PHOTOESPAÑA 2025

El periplo europeo que convirtió a Joel Meyerowitz en fotógrafo se expone en Colón

El fotógrafo estadounidense, premio PhotoEspaña 2025, presenta en el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa una selección de las fotografías realizadas durante el viaje que hizo por Europa en 1966

Fotografía de la familia de flamencos a los que Joel Meyerowitz y su mujer conocieron en Málaga, los Escalona.

Fotografía de la familia de flamencos a los que Joel Meyerowitz y su mujer conocieron en Málaga, los Escalona. / Cedida

Madrid

A mediados de los años 60, la agencia de publicidad en la que trabajaba Joel Meyerowitz contrató a Robert Frank para que realizase las fotografías de un folleto promocional. Cuando Meyerowitz vio la forma de trabajar del autor de Los Americanos, renunció a su trabajo como director de arte y se volcó en la fotografía. Después de un tiempo documentando lo que veía en las calles de Nueva York, Meyerowitz, que había nacido en el Bronx pero cuya familia procedía de Europa del Este, consiguió "un dinerillo" y, junto con la que era su pareja, decidió viajar a Europa para probarse como fotógrafo y conocer sus raíces. A lo largo de un año, recorrieron más de treinta mil kilómetros a bordo de un Volvo, visitaron más de diez países y, cuando regresó a Estados Unidos con más de veinticinco mil fotografías disparadas, Meyerowitz consideró que ya se podía presentar ante los demás como fotógrafo.

"La primera parada del viaje fue Londres. Me sorprendió la falta de expresividad de la gente que encontraba por la calle —recordaba esta mañana Meyerowitz—. Allí visité al que había sido mi jefe en la agencia de publicidad, que no solo me recibió sin guardarme rencor, sino que me dejó una de las cámaras que utilicé en el viaje. Me contó que estaba escribiendo un libro de flamenco y que, si tenía pensado visitar España, aprovechase para ir a Málaga. Una vez allí, que fuera a un determinado bar y que preguntase por un amigo suyo llamado Peter". Después de arribar al Continente y atravesar España de norte a sur, pasando por ciudades como San Sebastián, Santillana del Mar, Barcelona o Valencia, Meyerowitz llegó a Málaga, buscó el bar en cuestión y preguntó por Peter. "'¡Niño, ve a buscar al americano', ordenó el dueño, y al rato vino Peter. Nos llevó a conocer a la familia Escalona cuyos miembros, esa noche, empezaron a tocar y cantar flamenco. No lo hicieron por nosotros, sino que lo hacían siempre", recordaba Meyerowitz que, impactado por la alegría, la generosidad y el arte de sus anfitriones, habló con su pareja y decidieron interrumpir su periplo para quedarse un tiempo en Málaga.

Una de las fotografías de Meyerowitz que se pueden ver en su exposición en el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa.

Una de las fotografías de Meyerowitz que se pueden ver en su exposición en el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa. / Cedida

Durante los siguientes seis meses, mientras Viviane Meyerowitz aprendía a tocar la guitarra española, Joel se dedicó a documentar la vida cotidiana malagueña. Desde los titiriteros y la cabra subiendo por una escalera de tijera, a un grupo de guardia civiles, pasando por el hombre anuncio de un circo, escenas interiores de los bares del lugar, estampas de Semana Santa e instantáneas relacionadas con el mundo de los toros, sin olvidar otras muchas fotografías a través de las cuales es posible seguir la evolución como fotógrafo de Meyerowitz.

"Cuando haces muchas fotos, resulta muy difícil salirte de aquello que sabes que funciona. El problema es encontrar nuevas formas de contar las cosas que ves. Esta foto, por ejemplo, demuestra mi evolución —relataba Meyerowitz ante una imagen de una calle de Málaga en la que se veían varias personas en los extremos del encuadre, mientras que en el centro y a lo lejos, se veía la fachada de un edificio—. Cuando empecé a hacer fotografías, pensé lo que piensa todo el mundo, que el elemento principal debía de estar centrado para que se viera mejor. Aquí me di cuenta de que dejar el centro de la imagen sin nada relevante también contaba cosas. Fue como si estirase el negativo de los lados y desplazase hacia ellos las imágenes que acostumbraban a estar en el medio".

