Destruyen los murales de la Tabacalera de Madrid sin fecha de recuperación: "Siempre nos quedará la periferia, que también es romántica"

Un grupo de personas se apelotona frente a Tabacalera. Suben y bajan la calle Miguel Servet varias veces. “No puede ser”, dice uno. Llevan una cámara en mano, se les ve agitados. Por sus aspavientos, querían fotografiar los murales que, desde 2014, decoran su exterior. Sin embargo, no podrá ser. Los están picando por la próxima apertura del espacio cultural: distintos andamios tapan una fachada que, ahora, 11 años después, volverá a su gris original. “¿Los volverán a pintar?”, pregunta otro. Por el momento, no está claro.

El Consejo de Ministros aprobó, en enero de 2024, un acuerdo para la rehabilitación de la antigua fábrica de tabacos de Madrid, construida a finales del siglo XVIII. El objetivo es su reconversión en centro de producción y residencias artísticas donde investigar e intercambiar experiencias profesionales. Un proyecto de titularidad estatal que aspira, a través de la participación de las comunidades autónomas, a visibilizar el tejido cultural español y ser una institución abierta al barrio de Lavapiés. En total, 12,5 millones de euros para darle una nueva función.

Dado el asombro que ha despertado la desaparición de las obras que, a lo largo de tres ediciones, realizaron Jonipunto, Suso33, Casassola, Okuda, Ampparito y Spogo, entre otros, EL PERIÓDICO DE ESPAÑA se ha puesto en contacto con el Ministerio de Cultura para conocer el estado de la cuestión: “La rehabilitación de las fachadas de Tabacalera forma parte del proyecto de recuperación del inmueble que se está llevando a cabo. Se trabaja con la voluntad de reactivar en un futuro próximo la línea de acción relacionada con el arte urbano”.

La iniciativa Muros nació en mayo de 2014 para reconquistar el espacio público. Por aquel entonces, se acometieron 27 intervenciones con un hilo conductor: la idea de contexto. El fin era crear una obra acorde con su línea de trabajo, pero a la vez integrada en el lugar donde se realiza. En junio de 2016, la temática fue la naturaleza. Mientras que, en junio de 2019, el azar. Tres convocatorias que atrajeron a numerosos artistas del país, entusiasmados por colorear el centro de Madrid. De ahí que su desaparición les preocupe.

Un paso atrás

“Eliminar cualquier elemento cultural es un paso atrás. Esta iniciativa permitía que las intervenciones duraran hasta que se realizara la siguiente. Un punto intermedio entre el encargo y la rapidez cambiante de la vida pública. No hablo de restaurar, sino de volver a activarla. Estos proyectos no sólo embellecen la ciudad, también fomentan la creatividad y el diálogo. Además, generan un ambiente fértil para disfrutar de las ciudades, su urbanismo y lenguajes”, sostiene Son3k, artista asturiano afincado en la capital.

Siempre experimental, suele convertir lugares abandonados como fábricas y descampados en lienzos que cobran vida progresivamente, fomentando una reflexión sobre la sostenibilidad y la cultura: “El arte urbano tiene un valor incalculable y las instituciones deberían apostar por su promoción y conservación, ya que aporta una dimensión cultural y social valiosa. Espero que lo retomen para que sigan provocando y generando acciones en las que cualquiera pueda ser público y disfrutar de ellos”.

Buscar la periferia

Una visión que comparte Manolo Mesa, uno de los últimos protagonistas de Muros. En su obra ahonda en las tradiciones populares y la esencia de la cerámica, elementos ligados al hogar y la intimidad. “Es necesario que la gente pueda expresarse en público. Tabacalera era un sitio para el encuentro, donde se generaban situaciones diferentes. Todo el mundo tiene una visión bonita de estos lugares, los vive, los habita, los disfruta. Enriquecen tanto que, al final, las instituciones lo quieren para ellas”.

Para el artista, murales como el suyo aportan una nueva mirada a la rutina que trae la vida incorporada. “Hay quien ha nacido viéndolos. El hecho de que puedan pintarse supone un respiro visual a lo establecido. Llenar las paredes de firmas, pegatinas, dibujos y carteles entabla una conversación con las personas que las ven a diario. Incluso cuando desaparecen”, dice. Por ello, pese a las dificultades, no deja de buscar nuevos lienzos en los que plasmar su imaginario. Lo tiene claro: “Siempre nos quedará la periferia, que también es muy romántica”.

Demasiada publicidad

Muros es un proyecto de Madrid Street Art Project, una entidad independiente dedicada a organizar y producir actividades propias del arte urbano. ¿El propósito? Ponerlo en valor y acercarlo a todo tipo de públicos. Preguntados sobre la realidad de Tabacalera, se muestran críticos: “La ciudad está cada vez más copada de publicidad e instalaciones que te presionan al consumo. Se necesitan espacios para la expresión y la creatividad. La ciudadanía debe disfrutar del arte en su cotidianidad. No hace falta que vayan a un centro cultural, están en su barrio, cuando hacen la compra”.

No obstante, reconocen que el éste debe evolucionar junto con la propia urbe: “El propio Lavapiés ha cambiado. Ha pasado una década y, en este tiempo, se ha transformado, yendo por un camino y otro. En cualquier caso, fue valiente la apuesta del Ministerio de Cultura entonces. Esperamos que, cuando acabe la remodelación del inmueble, retomen el proyecto. En el formato que sea, pues el arte urbano está en constante avance. Tienen que ser conscientes del valor que tiene este movimiento, de la importancia que supone para la ciudad”.