MADRID

Lavapiés homenajea a su Rocío Jurado

Emy ya no está, pero la calle del Oso no se olvida de ella este San Cayetano

Emy en una actuación

Emy en una actuación / Facebook

San Cayetano se ha quedado huérfano. Por primera vez desde los años 80, la Jurado de Lavapiés no hará su actuación 'castiza'. En su lugar estarán sus compañeros y vecinos, que la homenajearán como solo una grande se lo merece; como a una de sus vecinas predilectas del barrio y que tantas puertas abrió en la historia del transformismo de Madrid.

Tras el nombre de Emy, Milana Rocío Vergara salía cada San Cayetano para regalar su arte en las fiestas del barrio. Quienes la conocían aseguran que era una de las artistas que mejor hacía de Rocío Jurado en la ciudad. “Cuando salía aquí interpretando ‘Como una ola’ se caía la calle literalmente”, cuenta su vecino y amigo José Luis Tejedor mientras sus vecinos engalanan la calle del Oso con flores de papel de seda y mantones de Manila.

Tejedor es una de las personas que están detrás de este homenaje. Cuenta que era una persona alegre, de las "que cuando la veías daba muy buen rollo". "Y ya cuando se vestía y se transformaba era lo más", asegura. "La que siempre nos animaba el cotarro, la vecina con más arte que ha salido de la calle Oso", la definían desde el Café Pavón, que también la recordó con una actuación el pasado jueves. Será por homenajes.

Una calle diferente

La calle del Oso (donde también nació Ana Belén) es bastante especial en el barrio. Son de esos lugares de Madrid donde que los vecinos aún hacen vida juntos. Más allá de San Cayetano, celebran las pre-campanadas, Halloween y lo que haga falta.

Allí vivían los abuelos de Emy, en el número 11. De pequeña iba a visitarlos con sus padres. Casi cuatro décadas atrás, también ella se había mudado al número 6. En el 17 tuvo una peluquería. "Era muy señora de su barrio y muy maruja, con la bata y el moño. Peinaba muy bien. Tenía a las vecinas guapísimas", asegura su amigo y artista Ricky Montiel.

De su barrio contaba historias a todos sus amigos. Muy del Rastro, de comerse sus almejas y bocadillos de entresijos y de ir a misa los domingos (no necesariamente por este orden), desde el último banco de la última fila de la Parroquia de San Millán y San Cayetano contaba los mensajes que le mandaba Dios. "Explicaba que ella decía: 'Jesús, mándame una señal', y que la señal era que se comprase un perro", afirma Montiel. El día de su funeral, el pasado mes de noviembre, el cura recordó esos momentos.

Homenaje a Emy y otras tantas vecinas

Hace más de 40 años que los vecinos organizan estas fiestas. Este sábado tienen preparadas las rifas, la limonada gratuita y la escaleta para la "actuación estelar castiza Homenaje a nuestra Emy y compañía", que se celebra de 22.30 a 2.00 h. Ricky Montiel explica que no sabía si iban a poder hacer esta actuación; que necesitaban un milagro. Y una vez más lo consiguió. Por ella y por el resto de vecinas que con la pandemia ya no están en el barrio. "Seguro que nos estará viendo en primera fila", añade.

Ella conseguía encandilar a niños y mayores cada vez que salía a escena. Cada aparición llevaba su correspondiente vestido, todos diferentes. También estaban sus ‘muchachas’. Franky es una de ellas. Este año no hará de María Jiménez, como hacía cuando Emy lo contrató para actuar con ella, sino que participará en el popurri de canciones de Rocío Jurado que tienen preparado en medio del homenaje.

Era su mejor amigo. La conoció hace 23 años, cuando debutó. Desde hace 10 eran inseparables. Solo dos días antes de que Emy falleciera habían estado hablando por teléfono para celebrar la Nochebuena juntos. “Era increíble. Tenía un corazón inmenso. Fue una de las pioneras en el transformismo y una de las mejores. Hacía desde Rocío Jurado, hasta Juanita Reina, Lola Flores…. Era muy buena artista. No ha habido dos como ella”, afirma.

Otra de esas muchachas es Chesare, que conocía a Emy desde hará unos 25 años, cuando coincidían por los locales de Chueca. "Hacía de la Jurado impresionante, y de Concha Piquer que yo flipaba. Era muy buena gente", reconoce.

Los tres, Chesare, Ricky y Franky, harán de Rocío Jurado en su homenaje. Cada uno irá de un color distinto. El único miedo que tienen es "acabar como el rosario de la aurora". Vamos, llorando a lágrima viva. Porque vecinos y amigos esperan la vuelta de la artista a la calle del Oso con una emoción que les desborda. "Date cuenta que Milana era de toda la vida allí. Que no esté en esta fiesta les va a costar muchísimo", añade Ricky Montiel. Para ella, y para otras vecinas que ya no están como Milagros o Rosa, va esta actuación.

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