MADRID

Los vacunados de la viruela del mono recelan de la encuesta que hace Madrid: "Huele a rancio que tira para atrás"

La Consejería de Sanidad asegura que los datos son confidenciales, pero el documento pide consentimiento para su "uso anonimizado"

La concejala del grupo mixto del Ayuntamiento de Madrid Marta Higueras denuncia a la consejería ante la Agencia Española de Protección por "registrar sin consentimiento previo las prácticas sexuales de miles de personas"

COGAM rechaza el sesgo de algunas de las preguntas que se formulan en los centros de vacunación

Vacuna frente a la viruela del mono

Vacuna frente a la viruela del mono / CHRISTOPHE PETIT TESSON | EFE

María G. San Narciso

María G. San Narciso

El 17 de agosto, Madrid tenía 2.197 casos de la viruela del mono. Las dosis de vacunas llegan poco a poco así que, de momento, las autoridades solo recomiendan la vacunación a “personas que mantienen prácticas sexuales de alto riesgo, fundamentalmente, pero no exclusivamente gais, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres” y a personal sanitario que tenga contacto con ellas. Quienes entran en esta categoría y consiguen cita se están encontrando con un cuestionario que trata de ver si realmente cumplen estos requisitos.

Pero últimamente, varias personas están alertando de que en este cuestionario voluntario y de auto cumplimentación se pide el mismo número de documento que se utilizó para pedir cita. Es decir, el DNI o el pasaporte. También hay vacunados que aseguran que, aunque no han rellenado este apartado, les han grapado la encuesta a su expediente de vacunación. Y ahí sí que aparecen todos los datos. "Huele a rancio que tira para atrás", resumía un usuario en Twitter.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid argumenta que las encuestas "no son anónimas, sino confidenciales, como toda historia clínica. Rellenarlas es voluntario y se pueden contestar total o parcialmente. Estas ayudan a la valoración por parte del profesional sanitario antes de la vacunación".

Una de las casillas es para expresar el consentimiento "al uso anonimizado de esta información" y se especifica que se hace "únicamente con fines de salud pública, conforme a la normativa de protección de datos vigente".

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) explica que "los datos se considerarán anonimizados en la medida que no exista una probabilidad razonable que cualquier persona pueda identificar a la persona física en el conjunto de datos". En este caso, los datos 'anónimos' van junto al NIF o el número de pasaporte de los futuros vacunados. Teniendo en cuenta que esa información es sobre su salud y vida sexual, no todos están dispuestos a rellenarla. De no hacerlo, según indica a este diario una persona vacunada, son los propios médicos los que hacen las preguntas a viva voz para saber si son aptos o no.

Francisco Javier Membrillo, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), afirma que, sin tener toda la información, este cuestionario le resulta "extraño".

"Si realmente es una hoja voluntaria de auto cumplimentación, se entiende que está en el marco de un estudio de investigación, no como parte de la historia clínica. En ese caso, si realmente el cuestionario se ha grapado a la historia, no se está cumpliendo con las normas respecto a la anonimización de los pacientes para el estudio. Pero, además, echo en falta una hoja de información donde se les explique por qué se está recogiendo esa información y cómo les afecta participar en él", prosigue.

Esa hoja de información debería ir firmada, con nombre y DNI, y apartada del número anónimo que se dé para el tratamiento de los datos. Así lo debería exigir el Comité Ético ante el que se ha presentado el estudio. La encuesta, eso sí, sería voluntaria. "En caso de que se haya adjuntado un cuestionario de auto cumplimentación para recoger datos para el análisis posterior en una publicación científica, estarían saltándose la normativa española de protección de datos en ensayos clínicos", añade el sanitario.

Denuncia ante la AEPD

Eso ha llevado a la concejala del grupo mixto del Ayuntamiento de Madrid Marta Higueras a demandar a la Consejería ante la Agencia Española de Protección de Datos "por registrar sin consentimiento previo las prácticas sexuales de miles de vacunados de viruela del mono".

En la denuncia, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, se señala que en la citación del paciente se presenta una encuesta "anónima y voluntaria" sin ser ni una cosa ni la otra, ya que "se exige verbalmente la cumplimentación de la misma como requisito para recibir la vacuna". También indica que la identificación que realizan se hace "sin que previamente se recabe el consentimiento expreso del encuestado (al contrario, se indica que es anónima, induciendo a error)", y que "la encuesta es grapada físicamente al expediente de citación de vacuna de modo inequívoco".

"Además, se empuja a las personas que solicitan la vacuna a cumplimentarlo en los espacios sin privacidad del Zendal, con situaciones de valoración moral que están fuera de lugar y cuestionamiento de los pacientes. Todo esto supone un ataque a su dignidad como pacientes", asegura la concejala.

Y añade: "Creo que el trato que se da a las personas que acuden a vacunarse de la viruela del mono no está a la altura. Hay mucha preocupación en el colectivo de hombres homosexuales, se ha creado alarma y se han visto estigmatizados. Y en cuanto al proceso de vacunación, hay enormes dificultades para obtener cita, se ha creado un cierto pánico y ha faltado una información amplia, accesible y en los lugares adecuados".

A la pregunta de si la encuesta podría infringir la Ley de Protección de Datos, la AEDP responde que no puede pronunciarse ni ofrecer detalles al respecto mientras el procedimiento esté en curso.

Y las preguntas, ¿son las apropiadas?

En el cuestionario se pregunta, por ejemplo, si se han consumido drogas para mantener relaciones sexuales sin protección (chemsex) o si se han tenido prácticas sexuales de riesgo en el último año en saunas y lugares de encuentros sexuales. Mario Blázquez, técnico de salud de COGAM, el colectivo LGTBI de Madrid, no entiende muy bien la necesidad de ciertas cuestiones.

"Puedo entender que se haga un estudio epidemiológico para estudiar la viruela del mono, pero el sesgo... Hay una pregunta sobre si has tenido 10 parejas sexuales diferentes. ¿Si son 5 no pasa nada? Y luego está el San Benito que le cae a la gente que realiza chemsex. ¿Qué más da si, de mantener sexo sin protección, se haga con o sin drogas en este caso?"

"Hay una pregunta sobre si has tenido 10 parejas sexuales diferentes. ¿Si son 5 no pasa nada?"

El especialista en Enfermedades Infecciosas sí entiende que se hagan este tipo de preguntas. "Es normal que las autoridades sanitarias necesiten conocer estos datos de los pacientes. Tenemos que tener en cuenta que la disponibilidad de vacunas es muy escasa y, por lo tanto, debemos saber a quién estamos ofreciendo la vacunación y su riesgo. La realidad, a día de hoy, es que los hombres que tienen sexo con hombres, y con parejas sexuales múltiples desconocidas, son el principal grupo de riesgo. La casi totalidad de casos en España y resto del mundo se producen en ellos", asegura.

Un nuevo estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y realizado con más de 140 muestras de 12 pacientes infectados, ha revelado que el ADN viral se puede detectar con frecuencia en diferentes muestras clínicas de pacientes infectados por la viruela del mono, incluyendo el semen.

Con todo, el experto apunta que el uso del preservativo, aunque es fundamental para evitar ITS, no es suficiente para no contagiarse de la viruela del mono: primero, porque aún se desconoce si el semen puede ser un mecanismo de contagio fundamental o anecdótico y, segundo, porque el piel con piel sigue siendo la principal forma de transmisión.