15 DE MAYO

Madrid desafía a Sevilla en San Isidro: "Siempre miramos hacia fuera en vez de reivindicar nuestras tradiciones"

La pradera se llena de madrileños celebrando la segunda juventud del Madrid castizo

Los madrileños celebran su fiesta más castiza en la Pradera de San Isidro

PI STUDIO

Héctor González

Héctor González

Madrid

Obrado el milagro de despejar las lluvias que amenazaban con empañar la jornada, madrileños y madrileñas han podido entregarse sin obstáculos a la fiesta grande de su patrón. Un San Isidro que, siguiendo la tendencia de los últimos años, cada vez es más multitudinario y castizo. La capital, tan inmersa en la vorágine de la modernidad que a menudo se olvida de sus raíces, sigue reivindicando sus tradiciones chulapas con unas fiestas que ya aspiran a rivalizar en tamaño y entrega a la Feria de Sevilla.

La pradera de San Isidro llena de gente el 15 de mayo, día del patrón.

La pradera de San Isidro llena de gente el 15 de mayo, día del patrón. / H. G.

Bajo un sol tan inesperado como bien recibido, un mar de parpusas, pañuelos, chalecos y claveles alfombran la pradera de San Isidro este jueves 15 de mayo, más lleno que nunca de jóvenes entregados a este renacer castizo. Es el caso, entre tantos otros, de Laura, Lucía, Isabel y Álvaro, los cuatro entre los 24 y los 25 años, de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes de toda la vida, que este año han decidido por primera hacerse con sus trajes y presentarse en la pradera. "Siempre estamos mirando hacia fuera y nos olvidamos de nuestras tradiciones", defiende Isabel. "Es una bonita forma de reivindicar nuestra tradición y la solidaridad de los madrileños, que acogemos a la gente de otras comunidades", continúa la joven, "es una manera de hacer visible nuestro arraigo" ¿Bailar un chotis? Lo dejan para el próximo año.

"Cariño" a la fiesta le tiene una tocaya de 26 años, quien recuerda que la tradición le viene desde pequeña porque en su colegio, en Jesus Maestro, "todos los años se celebra por todo lo alto". "Desde que tenemos 12 o 13 años, nos vestimos de chulapas y chulapos, presentamos una zarzuela y hacemos playback como si cacantásemosas canciones típicas del día", comenta Isabel. Para el próximo 15 de mayo, espera hacerse un traje que hoy lleva alquilado, "pero del tejido de la gorra y el chaleco del traje de chulapo".

Isabel, en el centro, junto a dos amigas, en la pradera de San Isidro.

Isabel, en el centro, junto a dos amigas, en la pradera de San Isidro. / H. G.

Por la pradera también se han dejado ver Carmen, Maricarmen y Carmen, "aunque me llaman Carmela", tres "sesentañeras, no sesentonas", que forman parte de la Factoría del Baile, escuela amateur de Coslada que este 2025 conmemora su décimo aniversario sanisidrero. Cómodamente sentadas bajo el toldo que han instalado a la entrada del parque, reponen fuerzas a la sombra entre baile y baile. Frente a ellas, un corrillo creciente de gente asiste a los bailes de chotis que ejecutan sus compañeros y compañeras. Veteranas de la pradera, las tres corroboran que cada vez más gente joven se apunta al folclore castizo madrileño. También al chotis, "aunque hay muy pocos sitios que lo enseñen", lamentan.

Carmen, Maricarmen y Carmen, a la sombra del toldo en la pradera de San Isidro.

Carmen, Maricarmen y Carmen, a la sombra del toldo en la pradera de San Isidro. / H. G.

La presencia de la juventud, una impresión que confirma Alejandro, rosquillero que lleva cuatro años sin faltar a su cita con uno de los puestos situados frente a la Ermita del Santo. "Este año se ven más chavales vestidos de chulapo y chulapa que antes", asegura con la parpusa calada sobre la frente. Tras una mañana más floja de lo habitual por culpa del cielo gris y encapotado, hacia el mediodía ha empezado a despegar la actividad con la llegada de personas que hacen cola para hacerse con sus rosquillas del santo, el dulce típico de las fiestas. Las de limón son las que se venden como churros, cuenta, pero sus favoritas son "las de café, son increíbles".