PERSONAS SIN HOGAR

Los desalojados de las chabolas en las que se fotografía Villacís terminan de nuevo en la calle: "Las imágenes son crueles"

"Son personas que el Samur Social conoce y los equipos seguirán insistiendo y trabajando con ellos para que algún día puedan acceder a la red municipal", replican desde el Consistorio

Una de las ONG que participa en la mesa de red de personas sin hogar del Ayuntamiento critica la "exhibición" de la vicealcaldesa en un operativo contra lo que ella entiende como "okupación"

Las fotos, dice Jesús Sandín, representante de Solidarios para el Desarrollo, "refuerzan el estigma sobre personas vulnerables y apoya un discurso tremendamente xenófobo y aporofóbico: el pobre lo es porque quiere"

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, contempla los trabajos en materia de "desokupación" que lleva a cabo el Ayuntamiento.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, contempla los trabajos en materia de "desokupación" que lleva a cabo el Ayuntamiento. / AYUNTAMIENTO DE MADRID

Ana Ayuso

Ana Ayuso

"Mientras otros les abren las puertas, en Madrid trabajamos por un modelo de ciudad incompatible con la okupación. Ya hemos desmantelado 597 chabolas que generaban insalubridad y molestias a los vecinos". De esta forma se jactaba este martes la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de haber echado de sus infraviviendas a 21 personas. En el momento en el que la líder municipal de Ciudadanos, acompañada de técnicos del Samur Social, del concejal de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes, y del de Innovación y Emprendimiento, Ángel Niño.

"Insalubridad moral es lo que veo yo ahí", le respondió en Twitter el actor Dani Rovira. Él y varios usuarios menos conocidos de la red social también enviaron críticas de este tipo a Villacís por calificar de "okupación" un asentamiento de chabolas. "Suponen la ocupación ilegal de la vía pública", razonan desde Desarrollo Urbano. "No se puede vincular okupación con chabolismo, no tiene nada que ver. Un asentamiento chabolista, por defecto, no es una vivienda. Y, si lo es, sería de quien la ha construido", replica a su vez Jesús Sandín, responsable del Programa de Atención a Personas sin Hogar de Solidarios para el Desarrollo. Para él, las fotografías en las que aparece la vicealcaldesa reflejan "una falta de sensibilidad difícil de justificar" con personas que viven en la calle.

Se trata, entiende, de una "identificación totalmente perversa entre chabolismo o asentamientos y okupación". La líder municipal naranja ha recalado, en menos de un mes, en asentamientos ilegales de tres distritos: Ciudad Lineal, del que Niño es concejal presidente; Villaverde, dirigido por Concha Chapa, también de Ciudadanos; y Tetuán, dirigido por Blanca Pinedo Texidor, del PP.

En cada una de estas intervenciones, en las de las chabolas y en la del solar okupado, los representantes del Gobierno acuden a enclaves en los que algunos vecinos han interpuesto "numerosas denuncias", alegan desde Desarrollo Urbano. Lo hacen acompañados de un equipo del Samur Social, que ofrece a los afectados plazas en la red de personas sin hogar. En el caso más reciente, el de Puente de Ventas, les propusieron acogerles en el CEMUS (Centro Municipal de Urgencias Sociales). Todos ellos, a pesar de que se plantearon aceptarlo, terminaron rechazándolo. "Cada cierto tiempo, se desalojan asentamientos y se van al solar de al lado", manifiesta Sandín. 

"Son personas que el Samur Social conoce y los equipos seguirán insistiendo y trabajando con ellos para que algún día puedan acceder a la red municipal y trabajar en su recuperación", afirman desde el Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social, que dirige el concejal, también de Ciudadanos, Pepe Aniorte.

