MÚSICA
Delafé y las flores azules: "Nos gusta cargar las pilas de la gente que viene a vernos"
Oscar D'Aniello y Helena Miquel se han vuelto a juntar para publicar disco y hacer gira como Delafé y las flores azules. Este viernes lo presentan en la sala Shôko como parte del ciclo Sound Isidro

Delafé y Las Flores Azules, retratados hace unas semanas en Barcelona. / Victòria Rovira
Corría 2005 cuando apareció una banda con un nombre de fantasía, Facto Delafé y las flores azules, que hacían una música con un estilo muy propio de pop rapeado. Por entonces se autoeditaban. Empezaron a sonar en Disco Grande de Radio 3, y de pronto aparecieron en la publicidad de unos grandes almacenes: su verso "la primavera ha llegado a la ciudad", incluido en la canción Mar, el poder del mar, era perfecto para su campaña de temporada. Publicaron dos discos. Y ya sin Facto, sin Marc Barrachina, se reconvirtieron en Delafé y las flores azules. Helena Miquel y Óscar D’Aniello, llegaron a tocar hasta en México y publicaron dos discos más, el último De ti sin mí - De mí sin ti (2013). En 2015 Miguel dejó la banda, que se quedó ya reducida a Delafé con D'Aniello como único miembro original.
El dúo vuelve ahora con Amor, un disco-canción divido en nueve partes que se puede escuchar en su versión integral o corte a corte, y que es un canto a la vida, una especie de mantra vital. Además han vuelto a los escenarios: este viernes actúan en la sala Shôko de Madrid dentro del marco de Sound Isidro, el sábado en La Casa del Loco de Zaragoza y cierran su gira el 23 de mayo en la Sala Apolo de Barcelona.
P. ¿'Amor' es un viaje sanador? ¿Cuáles son sus ingredientes?
Ósca D'Aniello No sé si ha sido algo sanador, pero sí ha sido algo nuevo dentro de mi ámbito. Llevo muchos años haciendo canciones, pero esto fue algo diferente. Es como si llevara toda la vida haciendo sushis y de pronto me pongo a hacer pizzas. Un cambio dentro de la misma disciplina. Porque nunca me había enfrentado a un reto tan heavy como hacer una canción de media hora. Los ingredientes serían una pandemia y la paternidad. Y un cambio de vida total. El hecho de no poder salir de casa e inventarte la aventura musical por tu cuenta. Y luego estar muy en contacto con la vida y con el hecho de haber sido padre.
P. Hay muchas frases que hablan de vivir “el presente”, ese “aquí y ahora”, o que dicen que “el futuro es lo que nos aleja”
Helena Miquel Yo creo que en realidad todos nosotros necesitamos que nos vayan recordando este tipo de frases porque al final es difícil estar viviendo constantemente el aquí y ahora. Siempre pensamos en “mañana tengo que hacer esto, lo otro...”, y en realidad nos cuesta vivir el presente. Incluso el mensaje que damos en la canción, o en cualquiera de nuestras canciones, muchas veces nos sirve a nosotros mismos para autoaconsejarnos. Teniendo niños te das cuenta de que ellos viven el momento. Lo que quiero decir es que es necesario que nos repitamos este tipo de mensajes porque nunca es suficiente. Sobre todo es importante disfrutar de esos pequeños momentos en los que realmente te lo estás pasando bien y eres feliz.
P. ¿Sienten que con 'Amor' empiezan de cero?
H.M. Somos los mismos, más mayores, más maduros, pero seguimos teniendo la misma conexión. El hecho de tocar, de interpretar canciones nuevas en directo nos da una nueva motivación, nos genera ese nuevo nerviosismo. Entonces es una continuidad, eso lo llevamos ya en el ADN de la banda. Y nos sentimos muy seguros con lo que hacemos en el escenario. Pero lo bonito es eso, recuperar la ilusión, la motivación y esas cosquillas en el estómago antes de salir al escenario.
