apuesta, no oculta la magnitud del desafío que ha asumido. "No he sido consciente de la envergadura hasta que ya la he visto montada", reconoce. La primera Bienal de Flamenco de Madrid pretende ser una declaración de intenciones, que busca posicionar a Madrid en el mapa internacional del flamenco.

La cita arranca con una gala inaugural que busca recrear la Fiesta de la Bulería de Jerez, dirigida por el propio Rojas y que tiene todas las entradas vendidas. Pero a lo largo de dos semanas presentará en los escenarios de la capital, algunos tan poco frecuentados por los artistas flamencos como la Basílica de San Francisco el Grande, diferentes propuestas artísticas en las que se mezclan los estrenos con obras ya rodadas que no habían pasado por Madrid, y que pretenden mostrar las diferentes sensibilidades que conviven actualmente en las tres disciplinas del arte flamenco: baile, cante y toque.

La Bienal arranca con la Fiesta de la bulería de Jerez.

La Bienal arranca con la Fiesta de la bulería de Jerez. / @Albertfotog

Artistas consagrados como Israel Fernández, Carmen Linares o Rafaela Carrasco conviven en los carteles con propuestas más novedosas de artistas emergentes como Julio Ruiz, Paula Comitre y Florencia Oz, Carlos de Jacoba, Ana Crismán o el estreno de lo nuevo de la bailaora María Moreno.

El riesgo de la marca ‘Bienal’

"No hubo en realidad ninguna otra opción", confiesa Rojas cuando se le pregunta por el formato elegido. "Yo la única que planteé fue hacer una bienal. Dije: 'Si nos queremos tirar de verdad a la piscina, vamos a subir a lo más alto del trampolín y nos vamos a lanzar hacia abajo'". La decisión no fue casual ni impulsiva, y no le asustó lo consolidada que está en el mundo del flamenco la asociación entre el formato -una vez cada dos años- con la ciudad de Sevilla: "Es inevitable la comparación. Y además es maravilloso. Pero por eso también tenía un riesgo añadido desarrollar un proyecto con un antecedente en otra ciudad que dura ya más de 40 años".

Sin embargo, lejos de amedrentarse, Rojas y su equipo abrazaron esa presión como motor creativo que, confiesa, es lo que más le estimula de estar al frente de la cita. Justamente ese motor está detrás de su apuesta por arrancar con la Fiesta de la Bulería de Jerez, una debilidad personal. "Yo muero con Jerez", confiesa. Con esta propuesta, Rojas, que mantiene una relación visceral con la ciudad cuna del flamenco, trata de "poner en valor las verdaderas joyas autóctonas que tenemos en nuestro país". Su comparación es reveladora: "Es como mover una obra de arte, como mover el Guernica o La Dama de Elche, llevarlo a otro lugar para que se vea y después decir: esto sigue vivo en su sitio original".

Ángel Rojas, director de la Bienal, durante su presentación junto la Delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz.

Ángel Rojas, director de la Bienal, durante su presentación junto la Delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz. / Cedida

Jerez, según el director artístico, "tiene una autenticidad que no ha perdido", y esa esencia es la que quiere trasladar al Teatro Circo Price. El espacio elegido, con su configuración de 360 grados, ofrece posibilidades escénicas que entusiasman al director artístico: "Te da unas posibilidades enormes, porque tiene mucho que ver con la juntiña flamenca de círculo".

Importancia del público

Rojas confiesa que, desde la presentación, sólo ha recibido elogios por la programación y añade: "Nunca, en ningún proyecto, he hecho tanta promoción en mi carrera". En cualquier caso, espera que esto se traduzca en la aprobación del público. De momento, explica, hay dos espectáculos que han vendido todas las entradas pero, en general, la taquilla "podría ir mejor".

