Israel

Netanyahu asevera en el tribunal que acusaciones de corrupción en su contra son "absurdas"

Es la primera vez que el primer ministro de Israel acude a prestar testimonio por los tres casos en los que es investigado desde hace cinco años, en los que se le señala por presunto soborno, fraude y abuso de confianza, en hechos ocurridos entre 2007 y 2019

Netanyahu se sienta en el banquillo por varias acusaciones de corrupción

Atlas News

El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu, lleva ya unos cuantos años presumiendo de ser el primer ministro más longevo de la historia del Estado de Israel. Este martes ha sumado un nuevo hito a su excepcional historial político. Se ha convertido en el primer primer ministro de la historia del Estado de Israel en testificar en un juicio mientras seguía en el cargo, y lo ha hecho siendo él el principal acusado de corrupción en tres juicios distintos. Cinco años ha costado llevar a Netanyahu al estrado. Pese a los múltiples retrasos concedidos y también rechazados a raíz de la actual situación de seguridad, el primer ministro de Israel, que también cuenta con una orden de arresto internacional en su contra por la Corte Penal Internacional, ha vuelto a hacer historia.

La ocasión histórica ha reflejado las pasiones que dominan a la sociedad israelí, exacerbadas por la figura de Bibi. A las puertas del tribunal de Tel Aviv, opositores y detractores del primer ministro se han concentrado para expresar a gritos su repulsa y su apoyo, respectivamente. Desde 2019, Netanyahu está acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción. Se le ha imputado la recepción de regalos a cambio de favores y supuestos tratos de favor para recibir una cobertura positiva de los medios de comunicación sobre él y su familia. Aunque el proceso comenzó en mayo de 2020, al cabo de dos años empezó a perder importancia mediática hasta el punto que en noviembre de 2022 Netanyahu volvió a ser elegido primer ministro, esta vez del gobierno más derechista de la historia de Israel.

Victoria para la oposición

"Esta es la oportunidad para disipar las acusaciones en mi contra: hay un gran absurdo en las acusaciones y una gran injusticia", ha denunciado Netanyahu, firmemente en pie y mirando fijamente a la jueza Rivka Friedman Feldman, una de las responsables del juicio. "Trabajo todo el día", ha dicho frente a un panel de jueces en un intento de negar que lleva una vida buena por las acusaciones de regalos ilícitos de puros y champán. "De vez en cuando, peco con un puro, que no puedo fumar mucho tiempo porque estoy siempre en reuniones. Por cierto, detesto el champán; no puedo beberlo. Presentar a Sara [su esposa] y a mí como personas que buscan la buena vida no es simplemente absurdo, es vergonzoso y deshonroso", ha constatado con contundencia.

Los ministros israelíes de alto rango habían pedido en vano al tribunal que retrasara su testimonio, argumentando que el derrocamiento del régimen de Bashar el Asad en Siria exacerbaba las cargas que pesaban sobre un primer ministro que ya estaba al mando de Israel en medio de una guerra en múltiples frentes. Por eso, a lo largo de toda la sesión, Netanyahu ha sido interrumpido repetidas veces e, incluso, en una ocasión se le ha dado la oportunidad de abandonar la sala para atender asuntos de seguridad nacional. Ver al primer minsitro subido al estrado supone una gran victoria para los movimientos civiles de oposición que llevan meses en las calles, pero el mandatario ha asegurado haber esperado ocho años "para decir la verdad" tal como la recuerda.

Casos 1000, 2000 y 4000

Durante esta primera sesión, se han tratado las acusaciones de fraude y abuso de confianza en el caso 1000. Presuntamente, entre el 2007 y el 2016, el empresario Arnon Milchan habría hecho llegar a Netanyahu costosos regalos a cambio de favores relacionados con intereses comerciales y la obtención de visas. Al inicio de su testimonio, que ha durado un total de cinco horas, sus condiciones de trabajo y su vida familiar, denunciando que su esposa, Sara, ha sido objeto de una "terrible difamación". El primer ministro, de 75 años, también se enfrenta a otros dos casos, el 2000 y el 4000 relacionados con presuntos acuerdos con magnates de las telecomunicaciones, a cambio de una cobertura mediática favorable para su imagen.

Netanyahu ha reconocido abiertamente que había intentado repetidamente influir en los propietarios de medios de comunicación. "Hasta hace poco, Israel tenía unos medios de comunicación muy monolíticos; no queremos tomar el control de los medios de comunicación, queremos diversificarlos", ha aclarado. "Lo más importante es sumar más canales de televisión que no estén controlados por un bando; eso es lo esencial", ha insistido respecto a sus preocupaciones sobre el entorno mediático en Israel.

Durante las próximas semanas, el primer ministro seguirá prestando testimonio todos los lunes, martes y miércoles, hasta finales de diciembre, a lo largo de seis horas en cada ocasión. La excepcionalidad de su testimonio es que, pese a no ser el primer ministro en ejercicio de funciones acusado en un juicio penal, todos sus antecesores renunciaron antes de enfrentar procesos judiciales. Bibi, en cambio, ha sido reelegido en el cargo en medio de sus pleitos con la justicia.