"El albergue está muy bien para el perfil para el que se ha diseñado. Los recursos no están mal, pero el problema es la ceguera que tenemos ante todas las otras situaciones que no se ajustan a ese marco", refleja Jesús Sandín, que agrega que los asentamientos están formados por personas que no están solas, por lo que deben ofrecerles una salida diferente. "Es como si tú vas a un hospital con un problema de visión y sólo tienen vendas y escayola. Necesitas otra cosa", ejemplifica el trabajador de una de las ONG que participa en la mesa de personas sin hogar del Ayuntamiento. "Si tienes un único modelo para todo el mundo, el que no se ajusta se queda fuera. ¿Un extutelado de 18 años tiene que ir a un albergue de personas sin hogar? ¿Ese es su horizonte vital?", se pregunta.

Si tienes un único modelo para todo el mundo, el que no se ajusta se queda fuera. Es como si tú vas a un hospital con un problema de visión y sólo tienen vendas y escayola. Necesitas otra cosa"

— Jesús Sandín, de la ONG Solidarios para el Desarrollo

Con un simple paseo por la zona de Puente de Ventas y El Carmen, es fácil encontrar a personas sin hogar. Samir, un argelino de 42 años, lleva un año y medio viviendo a unos metros del lugar en el que se encontraban las chabolas de familias, principalmente rumanas, sobre las que ha intervenido el Ayuntamiento. "Tengo miedo de que me echen", declara. Está juntando dinero con la venta de chatarra para mudarse a una habitación con su novia. Fátima, una saharaui de 56 años con problemas de corazón, ha construido con cartones una cama y un armario que mantiene impolutos. "Quiero irme a vivir sola", lanza. Ninguno de los dos aceptaría los albergues. Uno porque tiene "más libertad" en la calle y otra porque teme que "los matones me peguen".

No es un problema nuevo y no ha sido Ciudadanos el primer Gobierno que ha notificado los desmantelamientos de este tipo de construcciones, que se ejecutan desde el área de Urbanismo. "Nunca se ha sabido qué hacer con los asentamientos y se ha ido escurriendo el bulto. Cuando se interviene, la acción es siempre la misma: desalojar a la gente, derruir las chabolas y esperar a ver en qué otro sitio aparecen. No hay una política ni un plan de intervención o de oferta real de recursos", reconoce Sandín.

Sin embargo, las críticas a la vicealcaldesa no se han centrado en la acción, sino en el envoltorio: "Hacerte fotos en ese momento, que para ellos es emocionalmente muy duro y muy humillante, es muy poco empático con quienes tienes a unos metros de ti". En su opinión, ese acto "es cruel para las personas que están en calle: tiro todas tus cosas y me exhibo".

"Recuperación de propiedades"

Esta campaña de desalojos comenzó el 26 de agosto con una intervención en una parcela, esta vez sí, okupada por varias familias cerca del paseo de la Dirección, en Tetuán. Fue entonces cuando Villacís anunció que, hasta ese momento, el Consistorio había invertido tres millones de euros para la "recuperación de propiedades en la ciudad". En ese espacio okupado, el objetivo es construir "nuevas viviendas y equipamientos" para dar "un nuevo dinamismo al barrio", anunció Mariano Fuentes.

"Que quiénes somos para entrar ahí, me dice una espontánea 'anticapitalista' hoy -por el 26 de agosto- en Paseo de la Dirección. Somos los que vamos a hacer respetar la propiedad privada", escribió la vicealcaldesa en un hilo de Twitter ilustrado por otras cuatro imágenes en las que se aprecia cómo una excavadora entra en el edificio. Esa "anticapitalista" era Sara, amiga de Marisa Costoya, la última expropiada de las torres de Florentino en Tetuán, que vivió hasta el 6 de julio en ese terreno.

Ese día, Costoya estaba en Galicia. Le avisaron de que había una máquina para derruir la nave y mucha prensa. "Exclusivamente llevaron la excavadora para tomar unas fotos; no hicieron nada", señala. Pocas semanas antes, en ese mismo mes, una delegación más modesta se acercó a Tetuán con una orden de entrada para acceder a una vivienda que entonces no estaba okupada. "Era la de un chico que vivía ahí al que no le concedieron el realojo y que se había ido voluntariamente hacía un año. Había otras personas y yo creo que se cogieron tal cabreo que, aprovechando que había una excavadora ahí, empezaron a tirar la esquina de la finca", sostiene.

