NOVILLADA EN LAS VENTAS

Aarón Palacio, un lujo de torero

El joven nacido en las Cinco Villas de Zaragoza corta una oreja en su presentación en Las Ventas

Aarón Palacio, triunfo en mano, saluda al público.

Aarón Palacio, triunfo en mano, saluda al público.

Primera novillada con picadores del San Isidro de Las Ventas y primer nombre propio que ofrece como revelación entre los jóvenes: Aarón Palacio, nacido en las Cinco Villas de Zaragoza, fue el que más y mejor anduvo con la novillada de Alcurrucén y el que demostró poseer un asentado oficio y plausible concepto del arte de torear.

No era nada fácil cuajar al quinto de la tarde, un utrero de Alcurrucén con un exquisito pitón izquierdo, con esa clase característica del encaste Núñez que también apuntaba su preciosa lámina. 

Así que Aarón Palacio realizó un toreo especial durante su presentación en Las Ventas, con el sello de su personal estética, sobre todo, al natural, basado en el acompasado ritmo de su pulso, en la pureza en los cites y en el sentido de las distancias.

El triunfador de la tarde en plena faena por naturales.

El triunfador de la tarde en plena faena por naturales. / Plaza 1

Especialmente en el quinto estuvo seguro, bien colocado y solvente, haciendo todo desde el principio con mucha naturalidad, con toreras formas y manejando la muleta con cadencia y profundidad.

El joven criado en la Escuela Taurina Mar de Nubes que dirige Miguel Cuartero obró un toreo excelso basado en la inteligencia, en buscar siempre los terrenos propicios y en saber entender mejor que nadie a cada uno de sus dos oponentes. En ambas faenas buscó la exacta colocación.

Su talento para el toreo puro, su madurez, su pausa, su seguridad, su buen conocimiento de las distancias y el añadido de una ambición, de un orgullo, de un valor que le permitió conquistar con una oreja de ley tras una estocada perfecta de ejecución que requirió dos golpes de descabello. En su primero bis también dejó entrever sus buenas maneras.

A Sergio Sánchez, que también se presentaba en Madrid, le pesó la tarde porque pudo hacer más en su primero, y Javier Zulueta también gustó en Madrid. 

El sevillano tuvo en suerte un segundo sobrero de Montealto. Veroniqueó con gusto y logró mantener en pie a un animal de buena condición pero que se chocó contra un burladero de salida y lo acusó durante la lidia. 

Al sexto, Zulueta lo aprovechó a base de darle distancia y no molestarlo. Alargó la faena y obró una tanda por el pitón derecho de buena compostura y trazo. Demostró que le funciona muy bien la cabeza delante de las reses y emana pinturería cuando torea sin toro... Debe ser la tierra que le vio nacer a orillas del Guadalquivir. 

Aarón Palacio, tras pasar por plazas de la categoría de Sevilla, Bilbao y Valencia, mantiene ahora íntegro el crédito que se ganó en esas plazas de primera tras entusiasmar en Las Ventas de Madrid. Que no es poco.