Oficina del Español en Madrid

Toni Cantó se divorcia de Ayuso y abandona Madrid tras su controvertida experiencia

Toni Cantó

Toni Cantó / Alba Vigaray

Toni Cantó deja la Comunidad de Madrid tras su polémico paso por la política madrileña. Año y medio después de haber sido nombrado director de la Oficina del Español en Madrid, el político y actor saldrá próximamente de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte donde Isabel Díaz Ayuso le encontró cobijo tras múltiples peleas con Génova.

La salida de Cantó se producirá a apenas unos meses de una contienda electoral en la que era previsible que no tuviera hueco. Su llegada a la Comunidad fue prácticamente una imposición del equipo de Pablo Casado a Ayuso, un peaje que ella pagó pero del que después ha intentado sacar rédito. Ahora abandona una Oficina del Español que la oposición siempre ha tildado de "chiringuito" y cuyo balance desacreditan por escaso, aunque en la Comunidad defienden la hoja de servicios de esta entidad.

Cantó asistió el martes al almuerzo en el que Ayuso fue 'investida' presidenta de Tabarnia

Hace solo unas semanas, el propio Cantó decía en una entrevista en El Periódico de España, que concedió para hablar du su nuevo libro y no en calidad de alto cargo de la Comunidad, que su paso por la política llegaría a su fin en PP ("no creo que vuelva a entrar en ningún partido político") y que volvería a su carrera de actor. Pero esto ya lo dijo también antes, cuando dejó Ciudadanos. Tardó unos días en incorporarse al PP.

Variedad de partidos

En su carrera como político, Toni Cantó ha interpretado muchos papeles, primero como miembro de Vecinos por Torrelodones, luego como diputado de UPyD, después dirigente de Ciudadanos y por fin, ahora, como dirigente de un gobierno del Partido Popular. Cantó abandono el partido de Rosa Díez cuando este perdió representación en el Congreso de los Diputados, pero él mantuvo un escaño de la mano de Albert Rivera en Ciudadanos como portavoz en las Cortes valencianas. Allí se mantuvo cuando Inés Arrimadas tomó las riendas de la formación tras la dimisión de Rivera, pero el partido entró en un declive que no ha cesado hasta ahora y Toni Cantó supo abandonar aquel barco a tiempo para subirse aún a otro. Se agarró a la caña que desde Génova lanzó el equipo de Pablo Casado a distintos miembros de Ciudadanos cuando el PP pretendía absorber al partido naranja a costa de fichajes.

En marzo de 2021, Cantó realizó unas sonadas declaraciones públicas asegurando que se marchaba de aquel partido abandonado completamente la política y que volvería a su profesión como actor. Pero solo unos días después se conoció que había negociado ya su inclusión en las listas de Isabel Díaz Ayuso, que había convocado unas elecciones un 4 de mayo de 2021 precisamente para intentar deshacerse de su entonces vicepresidente Ignacio Aguado y todo su equipo naranja.

Pero si el propio fichaje fue convulso porque Génova impuso a Cantó en unas listas en las que Ayuso no quería tenerle, lo fue aún más posteriormente cuando el Tribunal Constitucional dictaminó que el actor no llevaba el tiempo suficiente empadronado en la Comunidad de Madrid como para acceder legalmente a un cargo electo en la región. Aquella pelea entre Ayuso y Génova a cuenta de Cantó fue solo un aperitivo de todo lo que vino después en el PP, pero en aquel momento, poco después de ganar las elecciones, Ayuso accedió finalmente a incorporar a Cantó en su gobierno como director de la Oficina del Español, un puesto de nueva creación.

Legado en la Comunidad

Año y medio después de su nombramiento, Cantó se encontraba hasta ahora en la organización de la segunda edición del Festival de la Hispanidad, con el que la Comunidad de Madrid pretende acompañar los desfiles militares del 12 de octubre con eventos culturales y festivos durante varios días. La primera edición celebrada el año pasado fue precisamente la puesta de largo de Toni Cantó en el cargo, cuya visibilidad pública ha sido escasa y poco clara aunque en el Gobierno regional se afanan en explicar que se ha hecho un importante trabajo para situar Madrid como foco de atracción inversora en torno a nuestro idioma. La segunda edición queda a la espera de saber quién la dirigirá.