CRISIS EN EL PAÍS CARIBEÑO

Cuba se prepara para incorporar el rublo a su economía

Vladímir Putin, con un nuevo conflicto armado de trasfondo, encuentra a una exhausta Cuba otra vez abierta a retomarla con intensidad

Conductores esperan para repostar combustible en una gasolinera de La Habana, en una imagen de archivo.

Conductores esperan para repostar combustible en una gasolinera de La Habana, en una imagen de archivo.

Sesenta años atrás, en otro mundo, el de la Guerra Fría, Fidel Castro se aprestaba a concluir un viaje de 38 días por la Unión Soviética. El líder cubano visitó Moscú con el propósito de reencauzar las relaciones políticas, militares y comerciales, lesionadas durante la Crisis de los Misiles. Castro posó con Nikita Khruschev en el mausoleo de Lenin. Las manos de ambos sellaron una relación que se hizo trizas con la disolución soviética, en 1991, y que, Vladímir Putin mediante, con un nuevo conflicto armado de trasfondo, la invasión rusa a Ucrania, encuentra a una exhausta Cuba otra vez abierta a retomarla con intensidad. La utilización del rublo en la isla se presenta como el indicio más elocuente de esta alianza.

Los cajeros automáticos han empezado a aceptar las tarjetas del sistema de pago MIR, corriente en Vietnam y Corea del Sur y otras exrepúblicas soviéticas, que permite convertir a la moneda rusa en pesos cubanos. El MIR fue creado en 2014, como resultado de las sanciones que enfrentó Rusia tras haberse anexionado la península de Crimea.

"Cuba es nuestro socio clave y aliado de confianza en la región de América Latina y el Caribe", dijo el vicepresidente del Gobierno ruso, Dmitri Chernyshenko, y confió que "en un futuro muy cercano" esas tarjetas podrán ser utilizadas "en tiendas, cafés y restaurantes" de la isla. La utilización viene de la mano de un sentido práctico: la presencia de miles de turistas rusos en sus playas.

La crisis económica cubana sería mucho más aguda e impredecible de no contar en estos meses, como lo ha reconocido el propio presidente Miguel Díaz-Canel, con la asistencia rusa en distintos niveles. La Habana ha pagado esos suministros de alimentos y energía con algo más que una voluntad de cancelar la deuda a futuro: su silencio frente a invasión a Ucrania.

En este contexto aterrizó en la capital cubana una delegación de funcionarios y hombres de negocios. El propósito de la visita ha sido analizar las posibilidades del capital ruso de invertir en sectores de la economía como la agroalimentación, la tecnología, e, incluso, el comercio minorista. También se ha discutido la apertura de tres bancos rusos.

La Habana ha pagado esos suministros de alimentos y energía con algo más que una voluntad de cancelar la deuda a futuro: su silencio frente a invasión a Ucrania

Condiciones especiales

Según el ministro de Comercio Exterior de Cuba, Ricardo Cabrisas, el horizonte de "expectativas" se ha ampliado de manera significativa después del encuentro que tuvieron en Moscú Putin y Díaz Canel, en noviembre de 2022. Tras ese viaje, llegó a La Habana Boris Titov, un empresario cercano a Putin. En abril pasado estuvo el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov. Tivov volvió a la mayor de las Antillas días atrás con una variada comitiva.

Ese flujo de visitas es el que, de acuerdo con Cabrisas, ha creado las condiciones para que las empresas rusas tengan en adelante "una participación efectiva en los planes de desarrollo económico y social de Cuba". De acuerdo con Serguei Baldin, representante comercial de Rusia en la isla, el intercambio bilateral del año pasado fue de 451 millones de dólares, en su mayoría favorable a Moscú. El volumen de negocios, precisó el vicepresidente Chernishenko, se ha multiplicado durante los primeros meses de este año.

Ayuda providencial

"Continuamos brindando un apoyo humanitario a nuestros amigos cubanos: en febrero se entregaron 25.000 toneladas de trigo y se firmará un contrato para el suministro gratuito de 14.500 faroles que iluminarán las calles de La Habana", informó Chernyshenko. Esas palabras han sonado como música celestial en oídos de Díaz-Canel y la cúpula del gobernante Partido Comunista. El propio presidente reconoció la magnitud de los desafíos que enfrenta el Gobierno y que son fuente de un arraigado malestar social.

Díaz-Canel suele poner el acento en los efectos de las sanciones de Estados Unidos. La "lógica imperialista agresiva", como la ha definido, convierte a 2023 en "un año difícil". Díaz-Canel llamó a materializar en algo más que palabras las promesas de desarrollo económico, atención a los problemas sociales, el fortalecimiento institucional, el trabajo con los dirigentes y el fortalecimiento ideológico, cada vez más corroído por la crisis. La realidad, sin embargo, está atravesada por urgencias. "Nos está costando más trabajo adquirir los alimentos de la canasta", ha reconocido el presidente. Naciones Unidas calcula que Cuba importa cerca del 80% de la comida que consume, y nunca es suficiente. Esto provoca inflaciónescasez expansión del mercado negro.

En este contexto comienza a operar la tarjeta MIR y la avanzada económica de Moscú. "Parecería que el paquete empresarial ruso incluye usufructo del principal activo (la tierra) para la seguridad alimentaria, más posibles ventajas arancelarias, impositivas y laborales. Si de promover empresarios se trata, entonces debería nivelarse el juego para los nacionales", señalo Pedro Monreal, uno de los economistas que con mayor agudeza disecciona la situación. "Eso no parece estar en la agenda del Gobierno", remató.

Pocos días después de que Titov abandonara La Habana, este viernes visitó la isla Josep Borrell, el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea (UE), un viejo conocido de las autoridades cubanas. "Al régimen hay que concederle la capacidad de nadar en varias aguas y de ceder ante los rusos mientras conserva bajo la manga algunas cartas para contentar a los europeos", señaló la revista digital 'El Toque'.