GUERRA

Moscú y Minsk avanzan en el despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia

"En el contexto de una escalada de las amenazas y de la actividad de las misiones nucleares de la OTAN, estamos obligados a tomar medidas de represalia en el ámbito militar-nuclear", apunta el ministro ruso de Defensa

Serguéi Shoigú y Víktor Jrenin, durante su encientro en Minsk.

Serguéi Shoigú y Víktor Jrenin, durante su encientro en Minsk. / MINISTERIO RUSO DE DEFENSA

Àlex Bustos

Rusia y Bielorrusiauna vez más, van de la mano. En esta ocasión, han dado un paso significativo para que Minsk albergue en su territorio armas nucleares tácticas rusas. Los artífices de la firma fueron los titulares de la cartera de Defensa de ambos países, Serguéi Shoigú y Víktor Jrenin respectivamente, quienes se reunieron en la capital de Bielorrusia este jueves. "En el contexto de una escalada extremadamente fuerte de las amenazas y de la actividad de las misiones nucleares conjuntas de la OTANestamos obligados a tomar medidas de represalia en el ámbito militar-nuclear", apuntó el ministro ruso Shoigú.

"Algunos de los aviones bielorrusos han sido convertidos para el posible uso de armas nucleares. Los militares han recibido el entrenamiento adecuado", añadió Shoigú. El sistema de misiles táctico-operativo Iskander-M es capaz de utilizar no solo ojivas convencionales, sino también nucleares, y ya fue previamente entregado a Bielorrusia. Recordó que esta iniciativa es de los respectivos comandantes supremos, gracias a los que "se ha organizado el trabajo para desplegar armas nucleares no estratégicas de Rusia en el territorio de Bielorrusia".

Su homólogo bielorruso Jrenin, defendió la iniciativa apuntando que "el despliegue de armas nucleares no estratégicas es una respuesta efectiva a la política agresiva de los países hostiles contra nosotros". También señaló que esperan que el despliegue de estas armas haga pensar "a sus líderes (de Occidente) sobre la inadmisibilidad de una mayor escalada de la situación en la región", añadió.

Apoyo de Moscú al "hermano menor"

Dimitri Peskov desde Rusia aseguró que, ante la posibilidad de cualquier alzamiento popular contra Lukashenko, Moscú acudiría al rescate. Sus palabras exactas fueron las siguientes: “naturalmente, Rusia tiene la obligación de garantizar la seguridad de Bielorrusia, y obviamente lo haremos si una amenaza clara surge”. Ya en 2020, durante las protestas contra el fraude electoral y en favor de la democracia, Rusia ayudó a Lukashenko políticamente, y lleva años apoyando económicamente al país. Este vínculo le ha marcado como blanco de sanciones occidentales, más suaves que las aplicadas a Rusia pero también muy dañinas para su economía.

Un soldado del ejército ucraniano.

Un soldado del ejército ucraniano. / EFE

Aunque las armas nucleares se hallarán en territorio bielorruso, Moscú mantendrá el control de ellas. “Rusia no transfiere armas nucleares a la República de Bielorrusia: el control sobre ellos y la decisión de utilizarlos sigue siendo de la parte rusa", enfatizó Shoigú. Esta medida es parecida a la que EEUU aplica en Italia, Alemania y otros países de la OTAN que albergan misiles atómicos norteamericanos.

El buen entendimiento entre Moscú y Minsk no es algo reciente. Ya en el mes de marzo, Vladímir Putin y Aleksánder Lukashenko, los presidentes de sus respectivos países, anunciaron un acuerdo para el despliegue de armas nucleares en el país, algo en lo que han ido más allá este jueves. Al inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, el apoyo tácito de Bielorrusia fue clave, pues desde su territorio las tropas rusas entraron por el norte de Ucrania en dirección a Kiev, la capital del país. 

La oposición bielorrusa en el exilio considera que su país de origen es una suerte de vientre blando del Kremlin, y presiona en las capitales europeas para incrementar el régimen de sanciones para impulsar la inestabilidad en el interior de Bielorrusia. En concreto, demanda que se inicie un procedimiento criminal internacional contra el presidente Lukashenko, además de bloquear el tráfico ferroviario de mercancías y poner como condición para su levantamiento la liberación de los presos políticos en las cárceles bielorrusas. Moscú sigue muy de cerca la evolución del estado de salud del jefe del Estado, aunque analistas políticos vinculados con la oposición creen que el Kremlin ya tiene preparado el reemplazo: Natalia Kochanova, presidenta del Consejo de la República, la Cámara alta del Parlamento bielorruso.