LOS TÉCNICOS AVISARON

El Ayuntamiento de Madrid conocía desde mayo los "riesgos" para la "calidad del servicio" del nuevo Bicimad

Un documento técnico interno de la EMT alertó en mayo del "margen estrecho" y "planificación muy optimista" para la colocación de estaciones, además del "riesgo" en el suministro de bicicletas

El contrato preveía que los trabajos empezaran el 31 de mayo de 2022, pero no se firmó hasta diciembre, lo cual retrasó aún más el inicio de las obras

La fecha de inauguración se mantuvo intacta: 1 de marzo de 2023, a solo cuatro meses de las elecciones

Madrid ha desembolsado por el nuevo sistema 48,8 millones de euros , 30 de ellos de fondos europeos Next Generation

La app de Bicimad está rota y las bicicletas están abandonadas

La app de Bicimad está rota y las bicicletas están abandonadas / Vídeo: PI Studio / PI Studio

Analía Plaza

Analía Plaza

El Ayuntamiento de Madrid y la Empresa Municipal de Transportes conocían desde mayo del año pasado los riesgos que implicaba el cambio al nuevo Bicimad, principalmente por lo ajustado de los tiempos y por la nula experiencia de la empresa adjudicataria en sistemas de bicicleta 'free-floating' (que se puedan dejar en cualquier sitio, no solo ancladas a una base). Dichos riesgos aparecen descritos en el informe de valoración, un documento técnico elaborado por el área de Movilidad de la EMT en el que se analiza la oferta de esta empresa, la UTE de Ferrovial Servicios y la empresa canadiense PBSC.

El documento, al que ha accedido EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, está firmado por Carlos Mateo, director de movilidad de EMT, con fecha 30 de mayo de 2022. El pliego exigía que las operaciones del nuevo Bicimad comenzaran, como tarde, el 1 de marzo de 2023. Pero el contrato no se formalizó hasta el 12 de diciembre de 2022, dejando menos de cuatro meses de margen para la inauguración del nuevo sistema. Teniendo en cuenta que la idea era empezar los trabajos el 31 de mayo y que ya entonces los técnicos consideraron que iban a ir justos, estos nuevos tiempos podían dificultar aún más su implantación.

Ni el Ayuntamiento de Madrid ni la EMT han respondido a preguntas de este diario sobre cuándo empezaron los trabajos. Desde el colectivo En Bici por Madrid, que viene siguiendo y recogiendo en un mapa colaborativo la ubicación de las nuevas estaciones, apuntan que la primera noticia que tuvieron de una nueva estación fue el 23 de diciembre, cuando Serveo (Ferrovial) empezó unas obras de acometida eléctrica en la Avenida de Oporto.

Tiempos "inviables"

Para cambiar de sistema y expandir la red de bicicletas públicas a todos los distritos de Madrid, la empresa tenía que sustituir las 264 estaciones ya existentes e instalar otras 336 nuevas, de las cuales al menos cincuenta debían, según el pliego, ser electrificadas. El resto se podían electrificar paulatinamente hasta finales de 2024. Todo esto, junto al suministro de 8.000 bicicletas, tenía que estar listo para el lanzamiento del 1 de marzo.

Sustituir una estación vieja por una nueva es más fácil que instalar una desde cero porque en estas ya hay acometida eléctrica y, por tanto, no requieren de una gran intervención. Poner una estación nueva, apuntan fuentes con experiencia en este tipo de sistemas, es laborioso: requiere proyecto, licencia de obra, obra, instalación, alta en la compañía suministradora y autorización.

Según se desprende del informe, la UTE planteaba electrificar desde el principio todas las nuevas estaciones, ejecutando las obras civiles entre julio y agosto de 2022 y procediendo al montaje después. Los técnicos consideraron esta aproximación "muy positiva", dado que les interesaba electrificar cuanto antes, si bien destacaron que la planificación era "muy optimista".

De acuerdo a las fuentes consultadas, esta electrificación tan rápida planteada por la UTE se refiere a las estaciones con paneles solares, una posibilidad temporal contemplada en el pliego para "facilitar el proceso de expansión del sistema". El problema de estas bases, recuerdan desde En Bici por Madrid, es que no son del todo adecuadas para Madrid: es una ciudad con muchas cuestas y las bicicletas necesitan recargas frecuentes.

Los técnicos destacaron además el "margen estrecho" para la instalación de las cincuenta nuevas estaciones totalmente electrificadas obligadas por el Ayuntamiento. Las empresas preveían dos semanas para la ejecución de las acometidas ("inviable" con solo tres equipos de trabajo, según el documento) y dos meses en total para las cincuenta obras civiles, entre el 9 de diciembre de 2022 y el 27 de febrero de 2023.

