MADRID

El misterio de los contenedores vacíos pero rodeados de basura frente al Ayuntamiento

Unos cubos de la calle Alcalá, frente al despacho de Villacís, traen de cabeza a los inspectores de limpieza al estar cercados de basura y cartones todos los días a primera hora

El Área de Medio Ambiente trata sin éxito de localizar al negocio de hostelería que realiza la "incívica" práctica: "Deberíamos tener un vigilante las 24 horas"

Los bares y restaurantes cercanos niegan que sean ellos: "Soy al que menos le interesa que haya basura frente a mi local"

La basura se acumula alrededor de los contenedores vacíos de la calle Pedro Muñoz Seca.

La basura se acumula alrededor de los contenedores vacíos de la calle Pedro Muñoz Seca. / EPE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

- Si yo me entero de que son los míos quienes tiran ahí las bolsas de basura los mato. Vengo del Ramsés y soy muy exquisito con eso. Hoy me he fijado y había una botella de vino que yo vendo, el Alba Martín, pero el resto no... Estaba mezclado el vidrio con lo orgánico. Los míos dejan ahí los contenedores nuestros, pero no somos nosotros. Es que da asco, de verdad, la alcantarilla está tupida de mierda.

Un misterio se cierne sobre unos contenedores de la capital. En Madrid hay más de 30.000, pero es un grupo de tres el que trae de cabeza a los servicios municipales de limpieza del Ayuntamiento. 

Están juntos. Uno es de vidrio, otro de cartón y otro de reciclaje de ropa y calzado. Están siempre vacíos o semivacíos, pero a su alrededor se acumulan, a casi todas las horas, y todos los días de la semana, las bolsas de basura y los cartones. 

"Ese tramo de calle da bastante asco, yo dejo ahí la moto y algún día temo encontrármela llena de basura también", explica Jacinto, un trabajador de esta zona de la capital que no es una zona cualquiera. "Es que esto es el distrito de Salamanca, por eso sorprende tanto que haya tanta mierda". 

El asunto es aún más llamativo porque los contenedores están situados en el cruce de las calles Pedro Muñoz Seca y Alcalá, a escasos metros de la Plaza de Cibeles y por ende del propio Ayuntamiento. De hecho, desde el despacho de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, se pueden ver.  

Lo que es habitual también es ver frente a los contenedores a un inspector municipal rezongando y sacando fotos con la tablet para abrir la consecuente denuncia. "Esto es una vergüenza. Es que tendríamos que tener un vigilante aquí 24 horas para saber quién es", admitía hace unos días uno de ellos. 

"En ese punto se han puesto muchas sanciones, pero ahora es difícil ponerlas porque quitan de las cajas las pegatinas con datos personales", admite una portavoz del Área de Medio Ambiente del Consistorio, que añade que las frecuentes imágenes de los contenedores vacíos pero cercados de desperdicios son un acto claro de "incivismo".  

Un inspector del Área de Medio Ambiente abre expediente por la acumulación de basura durante el día. 

Un inspector del Área de Medio Ambiente abre expediente por la acumulación de basura durante el día.  / EPE

¿Pero quién tira ahí la basura? ¿Por qué no se le consigue multar? Veamos lo que se sabe.

Una rápida consulta a los responsables de los negocios de la hostelería de la zona, donde se acumulan numerosos bares y restaurantes, arroja tres conclusiones. 

Una: Son desperdicios de uno de estos locales porque son bolsas grandes y normalmente hay botellas de alcohol dentro. Dos: las sacan de noche, de madrugada, porque cuando muchos abren su negocio a primera hora ya están ahí en una suerte de día de la marmota basuril. Tres: este tema de los residuos provoca cierta tensión entre los responsables de los negocios.  

"Mira, nosotros tenemos los contenedores en un patio interior, los sacamos a la calle por la noche y los recogen. Los inspectores están detrás de todo esto, pero nosotros no somos. Somos perjudicados también, porque a veces nos echan basura de otros locales a nuestros contenedores", explica Elisabeth, encargada del Faborit, un local de zumos y ensaladas, en la calle Alcalá, a apenas 50 metros de los cubos, con tono bastante serio.  

