Procesiones, peticiones a la Virgen y su 50 cumpleaños: la Semana Santa 2025 de Almeida

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha protagonizado una intensa agenda durante la Semana Santa, participando activamente en dos de las procesiones más emblemáticas de la capital, aunque una de ellas tuvo que adaptarse debido a las inclemencias meteorológicas. También ha estado en Málaga, donde asistió al tradicional desembarco de la Legión y a la entronización del Cristo de Mena.

El Jueves Santo, Almeida acompañó a la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena en su recorrido por las calles del distrito de Centro. Le secundaron el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, y los concejales Carlos Segura (Centro) y Nadia Álvarez (Ciudad Lineal).

El tradicional paso incluyó las imágenes restauradas del Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena, con profundas raíces sevillanas pero adaptadas a la identidad madrileña. También ese mismo día el alcalde celebró su 50 cumpleaños, pasando así "a la quinta planta de la vida" tal y como afirmó en una entrevista con Telemadrid esta semana.

Suspensión por la lluvia

El Viernes Santo, Almeida se trasladó a la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, donde la Archicofradía Primaria suspendió su procesión anual debido a las fuertes lluvias. En su lugar, se realizó una exposición de la venerada talla en la puerta del templo.

El regidor madrileño, acompañado por la concejala de Turismo, Almudena Maíllo, y los ediles Lola Navarro (Arganzuela) y Nacho Pezuela (Moratalaz), aprovechó el momento para hacer un llamamiento a la “confianza y esperanza en el futuro”.

Ambas cofradías representan pilares de la Semana Santa madrileña. La de Medinaceli, fundada en 1710 y declarada Archicofradía Primaria en 1928, cuenta con 42 filiales en España y un vínculo histórico con la familia real. Desde 2014, procesiona junto a la Virgen Dolorosa. Por su parte, la hermandad del Gran Poder y la Esperanza Macarena mantiene vivo el espíritu del Madrid de posguerra, consolidándose como una de las primeras en integrar pasos propios en la capital.