La Asamblea de Madrid insta al Gobierno de Sánchez a prorrogar la vida útil de las centrales nucleares

Con el apoyo del Grupo Parlamentario Popular, que ha sido el que la ha presentado, y de Vox, la Asamblea de Madrid ha aprobado hoy una proposición no de ley en la que insta al Gobierno a ampliar la vida útil de las centrales nucleares. Se trata de uno de los asuntos, otro más, en el que el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso viene confrontando con el de la nación, al que ha llegado a acusar de querer asfixiar energéticamente a Madrid. "Solicitamos la revisión del calendario de cierre de las centrales nucleares, eliminando criterios ideológicos en favor de criterios técnicos y de seguridad", se lee en el texto, rechazado por Más Madrid y PSOE.

En la proposición se hace mención expresa a la central de Almaraz, en la provincia de Cáceres, recientemente visitada por Ayuso junto a la presidenta extremeña, la también popular María Guardiola, y sobre la que al Gobierno madrileño gusta repetir el dato de que aporta el 14% del consumo energético total de la región de Madrid. De cumplirse el calendario actual, la planta extremeña apagaría sus dos reactores en 2027 y 2028.

El Parlamento autonómico también llama a rebajar la fiscalidad que se aplica al sector nuclear para "adecuarlo" al de otros países del entorno europeo y a evaluar "el impacto económico y medioambiental del cierre programado por el Gobierno de Pedro Sánchez", evaluación que ya hace el propio texto aprobado hoy al indicar que ciudadanos e industrias verán incrementada su factura eléctrica en un 23% y un 35%, respectivamente.

"La nuclear es la única energía limpia que es autónoma respecto a las condiciones climatológicas”, ha subrayado Rafael Núñez, portavoz adjunto del GPP, en el debate de la proposición. "Si solo se atendiera a los hechos, sin prejuicios ni sesgos ideológicos, todos estarían de acuerdo en que esta energía dota de estabilidad, continuidad y seguridad al sistema eléctrico, no emite emisiones y evita la dependencia del exterior. España es el único país con centrales nucleares que quiere cerrarlas, es una cosa inédita".

Ha coincidido Vox, que en palabras de su diputada Ana Cuartero, ha definido esta fuente de energía como "la base de la soberanía energética de España". "Francia jamás iba a desmantelar sus centrales nucleares igual que Alemania no va a desmantelar nunca sus centrales térmicas", ha añadido.

Frente a ello, la izquierda ha cuestionado la sostenibilidad de la energía nuclear no solo en lo medioambiental sino también en lo económico. A juicio del socialista Javier Guardiola, lo que plantea el PP es un "rescate" de las nucleares, una forma de que el Estado las subvencione cuando las renovables han emergido como fuentes "más seguras y más baratas".

"No es una cuestión de los impuestos que se les ponen en España es que la energía nuclear es tremendamente cara entre otras cosas porque hay que aportar todos los recursos necesarios para el tratamiento de los residuos radiactivos", ha remachado el diputado de Más Madrid Alejandro Sánchez.

La aprobación de esta proposición no de ley llega después de la visita a Almaraz de Ayuso, a finales del pasado mes de febrero, en la que arremetió contra la campaña "trasnochada y sin rigor" del Gobierno central en relación con las nucleares. Las eléctricas pactaron en 2019 con Enresa, la empresa pública encargada de desmantelar las centrales, un calendario de cierre progresivo, que empieza con Almaraz en 2027 y concluye con Trillo en 2035, pero recientemente han insinuado la conveniencia de un diálogo de cara a una posible renegociación de ese calendario.

Días después del viaje de Ayuso a Extremadura su gabinete dio cuenta de un informe elaborado por la Consejería de Medio Ambiente, Interior y Agricultura en el que se aboga abiertamente por la continuidad de las cinco centrales operativas actualmente en España: Almaraz (Cáceres), Ascó (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Vandellós (Tarragona) y Trillo (Guadalajara). Desde el Ejecutivo regional se teme que el apagón nuclear comprometa no ya el consumo eléctrico de Madrid, sino su estrategia de expansión de centros de datos, de los que hay 35 en funcionamiento y 11 en construcción, y que son altamente demandantes en energía.