La Semana Santa concluye en la Plaza Mayor de Madrid al son de decenas de tambores

Arracimadas en el cruce entre la plaza del Conde de Miranda y la angosta calle de Puñonrostro. Pegadas a los laterales de la diminuta calle del Codo y de la estrecha subida por la calle del Cordón hacia la Plaza de la Villa. Agolpadas en cada esquina y tramo del recorrido, miles de personas se han congregado este domingo en los alrededores de la Plaza Mayor para contemplar el paso de la tradicional y estruendosa Tamborrada de Resurrección.

Tamborrada del Domingo de Resurrección 2025 en Madrid.

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Un retumbar incesante de redobles de tambor que se ha alzado desde las calles al cielo del centro de la capital para despedir por todo lo alto esta Semana Santa 2025. Entre una mezcla de lenguas, países de procedencia y emociones - desde la simple curiosidad al entregado fervor religioso-, varios centenares de espectadores han sido testigos del solemne desfilar de los integrantes de la Cofradía La Real, Muy ilustre y Antiquísima de la Esclavitud de Jesús Nazareno y Conversión de Santa María Magdalena Cofradía de Zaragoza.

Conforme la comitiva ha superado el primer recodo del itinerario, los espectadores se han dividido para incorporarse al final de la procesión, unos, y para tratar de adelantarse a la próxima parada, otros. "¡Corred, corred, que no llegamos!", gritaban unos niños a sus padres que, casi sin resuello, trataban de seguirles el ritmo mientras rezongaban: "Se suponía que esto empezaba a la una", respondía la madre.

Y es que, probablemente por la velada amenaza de unas nubes cada vez más grises cerniéndose sobre las cabezas de todos los presentes, los pasos y acordes se han adelantado alrededor de 20 minutos de la hora prevista. La experiencia de las procesiones de este Viernes y Sábado Santo canceladas por culpa de las inclemencias climáticas ha tenido, con casi toda seguridad, mucho que ver en esta decisión improvisada.

Este arranque apresurado no ha empañado, sin embargo, el discurrir del espectáculo. Como tampoco lo ha hecho un pequeño incidente al comienzo del mismo, cuando el tambor de uno de los jóvenes músicos se ha desgarrado, obligándole a abandonar su puesto en la vanguardia del desfile para intentar pasar desapercibido más atrás. Todo ha terminado, como marca la tradición y sin más contratiempos, en una Plaza Mayor llena hasta los topes, con cientos de personas abarrotando los laterales y soportales de la emblemática plaza.