FERIA DE SAN ISIDRO

‘Frenoso’ y la cumbre de Victoriano del Río en Las Ventas

Fernando Adrián perdió la puerta grande con los aceros tras cuajar a un toro que se arrastró en medio de una gran ovación y mereció la vuelta al ruedo

La extraordinaria embestida de ‘Frenoso’ de Victoriano del Río en la muleta de Fernando Adrián.

La extraordinaria embestida de ‘Frenoso’ de Victoriano del Río en la muleta de Fernando Adrián. / PLAZA 1

Victoriano del Río se coló en el día de la ganadería del Puerto de San Lorenzo en San Isidro para remendar el encierro con dos toros, el tercero y el quinto de la tarde. Y como no hay quinto malo, según reza el dicho taurino, ahí salió ‘Frenoso’, número 95, de 559 kilos, un cinqueño que fue extraordinario en la muleta, con una embestida tremendamente emotiva y que entregó su vida en el oro refulgente del ruedo de Las Ventas. Un animal que fue una excelente medida contra el tedio de la tarde, que se encaminaba al fracaso absoluto con la divisa salmantina. 

El diestro Fernando Adrián.

El diestro Fernando Adrián. / EFE

Toros de calidad

Así que Victoriano del Río siempre es fuente del toro de calidad, con viveza y personalidad. Se les nota de inmediato en las embestidas. A ‘Misterio’, número 18, lidiado el primer día de San Isidro en las manos de Alejandro Talavante, hay que sumar a ‘Frenoso’, lidiado en Valencia, y ‘Manisero’, en Sevilla. Y este viernes otro toro de nombre ‘Frenoso’, familia que tiene los moldes exactos de la bravura total, un soberbio muestrario de las grandes virtudes de lo que significa un toro bravo

De impresionante presencia, es necesario analizar con absoluto realismo la embestida de ‘Frenoso’, al margen de gustos personales y simpatías a las que todos tenemos derecho: Victoriano del Río y sus hijos Pablo y Ricardo han encontrado un punto de bravura y una acometividad que glorifica su divisa y la bravura en sí mismo, lejos del genio y traducida en una entrega superior en la muleta de Fernando Adrián, quien volvió a demostrar que tiene los fundamentos de los buenos toreros: sitio, distancia y temple.

El animal galopó de largo y se empleó en los dos primeros tercios, especialmente también cumplió en varas. Adrián se amparó en su temple para citar de largo y templar las embestidas del toro. La buena colocación le perimitó siempre dejar la muleta colocada para ligar los muletazos con tandas largas. 

Huracán de Bravura

Lo que siempre hizo grande a la divisa de Victoriano del Río fue la emoción de sus tremendas embestidas. Y ‘Frenoso’ fue un huracán de bravura en el San Isidro de Las Ventas. Otro más en esta feria. Prontitud, fijeza, obediencia, transmisión, precioso el galope de su arrancada, la humillación desde antes del inicio del muletazo… Qué toro, con el que Fernando Adrián volvió a demostrar que tiene capacidad sobrada para estar donde estén los mejores

Fernando Adrian, esta tarde en Las Ventas.

Fernando Adrian, esta tarde en Las Ventas. / EFE

Exquisiteces aparte, Fernando Adrián lo cuajó de principio a fin. Que verdaderamente no era nada fácil estar a su altura por la tremenda acometividad de su embestida. Y sí lo estuvo, pero pinchó en reiteradas ocasiones y perdió la mismísima puerta grande de Madrid. El toro, que se arrastró en medio de una grandísima ovación, mereció la vuelta al ruedo. 

Tiempo de reflexión

José María Manzanares volvió a acabar manifiestamente desacreditado en sus dos toros y debería tomarse un tiempo de reflexión para el futuro de su carrera. 

Pablo Aguado, por su parte, dejó detalles con dos toros nulos del Puerto de San Lorenzo, divisa que volvió a lidiar una corrida de toros flojísima para San Isidro. También merece un tiempo de reflexión.

El diestro José María Manzanares.

El diestro José María Manzanares. / EFE