ELECCIONES EN RUMANÍA
La diáspora rumana en Madrid explica su voto al candidato antieuropeísta: "Es un castigo a los políticos por no mejorar las condiciones para nuestro regreso"
La mayoría de los rumanos residentes en Madrid y en el resto de España votaron al candidato antieuropeísta que ha perdido las elecciones presidenciales este domingo

George Simion, el candidato ultranacionalista a las elecciones presidenciales de Rumanía. / Agencias

El alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, conseguía imponerse este domingo al ultranacionalista George Simion en la segunda vuelta de unas polémicas elecciones presidenciales en Rumanía, con más del 53% de las votos. Rumanos alrededor de todo el mundo vivieron con incertidumbre un resultado electoral que, de una forma u otra, será determinante para el futuro del país. En Madrid, donde habitan más de 144.694 personas de origen rumano según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística, emitida en 2021, no iba a ser menos. “Pasé un poco de miedo, aunque esperaba este resultado. Todos creímos que iba a ganar Simion”, explica Elena, que llegó a la capital hace 23 años. Pese a vivir junto a su marido y su hijo, quien también ha formado su propia familia, lamenta que el resto de su familia aún permanezca a más de 3.000 kilómetros de distancia: “Ellos también lo vivieron con mucha angustia porque pensaban que nosotros, al vivir en diáspora, votaríamos por la extrema derecha debido a la tendencia”.
La realidad es que gran parte de la población rumana residente en Europa -incluida la establecida en Madrid- apostó por la papeleta de Simion en lugar de la de Dan. “Lo han hecho para llamar la atención a los políticos de nuestro país. Una especie de castigo por llevar 35 años haciendo lo mismo. Durante los últimos tiempos ha crecido mucho la corrupción y los ciudadanos han sido dejados de lado. La clase política se ha enriquecido y los demás nos hemos empobrecido”, relata Elena. Desde su punto de vista, la atención ciudadana dejó de ser una prioridad hace tiempo y, pese a que todo apuntaba a una victoria ultraderechista, la población se ha movilizado para impedirlo: “Nosotros dejamos el país por las condiciones laborales, sanitarias y de transporte que había. Queríamos cambiar algo, pero no de una forma tan radical. Mucha gente de mi edad está descontenta porque Rumanía no avanza con estos asuntos”.
Otra de las razones por las que Simion ha recibido tanto apoyo es, según esta ciudadana, por un discurso del alcalde de Bucarest: “Dijo que si hacía falta que los jóvenes rumanos fuesen a la guerra, irían. Yo, como madre, tengo miedo de que eso ocurra. No creo que se llegue a ese punto, pero mucha gente ha votado a la ultraderecha para evitar esto. Nadie quiere que pongan a su hijo en el ejército”. De haber sido una posibilidad, Elena hubiera apostado por el candidato independiente Călin Georgescu, un hombre “íntegro”, cuyas ideas no son “tan negras como lo pintaron”. “Está en contra del sistema actual, es educado, hablaba bien a los ciudadanos, al contrario de Simion, que siempre habla con prepotencia. Es un hombre populista que prometió recortar las pensiones de los políticos si llegaba al poder y por eso ha ganado tanto electorado”, suma. En Italia, Polonia o Hungría, la ultraderecha avanza a paso rápido en las urnas y, según Elena, obedece a un hartazgo político: “La gente está saturada y necesitan un cambio. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres son más pobres. Algo tiene que cambiar. Como europea, creo que Rumanía va a sufrir medidas drásticas. Tiene muchísima deuda y eso no se puede arreglar de un día para otro”.

Reacciones tras la segunda ronda de las elecciones presidenciales en Rumanía. / Agencias
La sensación de miedo e incredulidad fue compartida en la tarde de ayer por gran parte de la población rumana residiendo en España. A Dana Giurca, escritora, traductora y filóloga rumana, le invadieron los nervios. “Tuve miedo de que pudiera ganar el sinsentido”, dice. La casi victoria del ultranacionalismo se debe, en su opinión, a la incipiente tendencia que se ha dado en otras naciones: “Mucha gente desengañada, harta de la corrupción, de la pobreza y de promesas sin cumplir. Se dejan engañar por promesas mezcladas en el caso de Simion, con la manipulación de unos valores importantes para la sociedad rumana, como la familia o la religión”. No obstante, el triunfo de Nicusor Dan es visto como un sinónimo de esperanza. “Se puede vencer el sinsentido”, asegura.

Nicusor Dan, tras ser elegido como presidente de Rumanía. / Agencias
"Elegir lo menos malo"
Ica, ciudadana rumana en España desde hace 22 años, asegura que no ha sido la herencia de la dictadura una influencia a tener en cuenta en estas elecciones. “Ha sido la incapacidad del gobierno de manejar el país. Desde los años 90 siempre ha existido esta sensación de tener que elegir lo menos malo. No porque quisiéramos elegir a uno u otro, sino por evitar la extrema derecha”, expresa. Ica habla de un cambio que, pese a las constantes promesas, nunca llegó y “ha propiciado el resultado este 2025”. La diáspora, que en su mayoría ha apostado por Simion, ha dejado las cosas claras: “Dejaron sus casas y a sus familias por motivos económicos, para buscar una vida mejor, para mantener a sus hijos en la universidad. Es un castigo a los políticos de Rumanía por no haber sido capaces de mejorar las condiciones para que pudieran regresar a sus hogares”.
“Quizás las condiciones económicas en España ya no son tan idóneas como lo fueron en su momento”, señala Ica en un intento de explicar la razón por la que cada año son menos los ciudadanos rumanos que viven en Madrid. En 2012 superaron los 219.000, una cifra que en diez años descendió hasta los 144.694: “Algunos han regresado a Rumanía con todo lo ahorrado para abrir nuevos negocios y buscarse la vida. Otros se han mudado a otros países de Europa donde la vida es más fácil. Si Rumanía se desarrollase y ofreciera estabilidad económica y oportunidades laborales a sus ciudadanos, muchos volveríamos a casa. Otros ya no. Han formado familias mixtas aquí y no les interesa irse a ningún lado porque su vida está en Madrid”. Las elecciones ya han pasado y, con ellas, la incertidumbre. Ahora, el candidato centrista y liberal enfrenta el reto de reconducir el país.
Fernando Veiga, analista político y catedrático de Historia Contemporánea
"Esta lamentable deriva política en Rumanía tiene un origen: el país está partido en dos. No son territorios habituados a conseguir grandes consensos, por lo que realmente es un drama. Lo venimos observando desde hace tiempo. Esto empezó en Ucrania, cuando en 2013 empezaron las manifestaciones del Euromaidán, donde la mitad estaba a favor de encaminarse a la Unión Europea y la otra mitad a Rusia. Lo estamos viendo por todo el continente, realmente. La situación es de quiebra total, de ruptura interna. Se ve en Francia, donde Macron está en el poder con el mínimo apoyo electoral. O en el Reino Unido, con gobiernos que no terminan de funcionar. Alemania están sufriendo el auge de los ultras".
"Mires donde mires, hay fracturas por doquier, lo que indica que hay algo que se está haciendo mal. De momento, nadie ha dado con la solución. No obstante, creo que cuando se llegue a un acuerdo con la guerra de Ucrania, entonces, comenzaremos a tomar un poco de aire y se destensará la situación que ha provocado este conflicto".