La Fiscalía pide al juez que interrogue a los ocho agentes de antiterrorismo relacionados con pagos del comisionista Aldama

La Fiscalía Anticorrupción ha pedido al juez del caso Koldo, Ismael Moreno, que interrogue como testigos a los ocho agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil supuestamente relacionados con los pagos del comisionista Víctor de Aldama al comandante del instituto armado implicado en la trama, Rubén Villalba, según especifica un escrito de 7 de noviembre, al que he tenido acceso esta redacción.

El Ministerio Público hace esta petición al magistrado tras constatar la existencia de transferencias e ingresos en efectivo realizados "por agentes subordinados a Villalba", quien estuvo destinado en la unidad antiterrorista de la Guardia Civil hasta conseguir una plaza en la Embajada de España en Caracas (Venezuela).

La operativa seguida en estos abonos fue organizada por el propio comandante investigado, quien dio indicaciones a cuatro agentes," de manera directa o indirecta" para realizar estos ingresos en cuentas tituladas por él mismo. "El dinero abonado en las cuentas de Rubén Villalba era entregado por el mismo a los agentes en efectivo, dando instrucciones de cómo debían abonarlo, el número de cuenta en la que se debía hacer el abono y el concepto que debía figurar", especifica el fiscal Luis Pastor.

Dinero en efectivo

Uno de los agentes, cuyas identidades no ha facilitado el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre Rubén Villalba, llegó a recoger en varias ocasiones dinero en metálico, que podría llegar a los 12.000 euros. Y lo hizo en la sede de una de las empresas del comisionista Víctor de Aldama.

En el periodo que abarca los pagos acreditados de Aldama a Villalba, en concreto entre 2021 y 2023, los ingresos bajo sospecha se elevan hasta los 88.119 euros. Este es el motivo por el que el instructor le ha ordenado que transfiera esta suma concreta de dinero a la cuenta del Juzgado en un plazo máximo de 5 días.

Esta suma de dinero la habría abonado Aldama a cambio de protección, según establecen los agentes de la UCO en sus informes. En concreto, Rubén Villalba proporcionó terminales móviles "con el objeto de que los investigados Koldo García y Víctor Aldama tuvieran una línea segura de comunicaciones de telefonía móvil".

El comandante de la Guardia Civil imputado en el caso se encargaba de cambiarles los teléfonos "con frecuencia y destruyendo los antiguos, aumentando por tanto la protección que se les brindaba, ya que en algunos casos llegaba a requerir entre dos o tres teléfonos por mes. Estas terminales habrían sido proporcionadas por quien es identificado como Agente 9", cuya comparecencia reclama el fiscal Luis Pastor.

Conocía la investigación

La Fiscalía también pone el acento en diversas conversaciones que "evidencian que Koldo García tendría conocimiento de la investigación" que se estaba desarrollando sobre él y su entorno. Fija el segundo semestre de 2023 como el momento en el que el asesor de José Luis Ábalos conocería ser objeto de vigilancias "lo que le llevaría a que, en numerosas ocasiones, se puso en contacto con Rubén Villalba con el objetivo de que éste le confirmase que estaba siendo investigado".

Agregan que Aldama también tendría sospechas "acerca de una posible investigación en curso sobre él que conocería Rubén Villalba". En su escrito ante el juez, la Fiscalía pasa entonces a concretar lo hallado en el móvil de este agente de la Guardia Civil, como una conversación mantenida entre éste y un agente (identificado como Agente 1) el 13 de noviembre de 2023 en el que se habla en clave de un encuentro con Koldo."Dile a cafetera que si está la semana que viene, echamos un café. Sí le viene bien. Yo regreso el sábado”, le dice este guardia civil a Villalba.

El teléfono de Villalba también contiene otra conversación del 21 de diciembre del pasado con el propio Koldo, en la que se puede observar cómo Villalba habría bloqueado su contacto para desbloquearlo el día que le escribe. Por ello, le comenta al Agente 1: “Joder el Koldo cabreado como una mona, Víctor de Aldama cabreado como una mona, pensando que encima les hemos hecho una croqueta (...) Joder que hemos estado con ellos y ahora que sabíamos que les iban a detener que nos hemos quitado del medio (....) Lo que no quiero es que empiecen a echar mierda (...) que ahora por su cabreo, cojan y nos salpiquen. […]”.