PLANTA DE VALDEMINGÓMEZ

Las asociaciones vecinales critican la "falta de capacidad" de la nueva planta de compostaje de Los Cantiles

El Ayuntamiento defiende que el volumen de tratamiento corresponde con el que estaba previsto

Fertilizante producido tras el proceso de compostaje en la planta de Los Cantiles.

Fertilizante producido tras el proceso de compostaje en la planta de Los Cantiles. / FRAVM

Héctor González

Héctor González

Madrid

Recién estrenada, pero ya desfasada para el volumen de residuos a tratar. Eso es, al menos, lo que denuncian desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) sobre la nueva planta de compostaje de Los Cantiles, en el Parque Tecnológico de Valdemingómez. En un informe elaborado a raíz de una visita guiada a las instalaciones realizada el pasado mes de febrero, la entidad señala que la capacidad de la planta, de alrededor de 100.000 toneladas anuales de restos orgánicos, es un 15% inferior al volumen total que se recogen en la capital.

En el documento, la FRAVM, si bien valora la puesta en marcha de Los Cantiles como un "avance significativo" en la gestión de residuos y una "mejora de la economía circular", considera una "ocasión perdida no haber construido una planta con capacidad suficiente para tratar el 100% del bioresiduo de la Fracción Orgánica de Recogida Selectiva (FORS)”. En concreto, la factoría procesa 106.400 toneladas anuales de materia orgánica, según los datos oficiales del Consistorio.

Sin embargo, apunta el informe, los restos que hasta ahora se procesaban en la planta de biometanización de Las Dehesas, junto con los de la planta de La Paloma y lo que se lleva al vertedero, "supera esa cantidad en unas 43.000 toneladas anuales", cerca de un 15% que será enterrado al final del proceso. "Lo que no puede ser es que tras la biometanización de la materia orgánica salgan 137.000 toneladas y diseñen una planta de 100.000", reprocha Quique Villalobos, expresidente de la FRAVM y autor del informe, para quien resulta incomprensible esta decisión "cuando en la estrategia de residuos que diseñaron a finales del mandato anterior ya preveían un incremento brutal de la población de Madrid".

“Es cierto que nos dijeron que se había previsto una reserva de suelo para poder ampliar la planta en el futuro", admite Villalobos en su escrito, aunque considera que "habría resultado más rentable hacerla más grande desde el principio". Consultadas al respecto, fuentes del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad que dirige Borja Carabante han replicado que Los Cantiles "ha sido diseñada para tratar todo el digesto que genera la planta de Biometanización de Las Dehesas", que es justo lo que "está haciendo".

Sobrecoste y otras incidencias menores

Más allá del volumen de tratamiento de la planta, el documento de la FRAVM critica el sobrecoste que ha tenido su construcción. Como ya publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en marzo del año pasado, Los Cantiles, prometida para finales de 2023, acumulaba entonces varios meses de retraso y un coste añadido de 7,4 millones de euros respecto al proyecto inicial. La aparición de una bolsa subterránea de residuos durante las obras obligó a modificar el contrato original y retrasar los trabajos.

Finalmente, las instalaciones arrancaron en diciembre de 2024, aunque no han empezado a "funcionar a pleno rendimiento" hasta principios de enero de este año, cuando el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, celebró la inauguración del complejo. El presupuesto final se ha elevado hasta los 48,5 millones de euros, de los cuales 18,5 proceden de fondos europeos Next Generation y, el resto, de las arcas municipales. De la suma total, 38,5 corresponden al coste de construcción de la planta, mientras que los otros 10 son para su explotación y gestión durante los próximos 3 años, a razón de 3,33 millones anuales.

Además de estas cuestiones operativas y presupuestarias, el informe pone de manifiesto que, durante la visita realizada, los representantes vecinales detectaron también algunos fallos menores, como algunas "averías en puertas y sensores", y presencia de "malos olores" en los alrededores de las instalaciones que "cuestionan la eficacia del confinamiento de la planta", una de las principales bazas de la planta esgrimidas por el Gobierno municipal.

Sistema "puerta a puerta"

Ante estos inconvenientes y lo que consideran unos costes de explotación "demasiado elevados" - de alrededor de 31,3 € por tonelada, según el cálculo realizado por la propia FRAVM, a los que habría que sumar los costes previos de clasificación y biodigestión del orgánico-, la entidad pone en tela de juicio si el modelo es el más adecuado. Para la entidad, un sistema tan industrializado y concentrado en una única zona de la capital resulta "demasiado ineficiente".

En contraposición, la entidad reclama apostar por un modelo "puerta a puerta" que favorezca la "reducción de residuos y correcta separación sin impropios" y que permita construir plantas de compostaje más pequeñas repartidas por la ciudad que resultarían más baratas y producirían menos problemas de olores. "Mientras que no se apliquen políticas decididas sobre la prevención/reducción de residuos y en su recogida convenientemente separada, siempre estaremos abocados a la utilización de estos sistemas concebidos desde la lógica del mal menor y del mayor beneficio económico para las grandes empresas concesionarias", reflexiona el documento.

Volviendo a Los Cantiles, el informe incluye algunas recomendaciones finales para mejorar el funcionamiento de la planta, como reforzar la separación de residuos, ampliar la capacidad de la planta, optimizar la ventilación, rediseñar elementos estructurales y mejorar la monitorización ambiental. Estas propuestas buscan corregir los déficits técnicos y ambientales, priorizando un enfoque integral y descentralizado en la gestión de residuos.