POLÍTICA EUROPEA

El Parlamento europeo cuestiona la "credibilidad" de Hungría para dirigir la presidencia rotatoria de la UE

El Gobierno que lidera Víktor Orban debe tomar las riendas la segunda mitad de 2024, tras la presidencia española, y los grandes grupos dudan que pueda ejercer el papel de forma "creíble"

El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, durante una rueda de prensa.

El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, durante una rueda de prensa. / Reuters

Silvia Martínez

Silvia Martínez

¿Puede un país que vulnera el Estado de derecho y los valores fundamentales de la UE, y cuyos fondos europeos han sido congelados, asumir la presidencia semestral rotatoria de la Unión Europea? La pregunta estará este miércoles sobre la mesa en el enésimo debate sobre la violación del Estado de derecho y los derechos fundamentales en Hungría que mantendrá el pleno del Parlamento Europeo. Una resolución pactada por los principales grupos de la Cámara cuestiona la credibilidad del Gobierno de Víktor Orban para asumir ese “papel” --a Hungría le toca por calendario la presidencia el segundo semestre de 2024-- e insta al Consejo a encontrar una “solución adecuada lo antes posible” porque, de lo contrario, el Parlamento Europeo podría adoptar “medidas apropiadas”.

El borrador, que no tiene carácter vinculante, cuenta con el apoyo de cinco grupos políticos --Partido Popular Europeo, Socialdemócratas, Liberales, Verdes e Izquierda Europea-- de la Cámara. La moción amenaza con provocar un nuevo cisma entre Bruselas y Budapest y ahondar en el conflicto que mantienen desde hace años, a un año de las próximas elecciones europeas que se celebrarán entre el 6 y 9 de junio, tan solo tres semanas antes de la fecha en que Hungría debe asumir las riendas de la presidencia semestral europea. 

Se trata de un puesto que, desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en 2009 y la elección de un presidente permanente del Consejo Europeo, ha perdido influencia. Aún así sigue ejerciendo un papel “clave” dado que, durante seis meses, tiene la responsabilidad de organizar la agenda europea, dar prioridad a unos debates sobre otros y negociar los acuerdos interinstitucionales en nombre del resto de gobiernos europeos. Un rol que obliga a actuar como un “intermediario imparcial”.

La pregunta nunca se había planteado hasta ahora ni nunca un Estado miembro se ha visto retirado de esta responsabilidad. El pulso continuo y sistemático que mantiene el Orban con las instituciones europeas ha llevado a las grandes familias del Parlamento Europeo a lanzar implícitamente la sugerencia. "Todo el debate parece bastante extraño considerando que el Parlamento Europeo no tiene poder para cancelar una presidencia entrante del Consejo", ha valorado Thu Nguyen, analista del 'think tank' Jacques Delors.

Deterioro sistemático

Los eurodiputados condenan los “esfuerzos deliberados y sistemáticos” del Gobierno húngaro por socavar los valores fundacionales de la UE, así como sus campañas de comunicación antieuropeas y expresan su “honda preocupación” por el “deterioro del Estado de derecho y de la situación de los derechos fundamentales en Hungría” desde septiembre del año pasado. También critican la invocación “repetida y abusiva” del “estado de peligro”, el uso indebido de la protección de los denunciantes para socavar los derechos LGBTIQ+ y la libertad de expresión, la restricción del estatuto de los profesores y la vulneración de sus derechos sociales y laborales así como las prácticas discriminatorias en distintos ámbitos.

El proyecto de resolución también reprocha al Consejo --la institución en la que están representados los gobiernos-- su fracaso a la hora de lograr “progresos significativos” en el procedimiento del artículo 7, el botón nuclear que permite sancionar a un Estado miembro por violar los derechos y valores de la UE y que puede llevar hasta la pérdida del derecho de voto en el Consejo. Los eurodiputados activaron por primera vez este procedimiento en 2018 pero sin que haya habido consecuencias de momento, por lo que urgen al Consejo a abordar sus recomendaciones. 

“Cualquier nuevo retraso de dicha acción equivaldría a una violación del principio del Estado de derecho por parte del propio Consejo, con consecuencias duraderas y potencialmente perjudiciales”, señala el borrador, que recuerda en este punto la importancia del papel de la presidencia del Consejo a la hora de impulsar la legislación europea, garantizar la continuidad de la agenda y representar al Consejo en las relaciones con las demás instituciones de la UE. “¿Cómo podrá Hungría desempeñar esta tarea de manera creíble en 2024, en vista de su incumplimiento de la legislación de la UE y de los valores consagrados en el artículo 2 del Tratado de la UE, así como del principio de cooperación leal?”, se preguntan los eurodiputados, que instan a encontrar “una solución adecuada lo antes posible” porque, de lo contrario. el “Parlamento podría adoptar las medidas adecuadas”.

Budapest avisa

Como cabría esperar, la moción ha sido recibida con absoluta frialdad en Budapest. “Su justificación es la misma vieja y manida acusación de que Hungría viola los principios básicos de la UE y, por lo tanto, no puede ocupar la presidencia. Pero sabemos la razón real: no les gusta la postura a favor de la paz de Hungría y buscan llevarnos al conflicto”, advertía este jueves el portavoz del Gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, llevando la iniciativa de la Eurocámara al terreno de la guerra de Rusia en Ucrania. “Hungría es miembro de pleno derecho de la UE. Ya ocupó la presidencia rotatoria del Consejo Europeo y volverá a hacerlo en 2024”, zanjaba Kovacs. “No dejaremos que arrebaten a Hungría una oportunidad como ésta”, añadía la ministra de Justicia, Judit Varga.

“Aunque no está expresamente previsto, la posibilidad de aplazar la presidencia húngara del Consejo de la Unión puede ser uno de los enfoques más eficaces para hacer que Hungría cumpla con sus obligaciones en materia de Estado de derecho”, sostiene el profesor de derecho europeo, Alberto Alemmano, que sugiere la posibilidad de que España y Bélgica, que comparten el trío de presidencias con Hungría, se hagan cargo de los debates sobre el Estado de derecho y la suspensión del artículo 7, una posibilidad que ya han usado algunos países en el pasado como es el caso de Dinamarca en 2012 que delegó en Chipre los debates sobre Defensa, dado que entonces el país no participaba en esta política europea por decisión propia.

“No comentamos resoluciones que no se han adoptado. La lista de países que presiden la UE es una competencia exclusiva del Consejo y no compete a la Comisión Europea pronunciarse sobre esa decisión”, ha manifestado este viernes Eric Mamer, portavoz de la presidencia Ursula von der Leyen, eludiendo el debate. “Trabajamos de manera constructiva y profesional con cada presidencia del Consejo. El trabajo de la presidencia es concentrarse en los puntos de interés europeo, jugar un papel de mediador en las discusiones del Consejo. Es todo lo que puedo decir”, ha añadido. La resolución también “expresa su descontento por el hecho de que el Parlamento tenga que enterarse a menudo por la prensa u otras fuentes de lo que la Comisión propone aceptar o acepta de las autoridades húngaras” y espera que Bruselas informe rápida y regularmente sobre cualquier novedad.