Sugirieron corregir esta planificación dedicando más tiempo a las nuevas estaciones que a la sustitución de las antiguas, cuyos tiempos estimaron "excesivos". De acuerdo al proyecto, todas las estaciones actuales estarían sustituidas a principios de octubre de 2022. Ahora mismo hay alguna sustituida, pero no es lo habitual.

En general, avisaron, el "proceso de montaje" planteado por la UTE contenía "cuestiones que se consideran no viables o que son errores de planteamiento".

"Riesgos" en el suministro

la planificación prevista" presentaba "cierto riesgo, con solo un mes de margen con respecto al inicio del sistema".
Una base de Bicimad vacía

Una base de Bicimad vacía / Alba Vigaray

Según informó el Ayuntamiento, en marzo estarían operativas 1.300 nuevas bicicletas de las 7.500 previstas y alrededor de cien estaciones nuevas. De acuerdo al mapa colaborativo de En Bici por Madrid —el único mapa que distingue entre estaciones activas nuevas y viejas, ante la ausencia de uno oficial— actualmente hay 95 estaciones nuevas instaladas.

Es decir: la empresa no ha llegado a lo exigido por el Ayuntamiento, que por otro lado no ha movido su fecha de inauguración pese a haber firmado el contrato seis meses más tarde de lo previsto y ser consciente de lo apretados que iban para desplegar con éxito.

"Incertidumbre" en el proyecto

El principal factor de "riesgo e incertidumbre" en el nuevo Bicimad es, de acuerdo al documento de la EMT, el desarrollo del sistema de 'free-floating'.

La tecnología de PBSC, la empresa canadiense cuyas bicicletas pueden verse en decenas de ciudades de todo el mundo, es muy robusta pero está pensada para que las bicicletas queden ancladas a las bases. Sí es cierto que la compañía ofrece la posibilidad de crear "estaciones inteligentes" para grandes eventos, en las que los usuarios puedan dejar la bicicleta sin anclar. Pero cuenta con que haya trabajadores que las controlen.

Madrid, sin embargo, pidió que toda su red fuera 'free-floating'. Que las bicicletas pudieran dejarse fuera de las estaciones o "en cualquier punto autorizado de la ciudad". Esto implicó el desarrollo de un candado específico y la instalación de GPS en las bicis, pero requiere además de un nuevo sistema operativo y de gestión.

El informe técnico llamó la atención sobre este punto. "El desarrollo más importante por el impacto y el calado que tiene es la gestión 'free-floating' y sus derivadas necesarias, como la gestión de datos IOT/GPS. La UTE no tiene experiencias previas en la operación 'free-floating', lo cual incluye un punto de riesgo e incertidumbre en el desarrollo del proyecto".

El nuevo Bicimad se lanzó el pasado 7 de marzo con un modelo de convivencia completa entre sistemas: las nuevas bicicletas deben dejarse en las viejas bases y viceversa. Se ha hecho así, en parte, porque se ha confiado en este novedoso sistema de 'free-floating' en el que la empresa no tenía experiencia. El resultado está siendo el colapso de la red, además del abandono de cientos de bicicletas.

El informe también llamó la atención sobre la convivencia, aunque en aquel momento estaba planteada de otra forma porque, en teoría, todas las estaciones antiguas iban a estar sustituidas el 3 de octubre de 2022. Según el planteamiento descrito, la convivencia iba a consistir en bicicletas viejas y estaciones nuevas, lo cual iba a implicar operar el viejo Bicimad "completamente en 'free-floating' por más de tres meses", lo cual hubiera incrementado "mucho los costes de operación y la calidad del servicio".

Bici perdida en 1 de cada 5 trayectos

La inauguración apresurada, sumada a la convivencia entre bicis y la gratuidad anunciada por el Consistorio, ha hundido en solo quince días la red de Bicimad. Apenas hay bicicletas en las bases y el propio Ayuntamiento de Madrid reconoció este lunes que uno de cada cinco viajes en Bicimad no finaliza en una estación, esto es: que una de cada cinco bicicletas cogidas queda abandonada.

Algunas son viejas y otras son nuevas. Las bicicletas nuevas han costado 2.410 euros cada una. Madrid ha desembolsado un total de 48,8 millones de euros, de los cuales 30 están financiados por los fondos europeos Next Generation.

Desde la oposición, la concejala de Más Madrid Esther Gómez denuncia que "los pliegos recogían plazos imposibles, como se ha constatado con el retraso para la firma del contrato" y que "a Almeida le ha importado más su foto electoral que las personas usuarias de Bicimad". El Ayuntamiento ha anunciado también que realizará cargos de 5,3 euros a quienes cojan una bici y no la aparquen en una estación y que suspenderá la cuenta a los reincidentes.