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HISTORIA

Todo sobre la Real Casa de Correos: orígenes, su papel como símbolo del franquismo y una leyenda

El edificio fue durante cuatro décadas el epicentro de la represión del régimen

Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. / Europa Press

Madrid

El edificio al que España mira cada 31 de diciembre con doce uvas en la mano fue, hace no tanto, uno de los mayores templos del terror que el país ha visto en toda su historia. La Real Casa de Correos, situada en la Puerta del Sol, fue entre los años 1939 y 1979 la sede de la Dirección General de Seguridad (DGS). Es decir, de la policía política del régimen franquista, la sección más temida de las fuerzas de seguridad de la dictadura. Las palizas, torturas y asesinatos de integrantes de movimientos sociales, llevados a cabo en sus sótanos por personajes como Billy el Niño, han pasado a la historia como uno de los episodios más negros de la historia reciente de España.

Fueron muchos los que perecieron en estas estancias. Ataques al corazón, desvanecimientos, caídas... los agentes justificaban de cualquier forma la muerte de aquellos que no soportaban sus métodos. Por ejemplo, el historiador Pablo Alcántara narra en su libro El palacio del terror franquista que el deceso de Sergio Álvarez, militante de la Unión General de Trabajadores (UGT) tuvo como motivo "un ataque al corazón" mientras era interrogado, según la documentación oficial. Sin embargo, los médicos forenses que lo examinaron afirmaron que en su cuerpo podían apreciarse "contusiones en codos, regiones pectorales y nalgas, lo que muestra que este ugetista no murió de un ataque, sino asesinado tras haber sufrido diversas torturas".

Origen e historia de la Real Casa de Correos

La Real Casa de Correos de Madrid es uno de los edificios más antiguos de la capital. Se levantó en 1760 con material procedente de Colmenar Viejo, y tuvieron que derribarse hasta una treintena de viviendas de la zona para proceder a su construcción. El arquitecto Ventura Rodríguez fue el encargado de diseñar un proyecto pensado para servir de sede de Correos. No fue él quien remató el proyecto, ya que Carlos III -- 'el mejor alcalde de Madrid' -- lo sustituyó por Jaime Marquet.

Este último decidió no incluir una gran escalinata -- típica de estas edificaciones de renombre -- lo que le valió numerosas críticas por parte de los vecinos de la capital. En general, se consideró que era un edificio demasiado simple para enmarcarse en el epicentro de la ciudad más importante del país. Construido en ladrillo y piedra, el edificio neoclasicista cuenta con una fachada simétrica y líneas sobrias típicas del periodo histórico. Sus balcones de hierro forjado, sus galerías de techos altos y su gran patio central aportan mucha luz al interior.

Tras servir como sede del servicio postal, en el siglo XIX pasó a usarse para fines gubernamentales. Concretamente, se convirtió en sede del Ministerio de Gobernación. Tras la vuelta de la democracia, pasó a ser sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, epicentro de la política autonómica.

El espíritu que acompañó a los obreros en su construcción

Según cuenta la leyenda, durante su construcción los obreros comenzaron a escuchar desde los andamios sonidos extraños y voces de ultratumba. El historiador Ángel del Río sostiene que este espíritu repetía a los trabajadores lo siguiente: "Debéis parar las obras, pues tal casa que estáis levantando pertenece al infierno, que para concebirla se ha llamado a un endemoniado arquitecto francés, despreciando la valía del buen amigo Ventura Rodríguez".

El exorcismo llevado a cabo por un cura terminó con esta extraña presencia, pero los obreros, asustados, exigieron que este sacerdote les acompañase en lo que quedaba de construcción.

Asesinato de Canalejas y proclamación de la II República

En noviembre de 1912, el presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas, fue abatido por el anarquista Manuel Pardiñas en las inmediaciones de la Real Casa de Correos. Fue llevado a las puertas del edificio, donde acabó perdiendo la vida. Paradójicamente, este asesinato fue el germen de la DGS, que años después se instalaría en este lugar.

Años después, el 14 de abril de 1931, se proclamó desde el balcón principal del edificio emblemático de la Puerta del Sol la II República.