ARQUITECTURA

El extraño caso de la 'casa genital' de Conde Duque: "No hay nada parecido en Madrid"

Este edificio modernista casi desconocido de 1912 se ubica en la calle Montserrat, 12, y destaca por los símbolos que lleva esgrafiados en su fachada: seis penes, tres vulvas, infinitos y flechas

La vida del arquitecto, Arturo Pérez Merino, también es prácticamente una incógnita: "Su obra se centra en las dos primeras décadas del siglo XX y luego desaparece. O falleció o se fue de Madrid... no sabemos bien"

Detalles esgrafiados de la 'casa genital', en la calle de Montserrat, 12, en Madrid.

Detalles esgrafiados de la 'casa genital', en la calle de Montserrat, 12, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Muy cerca del Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, se ubica la calle Montserrat, una vía tremendamente tranquila en medio del fulgor del distrito Centro. Algunos viandantes enfocan con sus móviles una modesta casa de estilo modernista que se sitúa en el número 12 y que pasaría prácticamente desapercibida si no fuese por los motivos que tiene impresos en su fachada.

Un obrero que se alza sobre la parte trasera de un camión aparcado frente a este portal mira extrañado la pared. "¿Ha visto el edificio? ¿No le llama la atención?", le preguntan. "No entiendo por qué le hacéis fotos", responde. "Señor, en la fachada hay seis penes y tres vulvas".

Gira la cabeza rápidamente y por fin localiza los genitales masculinos. "Pero, ¿y los coños?".

Este despistado trabajador no es el único para el que pasó inadvertida esta curiosa y, a la vez, descarada fachada. Los planos diseñados por Arturo Pérez Merino, el arquitecto que construyó esta y otras viviendas en el centro de la capital, superaron el trámite del informe municipal, a pesar de que ya se habían reflejado esos símbolos genitales.

En los documentos ya aparecían reflejados esas mismas alegorías, así que "el arquitecto ya tenía muy claro lo que iba a poner", apunta para

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Óscar da Rocha, un doctor en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid que conoció esta construcción cuando investigaba los edificios modernistas de la capital a poca distancia de esta localización, en el Archivo de la Villa.

"Si el arquitecto municipal hubiera visto que eso era obsceno o que iba contra el decoro, probablemente habría hecho algún comentario", explica Da Rocha, autor del ejemplar Madrid modernista: guía de arquitectura.

Si el arquitecto municipal hubiera visto que eso era obsceno o que iba contra el decoro, probablemente habría hecho algún comentario"

— Óscar da Rocha, doctor en Historia del Arte

En el caso de que alguien, transeúntes o trabajadores, hubiera reparado en la época en los símbolos con los que está adornada la fachada, el hecho "habría trascendido", afirma este gran conocedor de la 'casa genital', que revisó, sin éxito, la hemeroteca de esos años para descubrir si la prensa mencionó algo acerca de este edificio.

En Monserrat, 12, se observan tres parejas de penes y, entre cada uno de ellos, un detalle esgrafiado que recuerda a una vulva; también hay cenefas de motivos abstractos bajo los balcones de este edificio de tres alturas y varios infinitos atravesados por flechas que rodean un IV y un 1912. Aunque la obra del edificio finalizó ese año, esa fecha parece no ajustarse con el momento exacto en el que Pérez Merino inauguró su construcción, por lo que Da Rocha se aventura a decir que coincide con el mes en el que se hundió el Titanic, abril de 1912.

Infinito con flechas y la inscripción IV/1912 en la 'casa genital' de la calle de Montserrat, 12, en Madrid.

Infinito con flechas y la inscripción IV/1912 en la 'casa genital' de la calle de Montserrat, 12, en Madrid. / ALBA VIGARAY

"Creo sinceramente que la gente no se dio cuenta y, pese a que es notorio, debió pasar desapercibido, porque si no habría tenido alguna repercusión", advierte. 

