Así gestiona sus finanzas la generación Z

Credit Karma, Deloitte, BBVA...Todas las consultoras, empresas financieras y bancos lo confirman: los centennials gestionan mejor sus finanzas que las generaciones que les preceden. "Son más conscientes de sí mismos, autosuficientes, innovadores y propensos al ahorro", los define BBVA. Pero, ¿Cómo lo han conseguido? ¿Cuáles son sus motivaciones?

Nacidos entre crisis

Hay que tener en cuenta que los Gen Z, nacidos desde mediados de los noventa, vivieron en su casa las consecuencias de la crisis financiera de 2008: padres y madres desempleados, autónomos en quiebra, embargos, deudas... Eso ha impactado de forma directa en la forma en la que ven la vida y, también, en cómo usan su dinero. Creen que es imprescindible gastar con inteligencia y ahorrar desde muy pronto.

Según el estudio Gestión de finanzas en la nueva era de la empresa financiera Klarna, el 69% de los jóvenes españoles se considera financieramente responsable y el 70% planifica sus gastos e intenta ahorrar para el futuro. Esto repercute en que los jóvenes son también menos propensos a endeudarse. En general, huyen de los préstamos, los pagos a plazos o las compras con tarjeta de crédito.

Por si fuera poco, después de asistir a una crisis financiera mundial en su infancia, que impactó en la vida de sus padres, en 2020, cuando estos jóvenes acababan de incorporarse al mercado laboral, se enfrentaron a una nueva crisis, la del Covid-19. Una pandemia que provocó despidos, ERTES, o teletrabajo, enseñando a los centennials que debían de estar preparados ante cualquier circunstancia. Haber crecido entre crisis les ha dado el bagaje para gestionar sus bajos ingresos y, al mismo tiempo, valorar la importancia de los ahorros.

Si a esto se le suma el escaso aumento de los salarios en comparación con el de los precios, según el mismo estudio, más de un tercio de los jóvenes piensan que se enfrentan a una situación económica más precaria que la de sus padres y, aún así, creen que son mucho más ahorradores y responsables de lo que las otras generaciones creen. De hecho, más del 50% de los centennials tienen un fondo de ahorro de emergencia. Por eso, se les puede definir como autosuficientes, ahorradores y responsables.

Nativos digitales

Su capacidad de autogestión se debe también, en buena parte, a su conocimiento de las nuevas tecnologías. Los jóvenes de la Generación Z ya no desconfían de los bancos que son únicamente on-line. De hecho, han crecido viendo cómo las sucursales bancarias de toda la vida se hacen cada vez más multimedia.

Por eso, han aprendido a hacer gestiones en la banca on-line, a tratar con sus asesores por teléfono o por e-mail y manejan perfectamente las aplicaciones oficiales de sus bancos. Esto les otorga la confianza necesaria para mover su dinero, hacer transferencias o hacer pagos vía internet. Muchos utilizan aplicaciones -de sus bancos u otras- para repartir los gastos con compañeros de piso o para controlar sus ahorros.

Ese mayor control del entorno digital también repercute en que les resulta más fácil detectar fraudes en internet. Son los que menos caen en estafas telefónicas, en timos por internet y tienen muy claro que no deben compartir sus datos bancarios.

Internet: ¿Educador o fuente de engaños?

Algo que ha favorecido la educación financiera de los jóvenes ha sido, sin duda, internet. Aunque muchos expertos reclaman una asignatura que trate este tema en colegios e institutos, lo cierto es que la red sigue siendo la principal fuente de conocimiento para los jóvenes. Es cierto que esto puede ser un arma de doble filo.

Por una parte, hay buena información financiera: artículos de economistas, cursos de divulgadores, de empresas que se dedican a la información económica...Fuentes fiables a las que los jóvenes pueden acudir antes de realizar alguna gestión económica.

Pero por otra parte, también hay una gran cantidad de influencers que se presentan como supuestos expertos en economía, inversiones y trading que, realmente, no son más que Crypto Bros, el término que se utiliza en internet para calificar a quienes presumen de conocimiento sobre inversiones y criptomonedas cuando en realidad no saben tanto.

Como los jóvenes suelen confiar en las caras que sobresalen en las redes sociales, los centenials tienden a creerse sus consejos financieros, sean o no correctos. Esto es lo que la Generación Z debería limar.