P. ¿Cómo configuraron su identidad como banda?
H.M. La manera en que surgió fue totalmente espontánea. En ese momento era Facto Delafé, que eran Marc y Óscar. Me pidieron que grabara una canción que se convertiría en Mar, el poder del mar. Yo nunca había cantado en castellano porque en mi banda Élena cantábamos en inglés, o en catalán después. Ellos tenían algunas canciones escritas y pensaron a ver qué tal yo, si le daba un toque a la canción. Y nos dimos cuenta, una vez grabada, que estábamos haciendo algo especial de verdad. Óscar y yo tuvimos esa sensación de que realmente había pasado algo. Ahí creo que creamos la marca, con ese juego de voces: Óscar rapeando, yo cantando las melodías. Se engendró ahí sin saberlo, de una manera espontánea. Nació en Mar, el poder del mar, nos dimos cuenta de que funcionaba súper bien y entonces empezamos a explotarlo y a explorarlo. Al principio nos costó que nos ubicasen, porque recuerdo que en ese momento las discográficas nos decían, “está muy bien, pero es que no sabemos qué estilo hacéis, o sea ¿qué sois, pop, hip hop?”. Nos pasaba esto, nos costaba que nos ubicasen, pero al final nos fuimos haciendo nuestro lugar.
P. ¿'Amor' tiene algo de receta de autoayuda o es más un grito universal de encuentro y disfrute?
O. D'A. No me gusta el concepto de autoayuda, es como despectivo. Amor es una canción que da consejos muy sabios. No los he inventado yo, en cualquier terapia te lo aconsejan. Es no estar proyectando siempre lo que está por venir. Intentar que el presente no esté condicionado por tus errores del pasado. Estar más conectado al instante, al presente. No ahogarte en charcos. No adelantar cosas que pueden pasar, porque no van a pasar. Intentar que la mente sea tu criada, que no se adueñe de ti. De eso habla Amor. Y de los ciclos de la vida. El llanto del niño, amar, llorar, sentir, soñar, inspirar, expirar y volver a empezar.
P. ¿Qué ha supuesto la paternidad en sus vidas y cómo afecta a Delafé y las Flores Azules?
O. D'A. La paternidad es un punto y aparte drástico en la vida para cualquier persona. Y para mí ha supuesto, entre otras cosas, descubrir un amor nuevo muy potente. Tener la responsabilidad de que hay una persona que depende de mí. Dejar de ser “hijo de” para ser “padre de”. Ese es un punto muy potente. Dejas de ser tú el centro del mundo y pasas a dar la vida por tu hijo. Te cambia totalmente la perspectiva.
P. ¿Cómo definiría qué son Delafé y las Flores Azules en directo?
O. D'A. Somos un grupo muy enérgico, vitalista. Pretendemos que nuestro directo sea como ir a un concierto de música soul aunque no tengamos nada que ver con el género. Pero sí que salgas del concierto como si hubieses cargado las pilas. Ese es nuestro objetivo, cargar las pilas de la gente que viene a vernos. Y dar una pizca de esperanza o de magia a la vida.
P. 'Amor' incluye arreglos orquestales y hasta un momento 'rave'. Pero, ¿cuál es su esencia inconfundible?
O. D'A. En Amor hay de todo. Los arreglos orquestales se grabaron en Nashville con Michael Carmichael, que es un arreglista buenísimo. Lo que he querido juntar en Amor son un montón de estilos. Con nuestra forma personal de rapear de forma pop, esta especie de manera de hacer que tenemos tan inconfundible, pero juntando el pop, el soul, juntar la música electrónica… Y te diría bandas. Suena a Flaming Lips, a Primal Scream, a los Rolling Stones, a Head Again, a Low, a Yo La Tengo, pero también a Scott Walker, a música de violines, a Tindersticks. A todos esos universos que nos gustan tanto.
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