TRÁFICO DE DROGAS

Esclavos para cuidar de la marihuana de la mafia china y las fábricas ilegales de tabaco

Recientemente han caído varias redes de trata y narcotráfico que encerraban personas vulnerables para cultivar marihuana y fabricar tabaco

El Tribunal Supremo acaba de ratificar la condena a varios cabecillas de una red china que operaba en la Comunidad Valenciana

2023 06 05 11 49 17 Esclavos de la marihuana  un año encerrado en la plantación   Cataluña   EL PAÍS

2023 06 05 11 49 17 Esclavos de la marihuana un año encerrado en la plantación Cataluña EL PAÍS / MOSSOS

Encerrados las 24 horas del día, los esclavos que han cultivado la marihuana y preparado el tabaco ilegal de las mafias del narcotráfico en España durante los últimos años apenas cubrían sus "necesidades humanas más elementales". Cartones en el suelo a modo de camas, botellas de plástico donde hacer sus necesidades y hornillos en los que cocinar la comida que sus captores traían del exterior eran todo de lo que disponían para sobrevivir en un país que, además, les era desconocido.

La imagen, que se ha repetido recientemente en distintos puntos del país, apunta a una nueva tendencia dentro de la trata de seres humanos, donde las mafias del tráfico de drogas se aprovechan de extranjeros vulnerables en territorio español o les reclutan directamente fuera de nuestras fronteras con falsas promesas de una vida mejor.

En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, los 'jardineros' de una banda de narcotraficantes chinos vivían en situación de "indigencia" cuando fueron captados, según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Seis meses antes de poner en marcha las plantaciones de marihuana en los alrededores de Valencia y Castellón, uno de los cabecillas de la organización se desplazó hasta Barcelona para conseguir "mano de obra barata", y, allí, otros ciudadanos chinos identificaron para él a la primera víctima que habían reclutado.

Necesidades humanas más elementales

En una sentencia del Tribunal Supremo a la que ha tenido acceso este periódico se detallan las promesas que le habrían hecho "aprovechando su situación económica de indigencia y su estancia irregular en territorio español". No necesitaron más que prometerle comida, un techo y un empleo legal.

Sin embargo, lo que se encontró al llegar a la nave industrial en la que fue encerrado fue un entorno en el que apenas se cubrían sus "necesidades humanas más elementales". Consciente del "peligro" al que se enfrentaba si se negaba, se doblegó ante los traficantes chinos que le habían capturado hasta que fue rescatado por la Policía Nacional.

La mafia repitió el mismo modus operandi con otras dos víctimas que también se encontraban "en situación de indigencia y estancia irregular en España", aunque esta vez fue en la ciudad de Valencia. A ellos les captaron en las inmediaciones de un establecimiento chino cerca de la Estación del Norte y, tras ser rescatados, también actuaron como testigos protegidos.

Multas millonarias

El pasado 26 de abril, según la documentación judicial a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, el Tribunal Supremo desestimó los recursos y ratificó la condena a los seis miembros de la mafia china que se consiguió detener, pues varios de los implicados siguen en paradero desconocido y algunos ni siquiera han podido ser identificados.

A los que sí consiguió atrapar la Policía, la Audiencia Provincial de Castellón les condenó en mayo de 2022 por delitos contra la salud pública, trata de seres humanos, integración en grupo criminal, defraudación de fluido eléctrico y coacciones.

A dos de ellos, a los que se les atribuye un papel más importante dentro de la organización y como responsables directos de la trata de seres humanos y la coacción, se les impuso una multa del triple del valor de la droga intervenida, es decir, más de 2 millones de euros, y penas de prisión de 16 años y 5 meses para uno y 11 años y 5 meses para el otro, mientras que para el resto de la banda las condenas oscilan entre 4 y 10 años de cárcel.

Cartones a modo de cama

Una situación similar se encontraron en Cataluña los mossos que participaron en 2021 en la llamada Operación Long. Cartones con nórdicos a modo de cama, botellas rellenas con un líquido amarilla o habitaciones sin ventanas es lo que se puede ver en el vídeo que hizo público el Cuerpo cuando anunció el rescate de diez personas que habían sido esclavizadas por una mafia china durante un año para cultivar su marihuana.

En este caso, además, se explica parte del porqué estas mafias están eligiendo España para producir la droga con la que luego trafican a escala internacional, y es que les resulta más barato.

"Envasaban la marihuana al vacío y la enviaban a mercados donde podía triplicar su valor respecto al mercado español", explica el cuerpo policial, que apunta a que la red desmantelada habría llegado a ganar con su actividad cerca de 2 millones de euros con las ventas en países como Reino Unido o Países Bajos.

Sin embargo, a diferencia del caso de la Comunidad Valenciana, esta red sí que traía a las personas que iba a encerrar para cuidar de sus plantaciones directamente del extranjero, aunque todas eran elegidas por su vulnerabilidad económica. Para ello, se hacían pasar por miembros de una empresa que fuese a participar en una feria de Lituania, por ejemplo, y, una vez dentro del espacio Schengen, organizaban su viaje hasta España y les retiraban el pasaporte.

El tabaco ilegal, también en España

En Lituania y Letonia, según pudo saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, otra organización se dedicó a publicar anuncios en los periódicos ofreciendo trabajo en una fábrica de tabaco en España. Los 'seleccionados' viajaban después hasta el aeropuerto de El Prat de Barcelona, donde un enlace les recogía en un vehículo con los cristales tintados y les llevaba hasta un piso franco en Vitoria o a una nave del polígono industrial de la provincia de Álava.

Allí, en un pabellón aislado hermética y acústicamente, no solo trabajarían, sino que tendrían que hacer vida las 24 horas del día. El ritmo de producción que se encontraban era tan alto que, según explica la documentación judicial a la que ha tenido acceso este periódico, se llegaron a elaborar 1,5 millones de cajetillas a la semana, lo que la convirtió en la mayor fábrica ilegal de tabaco del país.

A pesar de que la Fiscalía llegó a pedir 89 años de cárcel a la cúpula de la fábrica por pertenencia a organización criminal, delito continuado contra el derecho de los trabajadores o detención ilegal, finalmente la Audiencia Provincial de Álava solo condenó a los cuatro integrantes por contrabando, lo que se tradujo en penas que oscilan entre un año y 6 meses y cuatro años, además de a pagar multas de entre 1 y 2,1 millones de euros.