La Comunidad pide colaboración a los vecinos para auscultar viviendas antes de meter la tuneladora en las obras de la Línea 11 de Metro

Cerca de 4.000 vecinos han recibido en sus buzones una petición de la Consejería de Transportes, Infraestructuras y Vivienda para poder visitar sus viviendas y realizar una inspección. Son viviendas situadas en las inmediaciones del trazado de la nueva Línea 11 de Metro de Madrid, en el tramo que va desde Plaza Elíptica y Conde de Casal. A finales de 2025 una tuneladora empezará a horadar el terreno en el espacio donde se está ya construyendo la nueva estación de Comillas, en Carabanchel, y antes de que eso ocurra quieren conocer el estado de los edificios.

La sombra de lo ocurrido en la Línea 7B de Metro de Madrid, que se está hundiendo más rápido de lo previsto a pesar de todos las labores de contención y cuyo cierre definitivo ya se valora desde el Gobierno regional, persigue ahora a las infraestructuras en marcha. Pero desde la Consejería que dirige Jorge Rodrigo despejan cualquier miedo ante las preguntas que surgen sobre este asunto. El director general de Infraestructuras, Miguel Núñez, explicaba este martes, en una visita de obra junto a las máquinas que están ya trabajando en esta futura estación, que "el terreno de Madrid no tiene nada que ver con el de otras ciudades como el de San Fernando", la geología es "distinta", dice, y eso debería "tranquilizar" a los vecinos igual que calma a los técnicos.

Trabajos en marcha

Todavía "no se han producido movimientos de tierra" porque de momento están rematando las pantallas perimetrales, una especie de muros de hormigón- y acero de la caja principal donde se sitúa la estación, que está avanzado al 95%, puntualiza Núñez. A partir de ahora, ese muro se ampliará a las zonas de acceso y salidas de emergencia. Estos trabajos terminarán la próxima semana, según los cálculos de la consejería, y ahora se están instalando los seis pilotes de 53 metros de profundidad que servirán para la contención de la carga.

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Un trabajo previo al vaciado de tierras, a 38 metros de profundidad, cuyo sistema de extracción se varió el año pasado tras las protestas por la tala de árboles prevista. En lugar de hacer este trabajo mediante rampas, ahora se realiza con dos elevadores verticales, lo que reduce considerablemente la pérdida de masa arbórea. En esta tarea invertirán lo que resta de 2024 y 2025. Solo después, a finales del próximo año, empezará a trabajar la tuneladora para ejecutar el túnel entre Comillas y Conde de Casal y para entonces esperan haber realizado el reconocimiento de las viviendas cercanas.

Auscultaciones

"Pedimos colaboración a los vecinos para las inspecciones", apuntaba Núñez tras afirmar que se ha realizado ya un buzoneo para informar de la necesidad de "auscultar e inspecciones todas las viviendas que están en las inmediaciones de las estaciones y del túnel" de esta nueva línea de metro, que atravesará la ciudad de norte a sur en diagonal, desde Leganés hasta Valdebebas. Estos reconocimientos se hacen "para constatar el estado actual" de los edificios y "percibir cualquier deficiencia que hubiera" antes de iniciar los trabajos con la tuneladora. De momento, han conseguido revisar el 50% de los pisos cercanos, según confirman en el equipo de Rodrigo.

Estas inspecciones no se realizan por cualquier obra, según los expertos consultados, pero es habitual hacerlo cuando las viviendas se encuentran muy próximas a los trabajos de la maquinaria o son edificios antiguos. Se trata de tener referencia de posibles fisuras por si posteriormente llegan reclamaciones.

Las obras "avanzan a buen ritmo", según el consejero, 2027 es la fecha que apuntan los proyectos para la finalización de esta estación de Comillas, pero Rodrigo asegura que el objetivo es "acelerar" los trabajos de la línea al máximo posible para reducir los perjuicios a los vecinos. Entre las molestias de estas obras se encuentra los ruidos, que afectan además al cercano colegio de Perú. Rodrigo explica que se han instalado paneles acústicos de más de cuatro metros de altura, que los generadores eléctricos están cubiertos por una manta que también ayuda a reducir el ruido y que en el centro educativo "se han cambiado las ventanas" con este mismo fin. Además, para evitar peligros, se van a regular los horarios de entrada y salida de la obra para que no coincida con el de los alumnos del colegio.

Restos arqueológicos

Con una inversión de 514 millones de euros, la nueva Línea 11 facilitará "los desplazamientos a miles de personas que habitualmente utilizan la línea 6 del suburbano" y, según las previsiones del ejecutivo autonómico, se estima que en la próxima década esta línea "aumente su demanda diaria en más de 75.000 viajeros".

Durante los trabajos iniciales para la construcción de la línea de metro, además de tener cuidado con la masa arbórea, el equipo técnico ha tenido que vigilar sus trabajos ante los restos arqueológicos encontrados en la zona. Entre ellos, se ha hallado “una pila de un antiguo tejar que data de finales del siglo XIX y que se utilizaba para mezclar arcilla”, según explicó ayer el consejero, pero también zapatos, botones, menaje de cocina o botellas de cerveza Águila del siglo pasado.