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LIBROS

A las librerías infantiles por Navidad

Estas fechas concentran buena parte de las ventas de libros para niños del año. Este es un recorrido por cinco espacios de Madrid donde ir a comprarlos

Entrada de la libería Vualá, en Chamberí, en Madrid.

Entrada de la libería Vualá, en Chamberí, en Madrid. / CEDIDA

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Madrid

Según los datos del último Informe de hábitos de Lectura y Compra de Libros en España que elabora cada año la Federación de Gremios de Editores de España, la lectura infantil se mantiene en valores muy elevados. Al 76,3% de los niños de menos de 6 años les lee alguien de la familia, una media de 2 horas y 39 minutos cada semana. Las cifras suben incluso entre los niños de 6 y 9 años. Hasta un 86% de los chavales en ese tramo de edad leen libros que no sean de texto, lo que supone un aumento de más de siete puntos respecto a 2022. Lo hacen, además, durante algo más de tres horas semanales. El porcentaje se mantiene más o menos estable en torno al 85% hasta los 14 años, cuando los índices de lectura de libros en tiempo libre empiezan a caer.

El mismo estudio señala que, a pesar del crecimiento de la venta online en la última década, las librerías siguen siendo donde se venden la mayoría de los libros. Ante la pregunta de dónde compraron el último título adquirido, un 45% de los encuestados respondieron que en una librería.

Ese sentimiento de comunidad se hace especialmente cálido en las librerías especializadas en literatura infantil, levantadas sobre mucha ilusión y mucho esfuerzo, dinamizadoras de los barrios en los que arraigan y que tienen en este momento del año uno de sus picos de venta. A menudo visto como un detalle complementario, el añadido a otro regalo muchas veces tecnológico, el libro, el álbum ilustrado, el cómic, sigue estando a pesar de todo en el árbol. Y como apunta María José de Acuña, responsable de Comunicación de la Asociación de Librerías de Madrid y ahora, circunstancialmente, su secretaria general, "la campaña de Navidad es el momento de devolver a las librerías ese esfuerzo". Con los libreros y libreras, enfatiza, "tienes un amigo en el barrio, y las librerías en general y las infantiles en particular constituyen un tejido y una riqueza cultural dignas de valorar". Estas son cinco librerías infantiles de la capital a las que acudir estas Navidades.

Menudos Infames. San Joaquín, 6

A los fundadores de Tipos Infames, librería de referencia en Malasaña, les gusta decir que su proyecto nació en una partida de billar hace 15 años en la que la conversación se les fue de las manos. La carambola salió bien y desde 2010 lo que nació como lugar de "libros y vinos" es punto de agradable parada para lectores del barrio y más allá, con énfasis en la literatura de corte independiente. En 2021 les concedieron el Premio Librería Cultural de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros.

Un par de años antes habían crecido abriendo frente al local de San Joaquín, 3 una segunda sede en el número 6 de la misma calle, especializada en poesía, novela gráfica y teatro y en la que quisieron dar peso también a la literatura infantil y juvenil bajo el nombre de Menudos Infames, "para poder ser 'infames' desde bien pequeños. "Lo gestionaron Alfonso [Tordesillas] y Gonzalo [Queipo], que son los propietarios de la librería, con la idea de expandir el fondo y también porque tenían el gusanillo de la literatura infantil". Además de vender libros, tienen un espacio con unas pequeñas gradas con capacidad para unas 20 o 25 personas sentadas en el que organizan cuentacuentos o talleres en torno a títulos que encajen con su catálogo.

Vista del interior de Menudos Infames, en Malasaña.

Vista del interior de Menudos Infames, en Malasaña. / CEDIDA

La Mar de Letras. Santiago, 18

Cerca del Teatro Real, La Mar de Letras es con sus más de 20 años de singladura una de las librerías infantiles más veteranas de la ciudad, si no la más. A lo largo de esa trayectoria han tenido tres dueños, los actuales, mexicanos, pero han mantenido, cada uno con sus peculiaridades, una misma especialización y cierto espíritu. De hecho, tienen clientes que lo son desde el inicio, si bien su situación, en pleno centro de Madrid, favorece que cada vez vayan recibiendo más gente de otras provincias e incluso muchos lectores latinoamericanos o estadounidenses que buscan títulos en español de editoriales a lo mejor más difíciles de encontrar allí. Custodiada por una característica puerta de dos hojas que es a la vez escaparate, su interior, organizado en tres salitas y un pequeño espacio en la planta de arriba busca ser acogedor además de dar espacio a cerca de 4.000 libros entre los que hay una pequeña sección de adultos, pero que se consagra sobre todo a la literatura infantil y juvenil. En temporada navideña paran un poco su programación de actividades, pero durante el año organizan frecuentes talleres y encuentros con autores.

Entrada a la librería La Mar de Letras, cerca de la plaza de Ópera.

