TOROS

Fortes, en punto redondo, ¡un suceso en San Isidro!

El torero malagueño da una vuelta al ruedo tras perder la puerta grande con la espada e impactar a Madrid con el yacimiento de su renovada forma de torear

Saúl Jiménez Fortes dibuja un extraordinario natural en Las Ventas

Saúl Jiménez Fortes dibuja un extraordinario natural en Las Ventas / Plaza 1

Lo que sí sabía la afición de Las Ventas es que Saúl Jiménez Fortes tiene un valor inconmensurable, que torea con las zapatillas sembradas de arena, pero que ahora filtra un asentamiento que proyecta la excelencia de su toreo, hecho con las yemas de los dedos, las muñecas y la cintura.

Fortes, ahora mismo, es un torero completamente diferente. Directamente está en punto redondo como torero y obró ¡un suceso en San Isidro!

Así que el torero malagueño, que volvía a Madrid después de haber estado en el ostracismo, tiene una grandeza, una madurez, un valor, una verdad tan desnuda y tan admirable como torero, que a buen seguro cambia los esquemas de más de uno y le multiplica el respeto y la admiración. Pocos, casi nadie, son capaces de jugársela tan digna y toreramente para torear tan bien y tan puro.

No tuvo un lote fácil de Araúz de Robles, pero, como decía, su forma de arraigo en la tierra, con una fuerza imparable de esa pureza imperial que desprende su renovada tauromaquia, tan solapadamente nutrida por su valor y su temple y tan menospreciada últimamente por la carroña del sistema taurino, pero que enamoraron, de nuevo, en Madrid. Solo dio una vuelta al ruedo en el quinto de la tarde tras perder la puerta grande con la espada e impactar a Madrid con el yacimiento de su nueva forma de torear.

¿Por qué fue un suceso?

Pero, ¿por qué Fortes fue un suceso? Porque su tauromaquia desprende ahora mismo una pureza que es como una rabia de siglos de hambre y ostracismo. También de categoría porque sus muletazos quedaban trascendidos por la propia categoría y constituían una desnudez ahí delante como pocas hay hoy en día. Profundo, cabal, de mano baja y claro instinto.

En su primero, su figura corporal se volcaba como un vaso de agua en la embestida, derramándose hasta el final del muletazo. Esa imagen proyectada marcaba un cambio sustancial en el desarrollo de su concepto en este tiempo de olvido (para algunos) con la originalidad de su ritmo métrico a la mexicana, con tan intenso poder de sugestión que a buen seguro que sus faenas pervivirán en la mente de los aficionados de manera invariable esta feria.

Perdió una oreja en cada uno de sus toros, pero más allá de estar valiente, paciente y muy centrado, mostró cualidades gozosas para que vuelvan a contar con él en los carteles porque convenció.

Morenito de Aranda se encontró con el animal de mayores opciones del encierro enviado desde la Sierra de Andújar (Jaén). Salió en cuarto lugar y tuvo una encastada embestida en la que el mando se antojaba fundamental. Embestía con carbón, muy fuertemente. También pudo perder la oreja, en un tono menor a las ganadas por Fortes, con los aceros. Su primero fue un buey de carreta y sirvió poco. O nada.

Por su parte, Adrián de Torres se encontró con el lote más áspero (y con menos opciones) y tuvo que estoquear un sobrero en sexto lugar de Castillejo de Huebra.

Pero Fortes marcó en la diferencia durante toda la tarde. Por no decir de la feria de San Isidro.

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