EXPOSICIÓN
El motín en la cárcel de Carabanchel que Marisa Flórez fotografió desde dentro: "Son piezas de gran valor patrimonial"
La Sala Canal de Isabel II homenajea, hasta el 20 de julio, a la fotoperiodista con 184 imágenes que retratan acontecimientos decisivos de la historia de España

Motines en la cárcel de Carabanchel (1977 y 1981). / MARISA FLÓREZ

Conocer España a través del ojo de Marisa Flórez tiene un añadido: nadie como ella ha retratado con tanta claridad los hitos de nuestra historia. En sus fotografías ha relatado acontecimientos que, hoy, con la perspectiva que dan los años, fueron decisivos. En todos los ámbitos, pero sobre todo el la cultura y la política. Ahí está, por ejemplo, la icónica imagen de Pedro Almodóvar con Maria Barranco, Carmen Maura y Rossy de Palma en 1987. O aquella que, en 1977, inmortalizaba los motines que tuvieron lugar en la cárcel de Carabanchel. “Su trabajo ha sido fundamental para asentar a toda una generación de fotoperiodistas que se consolidaron durante la Transición y tuvieron que hacer frente a una sociedad patriarcal”, dice Mónica Carabias, comisaria de Un tiempo para mirar. Una retrospectiva que estará en la Sala Canal de Isabel II hasta el 20 de junio.
“Es interesante ver, cómo al igual que la gran Tina Modotti, forjó su identidad sobre la calidad de la imagen y su valor como información con independencia del soporte. Su estilo es sinónimo de honestidad, respeto y paciencia. También de compromiso y lucha. Todo ello, sin duda, la convierte en una de las grandes representantes de la fotografía documental”, continúa Carabias. Flórez inició su trayectoria en 1971 en el diario Informaciones, pero no fue hasta su llegada a El País cuando eclosionó. Fueron 36 años de creación, en los que no se le resistió ningún movimiento social.

Concierto de Joan Manuel Serrat en las Fiestas de San Isidro, en 1983. / MARISA FLÓREZ
Las 184 imágenes que conforman la exposición han sido seleccionadas a conciencia para poner en valor su aportación: un cosmos sencillo, valiente e intuitivo, donde la luz era decisiva, sin ruidos, buscando la simpatía y garantizando el respeto. “Era consciente de que nada es fruto del azar, que el conocimiento y la preparación son fundamentales a la hora de fotografiar un momento. En este sentido, para ella, cualquier escenario es válido siempre y cuando el objetivo fuese transmitir la verdad de la manera más directa y creativa posible. Sin olvidar que cada instantánea, ya fuese una historia o un personaje, contenía un poco de ella”, subraya Carabias, que ha articulado el proyecto sobre dos ejes. Por un lado, la riqueza expresiva de su obra, con yuxtaposiciones, contrastes, fragmentos… Y, por otro, la variedad temática, que va desde la crónica social al activismo humanitario.

Pedro Almodóvar con las actrices María Barranco, Carmen Maura y Rossy de Palma en 1987. / MARISA FLÓREZ
“Haberme sumergido en su archivo ha sido todo un privilegio, aún más trabajar con ella codo a codo en la selección final. Ha sido fruto de un proceso largo y apasionante que arrancó casi con un millar de fotografías. El fin siempre estuvo claro: facilitar un encuentro con nuestro pasado bajo la premisa de disfrutar mirando aquel tiempo presente que, una vez fotografiado, como señala la gran Berenice Abbot, se convierte en pasado”, añade. A lo largo de carrera, Flórez recibió premios tan importantes como el Nacional de Periodismo Gráfico.
Memoria histórica
El recorrido empieza a pie de calle, con un repertorio centrado en nombres del espectáculo. Una planta arriba, la muestra toma tintes políticos: centrada en la inauguración de la primera legislatura, se adentra en la vida parlamentaria y sus respectivos protagonistas. En la segunda, acoge el devenir de distintos episodios sociales: atentados, manifestaciones, encarcelamientos… Y, por último, pone el foco en la llegada del Guernica. “Una parte importante de su trayectoria profesional se ha vinculado al desarrollo constitucional. Es nuestra memoria histórica. Contemplar este universo repleto de primeros planos representa, en cierto modo, un ejercicio saludable de mirar hacia atrás para ayudar a entender el presente”. Flórez se trasladó a Madrid desde su León natal con sólo 23 años y, mientras estudiaba turismo, aprendió fotografía por su cuenta. Por aquel entonces, muy pocas mujeres se dedicaban a ello.

Periodistas buscan información en una reunión a puerta cerrada del Consejo político de la UCD. / MARISA FLÓREZ
“Hoy España comporta un retrato bien distinto, donde todo el mundo opina de todo. Los cientos de documentos realizados por ella resultan imprescindibles para el descubrimiento de generaciones futuras. Y, como sociedad, tenemos el compromiso y la responsabilidad de preservarlo”, concluye Carabias. Un último apunte: “Son piezas de gran valor patrimonial, representativo de una época reivindicativa salpicada de deseos”.