Acuerdos comerciales
El Gobierno británico busca un difícil equilibrio entre EEUU y la UE ante las amenazas proteccionistas de Trump
La ministra de Economía, Rachel Reeves, ha defendido este jueves la firma de acuerdos comerciales con el objetivo de lograr el ansiado crecimiento económico

La ministra de Economía británica, Rachel Reeves. / TOLGA AKMEN / EFE
El Gobierno laborista del Reino Unido está tratando de impulsar nuevos acuerdos de libre comercio ante las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer mayores aranceles a las importaciones estadounidenses. Un mensaje que ha trasladado este jueves la ministra de Economía, Rachel Reeves, en el que ha sido su primer gran discurso ante los principales representantes del sector industrial y financiero en la City de Londres. El Ejecutivo británico quiere acelerar el crecimiento económico con un acercamiento simultáneo a la Unión Europea y a Estados Unidos en materia comercial, pero la posibilidad de lograr un equilibrio entre Bruselas y Washington se presenta complicada.
Reeves ha hecho una defensa de los pactos de libre comercio, especialmente con los principales aliados del Reino Unido, en un momento de inestabilidad geopolítica. “Estados Unidos es nuestro destino único más importante en el comercio de servicios financieros. Hay mucho potencial para profundizar nuestra relación económica en áreas como las tecnologías emergentes. Estoy deseando trabajar con el presidente electo Trump y su equipo para fortalecer nuestras relaciones en los próximos años”, ha asegurado la ministra.
Una invitación que también ha lanzado a los países de la Unión Europea, que en su conjunto representan el socio comercial más importante de Londres. “No daremos marcha atrás en el Brexit, ni tampoco entraremos de nuevo en el mercado único ni en la unión aduanera, pero debemos restablecer nuestra relación. Este será mi mensaje en la reunión del Eurogrupo del próximo mes. Debemos reconocer que nuestros mercados están interconectados y garantizar que en la economía y en los servicios financieros nuestro enfoque apoya el crecimiento y aporta inversiones”, ha añadido Reeves, en la que ha sido una nueva muestra de la voluntad de reconciliación del Gobierno laborista con Bruselas.
Difícil equilibrio
El pretendido acercamiento a la UE podría, sin embargo, alejar al Reino Unido de la nueva Administración estadounidense. Unas advertencias que ya lanzó el exembajador británico en Washington Kim Darroch hace apenas unos días. "Creo que Trump impondrá aranceles a todas las importaciones estadounidenses de inmediato y lanzará nuevas exigencias a cambio de levantarlos. Es casi seguro que la UE tomará represalias, mientras que el Reino Unido se enfrentará a una difícil decisión. ¿Igualamos los aranceles de represalia de la UE? ¿O buscamos un acuerdo bilateral, como un tratado de libre comercio?", planteó el diplomático en un artículo publicado en 'The Observer'.
El primer ministro, Keir Starmer, ha mostrado su voluntad de mantener la "relación especial" con Estados Unidos, a pesar de las marcadas diferencias ideológicas con Trump. El líder republicano se ha mostrado dispuesto a negociar un tratado de libre comercio con el Reino Unido, según han asegurado antiguos altos cargos del Ministerio de Comercio a la prensa británica, pero estas negociaciones supondrían un más que probable distanciamiento con la UE. Las previsibles exigencias de Estados Unidos, entre ellas un acceso libre de los productos del sector agrícola al mercado británico, podrían debilitar la relación entre Londres y Bruselas en un momento en el que Starmer ha mostrado especial interés en fortalecerlas.
Impacto económico
El principal candidato a ocupar el cargo de embajador del Reino Unido en Washington, Peter Mandelson, ha insistido en que el acuerdo con Estados Unidos y el acercamiento a la UE son compatibles, algo que también han defendido los portavoces de Downing Street. "El primer ministro tiene claro que quiere mejorar las relaciones comerciales y de inversión con la UE, con EEUU y, de hecho, con otros socios internacionales. La misión número uno del Gobierno es impulsar el crecimiento económico; para ello, es importante que reforcemos nuestras relaciones comerciales en todo el mundo", han señalado esta semana.
Por ahora, las amenazas arancelarias de Trump ya están teniendo un impacto en las previsiones económicas del Reino Unido, cuyas exportaciones a Estados Unidos representan un 22% del total –lejos del segundo país, Alemania, con un 7%–. Según el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social (NIESR, en sus siglas en inglés), una posible guerra comercial con Estados Unidos tendrá un impacto de un 0,7% y del 0,5% del PIB en los dos primeros años de mandato de Trump. Estos pronósticos están provocando inquietud en el Gobierno laborista, desesperado por lograr cuanto antes un crecimiento económico que permita mantener la inversión en los servicios públicos sin añadir nuevas cargas tributarias a las familias.
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