Investigación al fiscal general
El fiscal que denunció a la pareja de Ayuso, en el Supremo: "En ese correo no hay ninguna información privada, ningún secreto"
La reacción de la Fiscalía a una información errónea sobre un posible pacto ha terminado con el fiscal general imputado por revelación de secretos

El fiscal, Julián Salto, a su llegada a declarar al Tribunal Supremo, a 16 de enero de 2025, en Madrid (España). / Alberto Ortega
El fiscal de delitos económicos de Madrid Julián Salto, que fue el que presentó la denuncia por delitos contra Hacienda y falsificación documental contra Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, e intercambió los correos electrónicos con su abogado donde se planteaba una posible conformidad, negó durante su declaración del pasado 16 de enero en el Tribunal Supremo que dichas manifestaciones puedan ser consideradas secretas.
Apuntó que en el e-mail cuya filtración a los medios de comunicación se está investigando --y que ha costado la apertura de una causa contra el fiscal general del Estado-- "no hay ninguna información privada, no hay ningún secreto". "Es simplemente una toma de negociaciones", manifestó a preguntas del Ministerio Público.
A lo largo de su declaración, a cuya transcripción completa ha accedido este diario, Salto defiende que nunca pudo ofrecer a la defensa del empresario una conformidad que evitara la celebración de un juicio porque no se cumplían los requisitos que exigía la ley, si bien reconoce que estaban hablando de que pudiera llegarse a dicha situación. También se refiere a la información publicada por El Mundo en la que se hablaba de las negociaciones pero afirmando que el pacto había partido de la Fiscalía, lo que Salto califica varias veces de "mentira" a lo largo de su testimonio.
"Esa noche no van contra el señor González Amador, esa noche van contra el fiscal del asunto y en su caso, contra la Fiscal de delitos económicos, por si hemos hecho algo al margen de la ley, nos hemos dado cuenta y nos hemos comprometido a algo beneficioso para una persona, es decir, al parecer con interés público", lamenta, en el momento en el que relata cómo sus superiores le sacaron la noche del 13 de marzo de un partido de fútbol para reclamarle los correos que se había intercambiado con el abogado Carlos Neira, parte de cuyo contenido se vertió en una nota de prensa que fue la que dio origen a este procedimiento.
"Supongo que esto no sé si es habitual, pero vamos es un intercambio de mails sin ninguna, para mí sin ninguna trascendencia, porque mientras no lo ratifiquen ante un juez, ese ofrecimiento no nos vale para nada" señala en este momento. Un poco antes, había insistido en este aspecto, asegurando que se trataba de un intercambio de correos.
"Que es que no son ni conversaciones, o sea, es un intercambio de mail que no tienen ningún tipo de validez o sea eso yo no lo puedo hacer valer como una supuesta conformidad el día del juicio, y entonces, cuando yo le comento que este señor el señor Neira, nos ha mandado por correo la solicitud de intentar llegar a una conformidad, cuando la fiscal jefe provincial me pide los correos, pero yo se los doy", explicó durante su comparecencia.
También se refirió al funcionamiento de las conformidades durante su comparecencia en el Supremo la fiscal superior de Madrid, Almudena Lasta, que explicó de esta forma el motivo de su rechazo a la nota de prensa que se difundió el 14 de marzo y cuyo contenido fue motivo de la querella que ahora se investiga en el alto tribunal: "Bastaba con decir que el abogado se había dirigido a la fiscalía como se dirigen habitualmente para plantear una posible conformidad, que se habían tenido las conversaciones oportunas y que en este suceso no había ocurrido nada, nada diferente y que, por supuesto, ningún superior del señor Salto encargado del asunto le había dado instrucciones al señor Salto para hacer o no hacer esa conformidad". Se trataba de responder a una información, con supuesto origen en el gabinete de la presidenta madrileña, en las que se apuntaba que ya existía un pacto que había sido "parado desde arriba".
Conformidad 'sui generis'
Por su parte, Salto insiste lo largo de su declaración en la inexistencia de un pacto que estuviera cerrado con la defensa de González Amador y califica lo que había de "conformidad sui géneris, dado que no está judicializado el asunto, no había declarado todavía el señor González Amador como investigado en esa causa y no estaban pagadas las responsabilidades civiles o consignadas o pagadas, las eventuales responsables civiles derivadas del presunto delito tributario".
En otro momento llega a afirmar que, en el marco de estas negociaciones, piensa que el letrado del empresario "sigue la ética y la correspondiente deontología profesional, y que no va a filtrar un correo a un jefe de gabinete de un Gobierno de una comunidad autónoma", y esta es la razón por la que le reitera que, "si él quiere, si él quiere, que podemos intentar seguir llegando a la conformidad". Sobre la publicación de esta respuesta suya concreta en El Mundo, Salto afirma en otro momento: "De hecho, gracias a ese correo yo parece que he quedado como mentiroso y como que voy ofreciendo conformidades por ahí y que vamos poniendo denuncias o querellas políticas".
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