Frente a la Cibeles

Almeida tarda cien días en reparar la llama 'eterna' en homenaje las víctimas Covid tras su última avería

El Ayuntamiento asegura que sufrió un acto vandálico a mediados de octubre y esperó a arreglara a que coincidiera con las obras de la calle Alcalá

La instalación, que consiste en un pebetero con una llama encendida las 24 horas del día, fue levantada tras aprobar el Consistorio un contrato de urgencia de 132.890 euros

Fue inaugurada el 15 de mayo de 2020 y sólo un día después dejó de funcionar, una de las muchas incidencias que ha tenido

La piqueta derriba ayer la instalación sobre la que se encontraba el pebetero de homenaje.

La piqueta derriba ayer la instalación sobre la que se encontraba el pebetero de homenaje. / R. B.

Roberto Bécares

El

Ayuntamiento de Madrid

inició ayer la reparación de la llama "eterna" en recuerdo de las víctimas del coronavirus, situada en la confluencia de la calle Alcalá y la plaza de Cibeles, tres meses y medio después de que el Consistorio de José Luis Martínez Almeida la cerrara y la vallara tras sufrir un nuevo acto vandálico. 

Entre los errores de cálculo al principio por parte del Área de Obras del Consistorio y que ha sido vandalizada varias veces, la llama apenas ha estado funcionando desde que fue inaugurada por el alcalde y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, con todo el boato con motivo de la festividad de San Isidro de 2020. 

El homenaje, que consistía en un pebetero en color negro que iba a recordar a las víctimas de la crisis sanitaria en todo el país, tenía una pequeña placa con la inscripción "Vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón". 

Durante su discurso, el alcalde aseguró que era un "día de luto" y la instalación una "muestra de respeto a las familias de los fallecidos", que por entonces ascendían a 27.000 en todo el territorio nacional.  

Un día después de su inauguración, la llama dejó de funcionar. Según informó elconfidencial.com, no se calculó bien el consumo de propano (cuatro bombonas al día) y se acabó el suministro mucho antes de lo esperado. 

Tras funcionar varios días con un mantenimiento constante, se cerró la instalación en junio para realizar una reforma. Desde entonces ha sufrido varios actos vandálicos, el último a mediados de octubre, cuando dejó de funcionar definitivamente. 

En diciembre, la concejal socialista Enma López, denunció el abandono de la instalación en Twitter, asegurando: "Una llama eterna apagada. Que se pagó con un contrato de emergencia aunque no era una emergencia. Y que ha acabado convertida en una selva. Todo bien". 

Según ha sabido

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

el coste del diseño de la estructura se cifró en 10.890 euros y la instalación fueron 122.000 euros. "Se aprobó con un contrato de emergencias cuando eso estaba reservado en teoría para actuaciones inaplazables, como la compra de mascarillas", afirma López.

En la fotografía que ilustraba el tuit se observaba como la vegetación había crecido descontrolada en los bordes del pebetero.

 Ayer, una piqueta levantaba toda la instalación, mientras los ramos de flores que se colocaron en su día estaban tirados en la zona de peatones. 

Desde el Área de Obras subrayan que se esperó a arreglar el monumento esos tres meses y medio para hacerlo coincidir con las obras de reforma de la calle Alcalá en el tramo comprendido entre Cibeles y la calle Cedaceros. 

Los trabajos, según explican fuentes municipales, cuentan con un presupuesto de 5,9 millones de euros y supondrán la reforma integral de una superficie de 31.000 m2.

El Consistorio trata con esta obra de recuperar el aspecto de bulevar que tenía la calle Alcalá hasta el siglo XX. Así, se dispondrá el doble de arbolado y se ampliará la acera norte entre Cibeles y Gran Vía.