La gala inaugural, con 1.500 butacas disponibles, fue la primera que se agotó, hace una semana y media. Los guiños a la tradición de la inauguración son evidentes, una vertiente que estará también en otros espectáculos, como el que reúne a los veteranos Juan Villar, José de la Tomasa y los jerezanos La Macanita y Vicente Soto Sordera, el de El Farru y su Kinstugi o en la clausura, de la mano del cantaor de moda: Israel Fernández. En medio, otras sensibilidades en el cante ofrecerán sus credenciales para mostrar la diversidad del flamenco: la Tremendita presentará el espectáculo estrenado en la Bienal de Sevilla junto a la también cantaora la Kaíta, Matancera; Sandra Carrasco estará acompañada por su guitarrista de referencia, David de Arahal, el piano de Andrés Barrios y el baile de El Yiyo en Los Magníficos; y Naike Ponce mostrará su propuesta Cante de Mujer en CentroCentro, un recorrido en el que le acompañarán Teresa Hernández, Laura Marchal y Pilar Villar.

También habrá espacio para la guitarra, con nombres que van desde Antonia Jiménez hasta Carlos de Jacoba pasando por Gerardo Núñez, que encabezará un homenaje a Serranito acompañado por Dani de Morón y Joni Jiménez.

Antonia Jiménez.

Antonia Jiménez. / Cedida

En relación al baile, el estreno más esperado es el Magnificat de María Moreno, que elige Madrid por primera vez para poner de largo un espectáculo. También estrenará otro bailaor emergente al que seguir la pista, Julio Ruiz con su obra La familia. Además, podrán verse varios trabajos en proceso, los de Paula Comitre junto a Florencia Oz y Carmen Angulo (Reflexiones sobre Las Parcas) y el de Sara Calero (Intangible).

Cuatro intentos, una programación

La programación, explica Rojas, es el resultado de un proceso de depuración intenso. "Esta Bienal que se presenta es la cuarta que yo he diseñado", revela. "Es la que ha llegado a cuajar, la que ha gustado a todo el equipo para presentarla al público. Ha sido duro llegar hasta aquí". Este proceso de refinamiento ha estado marcado por la sostenibilidad económica. "Somos muy conscientes de que es dinero de todos", explica el director.

A diferencia de otros festivales que priorizan los estrenos, Rojas explica que, si bien lo ha tenido presente, también es consciente de la necesidad de permitir que se expongan obras ya estrenadas y alargar sus recorridos. Su enfoque se centra en ofrecer a los artistas las herramientas para desarrollar sus proyectos con libertad absoluta.

Esta filosofía se materializa en propuestas arriesgadas como Sacratus, el recital de cante de Antonio Campos, que tendrá lugar en la Real Basílica de San Francisco el Grande, acompañado por un órgano de iglesia. "Ser director artístico está muy bien, pero a mí lo que me gusta es trabajar con los artistas y ser partícipes de los procesos para facilitarles sus creaciones”, explica. “Cuando trabajas en una idea imposible y ves que finalmente se materializa, eso no tiene precio”.

La cantaora Naike Ponce.

La bailaora Naike Ponce. / Cedida

Los retos del futuro: generar pensamiento

Esta primera Bienal tiene otro aspecto importante para su director artístico: que no se quede en lo meramente artístico. Así, se han programado tanto un taller coreográfico en diferentes sesiones, comandado por la compañía Estévez / Paños en torno al zapateado, como un congreso en torno al tablao El Corral de la Morería, que pronto celebrará sus 70 años.

Este es el elemento más importante para que esta nueva apuesta tenga recorrido y perdure en el tiempo, de acuerdo a Rojas, que cree que el festival debe trascender el arte jondo: "Hay que dejar un poso de pensamiento para el futuro", reflexiona.

El director artístico ya piensa en 2027, cuando se celebre la segunda edición, para la que ya han comenzado a mantener reuniones con el equipo del Ayuntamiento. "La Bienal tiene que dar un salto hacia las artes más allá del flamenco". Sus planes incluyen una expansión hacia esas disciplinas "que convergen alrededor, los creadores que se interesan y se inspiran en el flamenco, pero no son flamencos".

Antes, tendrá que ponerse a prueba esta primera vez, algo ante lo que Rojas reconoce estar "deseando y a la vez temeroso".