Atocha ve la luz, pero no el final del túnel: "Hemos pasado la noche aquí y hasta las 5 no sale nuestro tren"

De pie, apoyados unos en otros o contra paredes y columnas; sentados sobre sus maletas o en el suelo, e incluso tumbados algunos. Miles de personas se agolpan este martes por la mañana en la estación de Atocha mientras Renfe y el resto de operadoras hacen encaje de bolillos para reubicar todos los viajes cancelados durante el apagón de ayer. Algunos llevan 'apenas' unas horas haciendo cola en la estación, pero no pocos han pasado la noche entre mantas de la Cruz Roja y muchos nervios.

Es el caso de Erica y Noelia, ambas argentinas, que tardarán en olvidar las últimas 24 horas. Viajaban en un tren con destino a Málaga cuando, a las fatídicas 12:32 horas de este lunes 28 de abril, se fue la luz en toda la Península. Tras más de una hora y media paradas en mitad del túnel, con muchos nervios por la falta de respuestas e información, fueron desalojadas a pie. "Nos llevaron caminando por el túnel, con personas con chalecos y linternas guiándonos", cuentan.

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Muchas horas de espera e incomunicación después, "sobre las 9 nos dijeron que podíamos entrar para pasar la noche", explica Erica. Como ellas, otras miles de personas - alrededor de 4.000, según el conteo oficial-, que han hecho noche en los vestíbulos de la estación. "Al principio solo había un baño habilitado y las colas eran eternas", lamentan, "estaba muy mal organizado".

Alrededor de las 2 de la madrugada empezaron a llegar las mantas y algunos suministros, traídos por la Cruz Roja y la Unidad Militar de Emergencias (UME). Una mejora de su situación, aunque no lo suficiente para evitar que no hayan "pegado ojo en toda la noche, alerta por lo que pudiera pasar y por nuestras cosas", relatan. Por delante les quedan todavía varias horas más de paciente espera hasta que salga su tren, programado para las 17:00 horas de esta tarde.

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Horas de espera para ser reubicados

Parecida situación han vivido Noyon y su acompañantes, venidos de Malasia, que esta mañana todavía seguían acostados en uno de los laterales del vestíbulo principal sobre sus mantas rojas haciendo tiempo para coger su tren. También la de Alexandre Calvoa, quien junto con su mujer, sus dos hijos y otra familia de amigos, han pasado la noche entre Atocha y el aeropuerto de Barajas, donde su vuelo de regreso a Portugal fue cancelado.

Mejor suerte han tenido otros viajeros que, pese a acumular ya varias horas de espera esta mañana, han podido pernoctar en algún hotel de los alrededores, como Silvia Piazzi y su marido. Argentinos también, aterrizaron ayer desde Buenos Aires y les llevó más de dos horas llegar en taxi hasta su hotel, próximo a Atocha. Su tren para Sevilla debía partir a las 10 de esta mañana, pero "no tiene pinta", apunta más de un cuarto de hora pasada la hora.

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Desde Cuba y Puerto Rico, pasando por Florida (EEUU), llegaron el sábado por la mañana Yoandra Villegas, Elísabez Pérez y Lillian Reyes.Su próxima parada, cuando sea posible, será Barcelona. Precisamente uno de los destinos por el que suspiran más personas en la primera planta de Atocha, donde una trabajadora armada con un megáfono y varios agentes de Policía Nacional se afanan por intentar poner orden en el caos humano.

Una planta más abajo, el personal de Renfe informa a los viajeros que hacen varios metros de cola frente al punto de información y venta de que no es necesario cambiar los billetes de los viajes cancelados ayer, los cuales están siendo reubicados automáticamente por orden cronológico. Sin embargo, el mensaje apenas logra llegar un par de puestos más allá de la cabecera de la fila, a la que no deja de sumarse un goteo incensante de personas ávidas de respuestas tras las largas horas de incomunicación y oscuridad de este lunes.