CANADÁ

Chrystia Freeland, la ex ministra que le dio la puntilla a Justin Trudeau y ahora es favorita a liderar un partido liberal en horas bajas en Canadá

La dimisión de Justin Trudeau como primer ministro abre las puertas a diferentes candidatos para hacerse con el testigo difícil de recuperar la intención de voto de un partido liberal amenazado por mociones de censura y Donald Trump

Justin Trudeau, la esperanza de la izquierda en Canadá a la que se le apagó la estrella

Justin Trudeau y Chrystia Freeland.

Justin Trudeau y Chrystia Freeland. / THE CANADIAN PRESS

Tras nueve años en el poder como líder de Canadá y once como líder del partido liberal, Justin Trudeau anunciaba este lunes su renuncia a ambos papeles de cargo político. La realidad es que la noticia, por impactante que se muestre, no representa nada más que los datos encajados por él y su entorno durante los últimos meses. La expectativa de voto para Trudeau y los suyos alcanzaron mínimos históricos: la encuesta del Instituto Angus Reid indicaba un 16% de apoyo para los liberales y un descenso de tres puntos en valor de aprobacion para el de Ottawa.

Desde su lugar de nacimiento fue donde pronunció unas palabras que confirmaban el adiós político de Trudeau pero que también ponían en alza una condición clave: “Tengo la intención de dimitir (...) después de que el partido elija a un nuevo líder”. Mark Carney, asesor económico desde este último año, había cogido especial relevancia para Trudeau antes de tener en mente renovar el ejecutivo en profundidad; Melanie Joly, la ministra de exteriores era de esperar que se le derivaran los galones que supone afrontar la gestión comercial y económica con la nueva Estados Unidos de Donald Trump; o también incluso François-Philippe Champagne se emplazaba como relevo al tener experiencia en dos ministerios del gabinete.

No obstante, el gran grano en el reloj de arena de Trudeau cayó con la dimisión de uno de los nombres fuertes del ejecutivo este pasado 16 de diciembre. Chrystia Freeland, ex viceprimer ministra y ex ministra de finanzas, era el liderazgo que necesita como compañia un líder. En un comunicado de dimisión publicado en sus redes sociales, Freeland alegaba a la gestión futura de los aranceles en política exterior respecto a EEUU como la razón principal, comentando que durante las últimas semanas se han "encontrado en desacuerdo sobre el mejor camino a seguir para Canadá", y criticó duramente a su compañero de partido aludiendo a "trucos políticos para ganar votos".

Como de un efecto rebote se tratase, Freeland se ensalza como alternativa en un frente complejo en el que tendría que afrontar la convención formal de liderazgo en unas primarias de cuatro meses y después persistir en la lucha contra su rival directo, el conservador Pierre Poilievre, que llevará al parlamento una nueva moción de censura.

Chrystia Freeland, periodista en el pasado y experta en Rusia

La llegada de los liberales al frente del ejecutivo canadiense en 2015 supuso un corte rompedor a las tendencias políticas de reelección para el país durante los años anteriores. Trudeau estaba allí, al igual que Freeland, que debuto en 2013 como candidata del Partido Liberal y que finalmente conformó una parte del nuevo equipo del exitoso político.

Antes de su proominencia en diferentes cargos relevantes de Gobierno, la de Alberta se había movida en aguas borrascosas en diferentes medios de comunicación. La realidad es que el encuentro cultural en el idioma la dio facilidades para encontrar su puesto en periódicos importantes como Financial Times, The Washington Post y The Economist, en una etapa de colaboradora mientras vivía en Ucrania, al ser su madre Halyna de ascendencia.

Durante la crisis de Crimea, en marzo de 2014, fue una de las trece personas canadienses vetadas de viajar a Rusia debido a su "pasado fascista" y a las sanciones impuestas por Putin. Antes, ya había manifesado su mano de trabajo en el conflicto con el país vecino, donde trabajó como editora de diferentes entidades, como The Globe and Mail del 99 al 2001, el conglomerado canadiense Thomson Reuters y ya en 2010 como editora global de la agencia Reuters. A partir de 2013, su paso firme en el periodismo acabó por ser un paso firme en política, pero Freeland estaba ya especializada desde su licenciatura en Harvard en el país ruso.

Sus raíces ucranianas la han llevado siempre a interesarse por sus derivaciones idelógicas y sociales. A modo de retrospectiva histórica y cultural, Freeland puso el ojo sobre el país dirigido por Putin en su trabajo sobre el arte, literatura e historia rusa. En el campo periodistico, su investigación se retroalimentó con el trabajo como corresponsal en el Financial cubriendo desde Moscú la meditaciones de Europa Oriental. Como escritora, es autora de Sale of the Century, un libro publicado en el año 2000 sobre la transición de Rusia desde el comunismo hacia el capitalismo.

Desde entonces, Freeland ha sido la encargado de representar a Canadá en asuntos de influencia internacional como la crisis de Venezuela en 2017 y en 2019, además de apoyar las protestas de Hong Kong o el apoyo a refugiados atentados por los derechos humanos por persecución de países como Arabia Saudí.