MÚSICA

El último vals de Joaquín Sabina en Madrid: ocho conciertos para despedir al 'flaco' de Úbeda

Tras reunir a 300.000 personas en Latinoamérica, el cantautor inicia una gira que le llevará por España hasta noviembre: este lunes, toca en el Movistar Arena

Joaquín Sabina, durante el concierto que ofreció en Malaga este mayo.

Joaquín Sabina, durante el concierto que ofreció en Malaga este mayo. / JORGE ZAPATA

Pedro del Corral

Pedro del Corral

Madrid

El legado de Joaquín Sabina (Úbeda, 1949) es inabarcable. Aunque ha publicado 18 álbumes, su universo se extiende más allá de las canciones. La forma en la que ha relatado su España, la que vivió, pero también la que fantaseó, ha dejado un poso único. Su poesía está a la altura del personaje que ha ido construyendo a sorbitos: un hombre calavera que cierra garitos y rompe corazones. Una imagen que, aunque cueste imaginar hoy, ojo, se ha ido alargando en el tiempo. A sus 76, pese a los achaques, incluidos los financieros, el cantautor retoma las tablas para despedirse. Lo ha intentado en otras ocasiones, pero quizá esta sea la definitiva. Músculo tiene: sólo en Madrid dará ocho conciertos. El primero, este lunes.

“Queremos despedir unas canciones que nunca más serán cantadas ante miles de personas por su propio autor, que jubila su faceta de trotamundos guitarra en ristre celebrando su propia superveniencia con este convite. Ya no habrá más periplos interminables por recintos multitudinarios, aunque se guarda en la manga el as de reaparecer a placer, sea porque las musas le susurren poemas que merezca la pena compartir o porque le piquen las ganas de subirse a cualquier entarimado para darse un homenaje”, recogió el comunicado donde se desvelaba su gira Hola y adiós. Una retahíla de conciertos que arrancó el pasado febrero en América.

Joaquín Sabina ha llevado sus canciones hasta Latinoamérica.

Joaquín Sabina ha llevado sus canciones hasta Latinoamérica. / EFE

Tras 11 semanas recorriendo México, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia y Perú, entre otros países, donde reunió a 300.000 asistentes, Sabina recorrerá España hasta noviembre de 2025. En la capital recalará, además de hoy, el 2 de junio, el 4 y 4 de julio, el 20 y 22 de octubre y el 25 y 30 de noviembre. Todas ellas en un Movistar Arena que conoce de sobra: la última vez que lo pisó fue en 2023, tras superar varios contratiempos que le habían alejado de los escenarios. Como la disfonía aguda que padeció en el mismo recinto cinco años antes. O el batacazo que casi le retira antes de tiempo: el 12 de febrero de 2020 se precipitó al foso tras perder la estabilidad por culpa de un cable y un foco.

Aquel episodio le causó distintos traumatismos, un ingreso en la UCI y dos intervenciones. Estuvo a punto de abandonar la música, pero se recuperó. Como siempre hace. Antes, por ejemplo, en 2003, sufrió una depresión que se extendió durante meses. En 2010, una caída doméstica le obligó a suspender su cita en el Palau de Barcelona. Distintos problemas intestinales provocaron que tres conciertos en Estados Unidos fuesen cancelados. “Una diverticulitis aguda”, dijo entonces. Y, en 2013, un mareo le impidió tocar en Cariñena, una localidad de Zaragoza. El gran varapalo llegó un año más tarde, cuando el antiguo WiZink Center se convirtió en una pesadilla para él: un amago de pánico escénico le apartó de los escenarios.

Versos a su primera novia

Si bien sus temas hoy suenan algo más cansados por las arrugas del pasado, no ha perdido el coraje que le caracteriza. Es cierto que el tiempo le ha pasado factura y que hasta repite ciertos chascarrillos, pero nadie ha logrado armar un cancionero así de contundente. 19 días y 500 noches, Y sin embargo, Y nos dieron las 10, Conductores suicidas y Calle melancolía, entre otros títulos, han traspasado la barrera del sonido, convirtiéndose en parte de la identidad cultural de España. Más de 10 millones de discos ha despachado Sabina desde que debutó en 1978 con Inventario. El hijo de Adela, ama de casa, y Jerónimo, inspector de policía, rápidamente empezó a desarrollar un interés especial por la música. De hecho, no tardó en escribir sus primeros versos a una novia de entonces.

Joaquin Sabina, en la Maestranza de Sevilla.

Joaquin Sabina, en la Maestranza de Sevilla. / CEDIDA

Tiene en su haber la Medalla de Oro al mérito de las Bellas Artes, el Grammy Latino a la Excelencia Musical, el Ondas al mejor artista español… Distinciones que, pese a la ilusión, ha recibido con el recelo del buen autor. Siempre ambicioso y perspicaz, ha buscado en Chavela Vargas, Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui, Pablo Neruda y Rafael Alberti la inspiración necesaria para alumbrar las letras de una vida. Hace tiempo que no escribe, al menos en el papel. Pues su cabeza nunca para. “Superviviente, sí. Maldita sea”, gritaba en Lágrimas de mármol. Lo lleva a rajatabla. Una purga emocional que, aún en activo, desmelando, le sigue dando alegrías.