Arturo Pérez Merino diseñó esta casa de clase media y Luis Navarrete fue el promotor que, según parece, hizo de apoderado para una señora que quería construir pisos en alquiler en ese lugar. Ni del autor ni de la obra se conocen demasiados datos.

Todo son especulaciones: "Que era un antiguo prostíbulo, que lo hizo el arquitecto a modo de burla porque no le pagaron los propietarios, que era una época muy liberal... Ninguna de ellas son muy creíbles", considera Álvaro Llorente, fundador de la empresa Madrid en la palma de tu mano, que realiza visitas guiadas por el Madrid modernista.

"Yo creo que lo hizo porque quería que destacara, pero es verdad que, si no te fijas en detalle, a veces puede llegar a pasar desapercibido. De hecho, muchos visitantes hasta que no miran bien un rato no lo ven. Pensemos que el estilo modernista se basa en yeserías, escayolas y motivos salientes, pero en esta calle no hay espacio para balcones al estilo de los del Palacio Longoria, por ejemplo. Tiene que resaltar sin poder hacerlo en extensión de espacio", explica este historiador.

Se trata de un edificio "muy singular", cuenta Da Rocha, porque "no hay nada parecido en Madrid". Parece hecho a la imagen y semejanza de Pérez Merino, un hombre del que sólo se puede decir que "es un personaje peculiar", valora Miguel Lasso de la Vega, arquitecto y gerente de la Fundación Arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).

El arquitecto incluyó siempre decoraciones llamativas en las pocas casas que hay documentadas a su nombre. "A este hombre, por algún motivo, no sabemos cuál, le gustaba poner símbolos extraños, que se salían de los repertorios habituales", sostiene Óscar da Rocha. 

En la obra de Montserrat, 12, este doctor en Historia del Arte opina que la idea de incorporar penes y vaginas a una fachada "era una broma". "Como si hubiese pensado: 'Voy a poner esto a ver si cuela'. Y sí, coló", afirma. Sus extravagancias son "una seña de identidad muy evidente".

Detalle de unos genitales masculinos en la fachada de la calle Montserrat, 12, desde el edificio de enfrente.

Detalle de unos genitales masculinos en la fachada de la calle Montserrat, 12, desde el edificio de enfrente. / ALBA VIGARAY

A Pérez Merino se le perdió la pista muy pronto, cuando debería tener "40 o 40 y pico años", dice Miguel Lasso. Se sabe de él que se tituló en 1897 y "esta casa es bastante temprana", por lo que acabaría de cumplir la treintena cuando la ejecutó. "Su obra se centra en las dos primeras décadas del siglo XX y luego desaparece. O falleció o se fue de Madrid... no sabemos bien".

El arquitecto de la casa de Lina Morgan

De Arturo Pérez Merino se conocen pocas obras, y todas ellas están situadas en el centro de Madrid. Los penes y las vulvas quedaron relegados sólo a esta casa de Montserrat, 12. "En el resto de las obras que tiene en Madrid, las decoraciones son de otro tipo, más naturalistas", apunta Miguel Lasso de la Vega.

Bajo la autoría de Arturo Pérez Merino se han registrado otros dos conocidos edificios. El primero de ellos se ubica en la calle Don Pedro, 4, en el barrio de La Latina. "Curiosamente, es el edificio donde nació Lina Morgan", advierte Da Rocha. Este edificio tiene un dragón sobre la firma y el año de construcción, una importante galería acristalada y un diseño más elaborado en la rejería de los balcones.

También es suya la casa de la calle Hortaleza, 96, en la zona de Chueca, dentro del barrio de Justicia, cuya fachada está decorada con una "especie de cobras, amebas o medusas, una cosa muy rara", en las ménsulas de los balcones, indica Da Rocha. Además, cuenta con otros elementos vegetales y azulejos de cerámica de más calidad. "Es un edificio más elaborado. Era de un empresario más famoso en aquel tiempo en Madrid y es mucho más cara", añade.

"Tiene un modo de decorar muy personal", dice Miguel Lasso de la Vega sobre Arturo Pérez Merino. "Estaría bien seguirle un poco la pista".