SEMANA SANTA

Pasiones vivientes en Madrid: fe, turismo y hasta 20.000 personas para ver una 'crucifixión' en directo

Las escenificaciones de los últimos momentos de la vida de Jesucristo se multiplican por la Comunidad, con la de Chinchón como celebración insignia

Un momento de la representación de la Pasión viviente de Daganzo de Arriba en 2024.

Un momento de la representación de la Pasión viviente de Daganzo de Arriba en 2024. / ASOCIACIÓN FOTOGRÁFICA OBJETIVO DAGANZO

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Madrid

Entre la proclamación de fe y devoción, el acto teatral y el reclamo turístico, las Pasiones vivientes llevan tiempo convertidas en uno de los atractivos de la Semana Santa en la Comunidad de Madrid. Un paso más allá de las procesiones, estas escenificaciones en directo de pasajes bíblicos relativos a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo son verdaderos acontecimientos en los municipios en los que se celebran, a menudo organizados por asociaciones culturales creadas ex profeso y que alcanzan niveles de realismo y dramatismo sorprendentes, crucifixiones incluidas, a pesar de estar protagonizadas por voluntarios.

La Comunidad de Madrid las suele destacar en su oferta turística y cultural para estas fechas. Desde la Consejería de Cultura se llegó a presentar hace algunos años una Ruta de las Pasiones Vivientes. Además hasta tres de las que se celebran en una decena de localidades han sido reconocidas como fiestas de Interés Turístico Regional: las de Morata de Tajuña, Daganzo de Arriba y Villarejo de Salvanés. También se declaró de Interés Turístico Regional, en 2013, la de Carabaña, pero dejó de celebrarse hace un par de años tras la extinción de la asociación que se encargaba de organizarla sin que nadie tomara el testigo.

Ninguna, no obstante, como la de Chinchón, celebrada desde 1963 y señalada fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980, hace ya 45 años, y que cada Sábado Santo atrae a visitantes incluso del extranjero. Este es un recorrido por algunas de las Pasiones vivientes de Madrid, cuadros de arte dramático popular y al aire libre cada vez más seguidas.

Chinchón: la más antigua

Cuna de las Pasiones vivientes en la Comunidad de Madrid y espejo en la que se miran otras, la representación de las escenas evangélicas en esta localidad de la zona sureste de la región comenzó en 1963 por iniciativa de quien entonces, con 27 años, era joven coadjutor de la parroquia del municipio y acabaría siendo uno de los sacerdotes y empresarios hosteleros más conocidos de Madrid, Luis de Lezama, quien fue propietario del Café de Oriente y La Taberna del Alabardero. Lo que empezó de manera modesta, a la altura de 1980 ya era Fiesta de Interés Turístico Nacional y hoy es un despliegue de efectos especiales que incluye la ascensión de un Cristo resucitado, previos todos sus padecimientos, ante la fachada de la iglesia de la Asunción. Unas 250 personas participan en la puesta en pie de las distintas escenas por varias localizaciones, con centro en la conocida plaza Mayor del municipio. Se celebra el Sábado Santo al caer la noche y ha llegado a recibir hasta 15.000 y 20.000 asistentes, cifra que más que triplica la población de Chinchón, unos 5.800 habitantes. Entre esos visitantes, los Reyes Felipe y Letizia, quienes en 2023 acudieron junto a sus hijas.

Morata de Tajuña: este año con Ayuso

No está declarada de Interés Turístico Nacional, pero sí de Interés Turístico Regional, desde el año 2001. Se celebra desde unos años antes, desde 1987, y se encarga de coordinar la representación el Grupo de Teatro Talia, fundado en la localidad en 1984. Además, puede presumir de ser la única, no ya en la región sino en todo el mundo que cuenta con bendición apostólica, concedida por el papa Juan Pablo II. Tiene lugar al atardecer del Jueves Santo por varios lugares del municipio. De hecho, hay visitantes, hasta 15.000 aseguran desde el Ayuntamiento, que ven solo algunas y repiten otros años para presenciar las que les faltan. La mayoría de ellos aprovechan, además, para probar los pasioncitos y las tentaciones, dos dulces inspirados directamente en la Pasión viviente de Morata. Los primeros, con forma rectangular, se elaboran con hojaldre y crema y una oblea con una cruz en la parte superior; las tentaciones tienen forma de cruz, también están rellenas y no por nada reciben ese nombre. No todo van a ser palmeritas... La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acudirá este año a presenciarla.

Daganzo de Arriba: todo en la misma plaza

La Pasión viviente de este pueblo de 10.000 habitantes próximo a Alcalá de Henares, nació en 1986 por impulso de un grupo de vecinos y una de las peñas del pueblo. "Empezó a venir más gente, llegaron algunos de Cataluña, donde hay más tradición de estas representaciones, y también los del pueblo, y comenzamos", explica Juan Antonio Rodríguez, concejal de Patrimonio y Turismo y sacerdote del sanedrín en la escenificación desde hace algunos años. Empezaron en precario, pero desde hace tiempo, sobre todo a raíz de la constitución de una asociación cultural nacida para la celebración con el apropiado nombre de Gólgota, dieron lo que Rodríguez llama "un salto de calidad". "Ahora hay un sonido y una iluminación espectaculares; en las primeras ediciones nos hacíamos nosotros mismos los trajes, hoy nos los cede sastrería Cornejo", afirma sobre un evento en el que el consistorio invierte unos 20.000 euros. Entre las peculiaridades de esta Pasión viviente, declarada de Interés Turístico Regional en 2014, está que sus 16 escenas se representan en la plaza de la Villa, de manera que se puede ver íntegra en 360º en un único lugar. Acontece al atardecer del Viernes Santo y a su término discurre por el pueblo una procesión que empieza a ganar popularidad, la del Santo Sepulcro.

Villarejo de Salvanés: en torno a un castillo medieval

Presume de ser la segunda más antigua de Madrid, después de la de Chinchón: comenzó a celebrarse en 1980, si bien la asociación cultural que la sostiene se constituyó unos años después, en 1997. El reconocimiento como fiesta de Interés Turístico Regional llegó en 2013. También presume de entorno. Es la única de la Comunidad, sostienen sus organizadores, que utiliza un castillo medieval y su entorno como principal escenario. Se refieren a la singular fortificación del siglo XIII del municipio, de 7.900 habitantes. Se celebra el Jueves Santo a partir de las 22.30 horas.

Otras Pasiones Vivientes

Además de las mencionadas, se escenifican Pasiones Vivientes en bastantes otros lugares de la región que ya van cogiendo tradición. En Valdilecha, el pasado sábado la representaron 150 personas entre actores, técnicos y colaboradores. Vienen haciéndolo desde 1998. También en municipios de la Sierra como Colmenar Viejo y El Molar cobraron vida el pasado sábado los episodios bíblicos. En Belmonte de Tajo, la celebración será el Viernes Santo y cumplirá ya 30 años. Y Orusco de Tajuña acogerá el Sábado Santo su vigesimosexta edición. La primera se organizó en 1987 y estuvo celebrándose cada Semana Santa hasta bien entrado el siglo XXI, cuando se interrumpió durante 13 años. En 2024 se recuperó una tradición que ahora se confía en preservar.