MATAN A UN EXPOLÍTICO UCRANIANO

El asesinato a las puertas de un colegio que estremeció a Pozuelo de Alarcón: "Se supone que es una de las zonas más seguras de Madrid"

"Varias personas" dispararon en la espalda y la cabeza al expolítico ucraniano Andriy Portnov, matándolo y sumiendo en el caos y la incertidumbre a una zona tranquila: "En el momento piensas que son cohetes o algo así, lo que sea menos eso"

La Policía, en el lugar de los hechos.

La Policía, en el lugar de los hechos. / Alba Vigaray

Pozuelo de Alarcón

Pasadas las 12.00 horas de la mañana, una madre, como tantos y tantas otras durante esos instantes, llegó apresurada y con el susto en el cuerpo al Colegio Americano de Madrid después de recibir un aviso de que ya podía pasar a recoger a su hijo. El horario, reducido y nada habitual, tenía su justificación en el drama que apenas tres horas antes había estremecido esta tranquila zona del municipio de Pozuelo de Alarcón.

Alrededor de las 9.00 horas, el expolítico ucraniano Andriy Portnov, padre de dos alumnas de este centro escolar ubicado en Pozuelo de Alarcón, había sido acribillado a las puertas del recinto justo después de dejar a su hija en el colegio. "Varias personas" le dispararon en repetidas ocasiones tanto en la espalda como luego en la cabeza cuando se disponía a subir a su coche, un Mercedes de alta gama aparcado sobre la acera. Posteriormente, los autores de los hechos huyeron hacia una zona boscosa de la Casa de Campo, desapareciendo y sumiendo en el caos momentáneo al barrio.

Estamos en "shock", aseguraba ya más tranquila la mujer, cuyo hijo le acababa de explicar que un compañero escuchó los disparos en clase de Educación Física. "En el momento piensas que son cohetes o algo así, lo que sea menos eso. Sobre todo en esta zona de Pozuelo, rodeada de colegios", explicaba a este periódico Félix, un estudiante que vive la residencia de estudiantes Nodis, el edificio más cercano al lugar donde se produjeron los hechos.

"Estupefacción" en el barrio

Como muchos otros, se asomó pero no pudo ver nada. A los cinco minutos ya escuchó las sirenas de la policía y la ambulancia llegar y dedujo que lo que había escuchado por la ventana de su habitación eran "cinco o seis tiros" que habían acabado con la vida de Portnov, exasesor del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich.

El político Andréi Portnov, asesinado a tiros a la puerta de un colegio en Pozuelo de Alarcón.

El político Andréi Portnov, asesinado a tiros a la puerta de un colegio en Pozuelo de Alarcón. / EPE

O más. "Entre seis y siete tiros" contabilizaba su compañera Inés, que en su caso subió corriendo la persiana y escuchó a una mujer gritar. Cuenta que bajó a la calle y ya se encontró con "el hombre tirado en el suelo, con mucha sangre".

Nadie se esperaba que en una zona tan tranquila como esta pudiera ser el escenario de un tiroteo como el que se ha vivido este miércoles. "La sensación general es de estupefacción. Se supone que es de las zonas más seguras que hay en Madrid y ahora tengo miedo", añadía Inés, portavoz de un sentimiento generalizado pero que, por otro lado, no es nuevo en la zona.

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Lo ocurrido recordó a otra situación similar en marzo de 2018, cuando un hombre de 43 años fue asesinado a tiros a escasos metros del colegio British Council School, también en la misma localidad.  En aquella ocasión, los hechos tuvieron lugar en el número 3 de la calle Solano, en el barrio de Prado de Somosaguas, cuando dos hombres en una moto dispararon a los ocupantes de un Volkswagen Polo, matando a uno de ellos, que recibió al menos diez balazos.

Un mal recuerdo que ahora revive tras lo ocurrido este miércoles. Las hipótesis del motivo del asesinato están abiertas y, por el momento, no se descarta ninguna. De hecho, junto a agentes de Homicidios y de Científica de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, trabajan efectivos de la Brigada de Información.

Portnov era abogado de profesión, por lo que asesoraba a empresas y particulares ucranianos y de otros países del Este europeo. Fue asesor del expresidente ucraniano Viktor Yanukóvich y estuvo en una lista negra de la UE por malversación de fondos estatales o violaciones de los derechos humanos en Ucrania. Se libró de los cargos pero fue investigado por el servicio secreto ucraniano por su supuesta colaboración con Rusia después de la primera invasión, que se produjo en 2014.

Fue implicado también en casos de corrupción, en concreto por un delito de blanqueo de dinero. Sin embargo, fue exonerado de todas las acusaciones. Las fuentes consultadas por El Periódico explican que Portnov retornó a Ucrania tras sortear a la justicia ucraniana, y después de 2022 salió del país. Eludió el servicio militar obligatorio, pues estaba autorizado a residir fuera de Ucrania porque había recurrido a una vía legal para saltarse la movilización militar: ser padre de cuatro hijos: de 13, 12, 6 y 3 años.

El expolítico tenía permiso de residencia temporal en España por circunstancias excepcionales desde hace un año, según han informado a EFE fuentes próximas a la investigación, y estaba siendo investigado por la UE, además de sancionado por Estados Unidos. Ahora, tras su muerte, la investigación continúa abierta, y las autoridades han desplegado un amplio dispositivo policial para localizar a los responsables. La Policía Nacional, por su parte, investiga el crimen como un posible ajuste de cuentas, aunque no se descarta ninguna hipótesis. Mientras tanto, Pozuelo trata de recobrar una normalidad que tardará en volver.