DESAHUCIOS

Un edificio de Arganzuela, en lucha tras un año de "intentos de desahucio, presiones y acoso" de un fondo buitre

Los vecinos de General Lacy 22, más unidos que nunca ante las presiones de la familia propietaria

Imagen de vecinas de General Lacy 22.

Imagen de vecinas de General Lacy 22. / Madrid Decadente

Madrid

Ha pasado casi un año desde que los vecinos de la calle General Lacy 22 comenzasen a recibir burofaxes de la administración de su edificio informándoles de que su contrato de alquiler no sería renovado. Muchos de ellos llevan viviendo allí más de 50 años, y la situación actual del mercado de la vivienda les obligaría a alejarse sustancialmente de la zona, donde los inquilinos acuden a su trabajo o llevan a sus hijos al colegio. En el bloque viven ancianos, personas dependientes y familias trabajadoras.

La familia Campos Cebrián González Ruano -- propietaria del edificio y de otros diez bloques en Madrid -- lleva meses tratando de echar de sus casas a los vecinos del bloque con el fin de arrendar las viviendas en concepto de alquiler de temporada, lo que aumentaría sustancialmente sus beneficios pero dejaría en la calle a decenas de inquilinos. Las tácticas usadas por los propietarios para acelerar este desalojo han sido denunciadas públicamente por la comunidad vecinal, que habita un barrio donde el alquiler se ha disparado un 9,2% en el último año.

Estrategia de desgaste y un abandono premeditado del edificio

Los vecinos denuncian que, ante su negativa de abandonar las viviendas, la familia Campos Cebrián lleva meses tratando de hacer insostenible la vida en General Lacy 22. Sufren recurrentemente humedades, goteras, averías y cortes de suministros básicos que no son atendidos por parte de la administración del edificio. "Tras un año con intentos de desahucios, presiones y acoso, nuestro bloque está más unido que nunca (...) No nos vamos, nos quedamos", sostiene la comunidad vecinal desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid.

"Esa familia lo único que quiere es ganar dinero a costa de hacer de nuestros hogares pisos turísticos", subraya una inquilina, que añade que a veces sienten "miedo" de comunicar las imperfecciones de sus casas ante la amenaza de desahucio. Otra, de avanzada edad, señala que hace tiempo que los buzones se encuentran "dañados", sin que nadie proceda a su arreglo.

Exigen que la familia Campos Cebrián se siente a negociar

Los inquilinos piden a la familia propietaria que acceda a sentarse a negociar en pos de una renovación de los contratos de alquiler indefinidos, la reparación de los desperfectos del edificio y el acoso que sufren. "Es su Madrid o el nuestro", subrayan.

Este es solo un ejemplo más de otro bloque de vivienda de propiedad vertical -- de un mismo propietario -- que recurren a este tipo de estrategias para expulsar a los vecinos y renegociar los alquileres a su gusto. En Madrid existen más de 30.000 edificaciones de este tipo.