M de Málaga y Madrid

Desde este 15 de mayo hasta el próximo 13 de julio, dos centenares de fotografías, entre las que se incluyen la imagen de la primera fiesta que Meyerowitz compartió con la familia Escalona cuando llegó a Málaga, aquella que supuso un cambio en su forma de mirar porque los focos de atención estaban desplazados a los lados, y escenas tomadas en Inglaterra, Irlanda, Francia, Marruecos, Italia o Rumanía pueden verse en el Teatro Fernán Gómez de Madrid dentro de la muestra Joel Meyerowitz: Europa 1966-1967, que forma parte de la programación oficial de PhotoEspaña 2025.

Una de sus instantáneas tomadas en París.

Una de sus instantáneas tomadas en París. / Cedida

Comisariada por Miguel López-Remiro, director artístico del Museo Picasso de Málaga, institución que ya la acogiera hace unos meses, la exposición puede ser leída de diferentes formas. En palabras de María Santoyo, directora del festival, si se atiende a la evolución de la disciplina fotográfica, las obras en exposición confirman a Meyerowitz como un pionero de la imagen en color cuando esa técnica era despreciada por ser propia de los editoriales de moda o de fotógrafos aficionados. Desde el punto de vista histórico, las imágenes retratan una Europa que todavía estaba en proceso de reconstrucción después de los desastres de la Segunda Guerra Mundial. Por último, desde el punto de vista político o filosófico, son una celebración de esa Europa que, a pesar de sus diferencias, comparte una cultura común que sirve de nexo entre los países miembros.

"Este viaje, y especialmente Málaga, me hizo fotógrafo y me transformó como persona. Me permitió saber qué tipo de artista podía ser y qué tipo de persona debía ser —reconocía Meyerowitz al que, en un primer momento, la cultura española y el idioma le resultaban completamente ajenos—. Eso hizo que prestase más atención a todo lo visual y encontrase emociones y poesía en escenas en las que aparentemente no pasa nada. Además, la gente de Málaga me enseñó a tomarme la vida de otra manera. Cuando le preguntaba a la familia Escalona qué sucedía cuando en lugar de tanta alegría venían momentos malos, me respondían que, en esos casos, solo había que apretarse el cinturón un poquito y seguir para adelante", compartía Joel Meyerowitz que, durante su aventura europea también pasó por Madrid.

Diapositiva de la Casa de Fieras del Retiro que se puede ver en la exposición de PhotoEspaña 'Europa 1966-1967. Joel Meyerowitz'.

Diapositiva de la Casa de Fieras del Retiro que se puede ver en la exposición de PhotoEspaña 'Europa 1966-1967. Joel Meyerowitz'. / Cedida

Aunque en comparación con la estadía de seis meses en Málaga los dos días que pasó en la capital son apenas un suspiro, Joel y Viviane tuvieron tiempo para visitar el parque del Buen Retiro, algunas de las calles principales de la ciudad y, cómo no, el Museo del Prado. Prueba de ello son las imágenes de los visitantes junto a algunos de los cuadros más conocidos de la pinacoteca, retratos de mujeres de los barrios adinerados de la ciudad o las fotografías de la antigua Casa de Fieras (actual biblioteca Eugenio Trías), en las que se puede ver un hipopótamo, varios sacerdotes que participan de un encuentro de pintura al aire libre o un grupo de jóvenes que se divierten y bromean en el parque. Estas se exponen todas como diapositivas en la muestra. "Aunque España estaba bajo el régimen de Franco, me di cuenta de que la gente buscaba cómo pasarlo bien y divertirse a pesar de todo", comentaba Meyerowitz, que finalizó el recorrido por la muestra con un sincero, "gracias, Málaga".