Entrada de La Mar de Letras, cerca de la plaza de Ópera. / CEDIDA

Vualá. Santa Feliciana, 17

El pasado mes de febrero Lucía Arnaud, gestora cultural argentina que venía de trabajar en el departamento de Educación del Museo Reina Sofía, decidió hacerse cargo de Cuentos Feliciana, una librería infantil con cierta trayectoria en Chamberí. La reformó, le cambió el nombre y echó a andar con la intención decidida de que, además de vender libros, fuera un espacio de reunión, un punto de encuentro del barrio. A su favor contaba con la existencia de un público "heredado" con el que ha seguido buscando complicidades.

Interior de la librería infantil Vualá, en el distrito de Chamberí.

Interior de la librería infantil Vualá, en el distrito de Chamberí. / CEDIDA

En ese afán dinamizador, Vualá organiza numerosas actividades. Particularmente, con la primera infancia, niños de dos a tres años o incluso menores, entre los que fomentar futuros lectores. Así, por ejemplo, para madres con bebés, talleres de juego libre. Pero también se dirige a niños más mayores, con un club de lectura para estudiantes de Primaria y otro para alumnos de ESO, en el que, admite, el número de participantes va bajando según van creciendo, "quizá porque asocian estas librerías a un espacio de esa infancia a la que quieren dejar de pertenecer". Otras veces son cuentacuentos de poesía, de Mar Benegas a Rubén Darío, Rafael Alberti o Gloria Fuertes, "que funcionan genial". O lecturas dramatizadas en colaboración con una compañía de teatro.

Peripecias. La del Manojo de Rosas, 44

Hay vida, y librerías infantiles, perdón por la redundancia, más allá de la M30. Lo prueba Peripecias, el espacio que Raquel Sánchez gestiona desde hace año y medio en el distrito de Villaverde. Como Lucía Arnaud, asumió el traspaso de una librería infantil previa en el mismo local. Se llamaba Turuletras. "Yo me dedicaba a la animación y también he escrito varios libros, pero nunca me imaginaba que terminaría siendo librera", cuenta. Su historia conecta, además otras dos librerías infantiles bastante recomendables en Madrid. Raquel conocía el espacio de Villaverde porque había acudido a hacer algunas animaciones y cuentacuentos. Cuando Marina, la propietaria de Turuletras, decidió cerrar la librería para hacer otras cosas, Raquel trabajaba en Liberespacio. Fue Zaida Pérez, la propietaria de esa librería infantil de Chamberí, la que le sugirió a Marina que en vez de cerrar Turuletras la traspasara. Raquel lo comentó con su marido y su hija y se acabó decidiendo. Curiosamente, hoy Marina trabaja en El Dragón Lector, una de las librerías infantiles más longevas de la capital, que abrió recientemente una segunda sede en Salesas.

En su momento corta pero entusiasta experiencia, Raquel dice haber descubierto que no le resulta difícil ser librera sino sobrevivir como librera. El escaso margen que dejan los libros y el hecho de tener que hacerlo todo, desde gestionar los pedidos y devoluciones a llevar las redes sociales, decorar el escaparate, realizar la contabilidad..., explican la afirmación en parte. "Pero está siendo una de las fases más felices de mi vida", asegura.

Sala y estanterías de Peripecias, en Villaverde.

Sala y estanterías de Peripecias, en Villaverde. / CEDIDA

En Peripecias los pequeños lectores pueden saludar a Shakespeare, un perro inglés de trapo, buscar puertas secretas o participar como pequedetectives en un juego de pistas. Durante un tiempo Raquel estuvo haciendo un cuentacuentos diario. Y en estas navidades organizarán un taller para elaborar cartas originales a los Reyes Magos. También reciben a autores. Y organizan un club de lectura para adultos que en 2025 la librera quiere replicar con jóvenes lectores. Aunque ella no es del barrio, le gusta trabajar con los vecinos. "En este tiempo he conocido bebés a los que luego he visto empezar a andar o a hablar", relata.

Ester Madroñero, de Kirikú y la Bruja, en una actividad  con pequeños lectores en la librería de Retiro.

Ester Madroñero, de Kirikú y la Bruja, en una actividad con pequeños lectores en la librería de Retiro. / CEDIDA

Kirikú y la Bruja. Rafael Salazar Alonso, 17

Otra referencia entre las librerías infantiles de la ciudad que, sin embargo, ya solo se podrá visitar estas Navidades. Tras más de 20 años en Retiro, desde septiembre de 2003, Ester Madroñero ha decidido que ha llegado el momento de jubilarse, y el próximo 4 de enero abrirá la puerta de Kirikú y la Bruja por última vez al público. En esas dos décadas, ha hecho de este espacio, bautizado en homenaje a los personajes de la película y el álbum ilustrado de Michel Ocelot basado en un cuento popular africano, un lugar de encuentro de pequeños lectores no solo del barrio, pues fue de las primeras librerías específicamente infantiles que abrieron en la ciudad. "Siempre he intentado pensar que éramos nuevos, que estábamos empezando, escuchar mucho al cliente, atender como me gustaría que me atendieran a mí y leer mucho", resume Madroñero su credo como librera.