Pero ese derrumbe fue también cosmético: "Era mentira. Hicieron un acto de intimidación hacia nosotros, porque te llevan al límite siempre. Tiraron con la excavadora la esquina de la nave y creo que ellos mismos se dieron cuenta de que no podían seguir tirando porque es una sola finca. Pararon la excavadora y se fueron. Antes no se podía acceder a las naves porque la entrada está en la fachada y está tapiada, pero dejaron abierto y ahora hay gente viviendo en una de esas naves a raíz de que abriesen el boquete". 

"El caso de Tetuán es diferente porque no es un asentamiento. Es un edificio municipal okupado y esa situación impide que se haga una dotación para el barrio. Los técnicos [del Ayuntamiento] acudieron a desalojar con una autorización judicial, pero los okupas habían cambiado y no pudieron echarles. Hay que empezar el proceso otra vez", confirman desde Desarrollo Urbano. Por tanto, siguen donde estaban.

La tercera parada del recorrido de Villacís es la estación de Metro y Cercanías de Villaverde Alto, en unos terrenos propiedad de Adif en los que vivían personas, en su mayoría, con adicción a las drogas. "Se trataba de un asentamiento ilegal", en el que "se filió a 19 personas", confirman desde el Consistorio. Por el momento, no han podido recopilar información acerca de dónde se encuentran ahora mismo, pero el equipo de la vicealcaldesa apunta a que solo dos mujeres se mostraron interesadas por ir a un centro de la red de personas sin hogar.

"En esta zona se ejerce menudeo, narcotráfico y prostitución y los vecinos tienen sensación de inseguridad. No es compatible con el modelo de ciudad que defendemos y desde el principio dijimos que íbamos a acabar con la okupación, apostado por que se viviese dignamente", declaró Villacís. El tuit en el que anunciaba la intervención de ese 2 de septiembre iba, una vez más, acompañado de varias fotos.

Este tipo de imágenes "no son aceptables", reitera Jesús Sandín, que recuerda que "la situación de calle mata, es una forma de violencia, aunque no sea una agresión directa". "No sé a qué público se dirige Begoña Villacís y, a nivel personal, me parece de una falta de sensibilidad difícil de justificar", dice.

Pone el foco de sus críticas en "la campaña de comunicación", porque, más allá de ellas, el Ayuntamiento, en concreto, el Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, "no está haciendo un mal trabajo con las personas en situación de exclusión residencial". Esas fotos, dice, "refuerzan el estigma sobre personas vulnerables y apoya un discurso tremendamente xenófobo y aporofóbico, el de 'el pobre lo es porque quiere'". "La vicealcaldesa quiere confundir y criminalizar a las personas que viven en chabolas, en condiciones infrahumanas porque no tienen casa", aporta Cuca Sánchez, de Más Madrid.

"No creo que Aniorte esté cómodo"

El responsable del Programa de Atención a Personas sin Hogar de Solidarios para el Desarrollo conoce desde hace tiempo a Pepe Aniorte. Antes de entrar en política, trabajó con su ONG y con Hogar Sí, ambas centradas en erradicar el sinhogarismo. El Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social ha eliminado durante esta legislatura los "butacones", unas sillas similares a las de las habitaciones de hospital que anteriormente ofrecían a las personas sin hogar en los albergues para que durmiesen, y ha aumentado las plazas de acogida.

El de Villacís "no es el discurso de Pepe Aniorte para nada", dice Sandín, que va más allá: "Yo no creo que esté cómodo". Mientras pone en valor la labor que está realizando este concejal, este portavoz de Solidarios para el Desarrollo reconoce que "duele un poco ver cómo alguien [en referencia a Aniorte] hace un esfuerzo por mejorar las cosas y vienen de otro lado y le vuelcan el tiesto".