"Nuestro contenedor gris, además, nos lo roban cada semana, pedimos cubos nuevos y nada", añade aflorando otro turbio asunto en la manzana, en la que nadie admite la culpa de lo que ocurre en Pedro Muñoz Seca donde hallar al culpable es como echar una partida de Cluedo. 

"A mí es al primero que no me interesa todo esto, ni a mí ni al Subway, que los tiene al lado. Tener la mierda acumulada cerca del negocio no es bueno", explica el encargado de Casa Carmen, el restaurante frente a los cubos enormes, en la terraza del local, cuya terraza comienza a llenarse, sobre todo de extranjeros.     

Matthew, el dueño del bar irlandés aledaño al Faborit, responde con un "that is bullshit" -eso es una tontería- cuando se le pregunta si es él el que tira la basura ahí. Se cabrea tanto que nos acompaña hasta los contenedores para demostrar que no es él mostrando la prueba del delito. Entre la basura hay hasta un banco de madera roto apoyado sobre uno de los contenedores.

"Mira, en esa bolsa", dice señalando un enorme saco de plástico negro destripado ya por la acera, donde campan a sus anchas detritus y botellas vacías, "hay Mahous, nosotros no tenemos Mahous, ni tampoco esas botellas de agua". Sus exculpaciones no se quedan en eso, sino que se queja de que es "el único que cumple con la normativa" de terrazas, ya que tiene solo una hilera de mesas en vez de dos como el resto de locales.  

Un poco más abajo de Alcalá está el Vips, donde Alejandro, el gerente, echa balones fuera también. "Nosotros no somos. Cuando vamos allí metemos las botellas en el contendor de una en una", explica a las puerta del local, para añadir que en invierno sacaron a ese punto durante varios días un contenedor propio de vidrio pero nunca fue recogido por los servicios de limpieza. 

Alejandro incluso tiene quejas contra el Consistorio, porque no le limpian con las mangueras la terraza como si limpian la acera usada por los peatones y la calzada. "Es más, un día me pilló un inspector en invierno limpiando la terraza a las 7 de la mañana y me echó la bronca, me dijo que el agua que usaba se podía congelar, pero luego me pidió perdón", recuerda. 

Y por último está el Baretto, cuyo gerente arrancaba este artículo y se mostraba muy airado por cómo hay alguien que tira "la basura de cualquier manera" en los citados contenedores. "Yo tengo tres contenedores y los sacamos fuera cada noche para que los recojan", añade para luego deslizar que igual la basura proviene de los locales del otro lado de la calle.

Para los servicios de limpieza del Ayuntamiento sigue siendo un misterio meses después, pese a que por la calle en la que están pasan varias veces al día las brigadas y los camiones. Tiene, en concreto, un nivel 2 de limpieza. 

Es decir, tres veces a la semana se hace un barrio manual y un baldeo mixto, además de un barrido de mantenimiento diario. Además, se vacían diariamente los contenedores -todas las noches- y se recoge el cartón comercial. De hecho, este viernes, había un operario de Hortaleza retirando los cartones. 

"Tenemos que venir todos los días y hacer fotos de lo que encontramos", asevera sobre un asunto que empieza oler ya mal en el Área de Medio Ambiente, donde se explica que los barrios de Centro -los que acumulan más negocios de hostelería- son los que producen más basura, seguidos precisamente de Salamanca, Goya, Trafalgar, Arapiles, Embajadores, Moscardó, Entrevías y Palomeras. 

La polémica por estos contenedores se produce en medio de las airadas críticas de la oposición a José Luis Martínez Almeida por el alto nivel de suciedad de la ciudad. 

Este mismo viernes, el alcalde anunció que Madrid incorporará 60 'motobicis' eléctricas y 800 carritos para mejorar la limpieza en los 21 distritos. Según el alcalde, se invierten 700 millones de euros al año en la limpieza de 9.000 calles y 3.800 zonas verdes y parques de la ciudad.